Quiero comenzar estos párrafos para darle las gracias a toda la población guatemaltecapor permanecer unidos con nuestros hermanos que han padecido las fuertes y duras circunstancias naturales provocadas por la fuerza del volcán de Fuego.
Gracias al personal de la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente y gracias a todo el personal de diversas instituciones que ha colaborado sin parar, por su apoyo, entrega y esfuerzo durante todos estos días en los que la población afectada ha tenido necesidad de la mano amiga que permite llevar la esperanza de un mundo mejor.
Es importante reconocer la entrega de esos héroes que se han hecho presentes, esas personas de buen corazón que no se han dado por vencidas, que permanecen llevando el futuro día con día.
Ante cada tragedia no hay cabida al fracaso ni al desánimo; esta es una situación que trasciende el futuro, y son esas personas valiosas para la patria las que dejan huella en la historia de Guatemala. Esos héroes han actuado desinteresadamente y valientemente ante la tragedia, colaborando con lo que tienen para levantar y reconstruir la vida de esas familias que perdieron más que cosas materiales.
Hemos demostrado que juntos podemos, y sé que unidos como hermanos daremos pasos firmes en el proceso de recuperación y de reconstrucción. El llevar ayuda y conocer las historias de las personas que ahora más lo necesitan dejan sin aliento nuestras voces y los ojos llenos de lágrimas, pero a pesar de lo duro de la tragedia seguimos todos de pie abrazando a nuestros hermanos que tienen el sufrimiento a flor de piel, pero ha quedado confirmado que Guatemala es una gran nación; estamos frente al reto de recuperarla. Mantengamos la frente y el orgullo en alto.
Fuerza y fe, hermanos guatemaltecos, que Dios siga bendiciendo a Guatemala.
