El ministro de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala, Alfonso Alonzo, mostró ayer su deseo de que este año se apruebe la primera ley de agua del país.
“Este año trabajaremos para que pase sus tres lecturas (en el Congreso), y ojalá en este Gobierno (que termina el próximo 14 de enero) quedara la ley de aguas estipulada”, aseguró el ministro en unas declaraciones a Acan-Efe.
Aunque desde 1985 se han entregado en el Congreso casi una treintena de proposiciones de este tipo de ley, Guatemala todavía no dispone de ninguna legislación que defina exactamente el papel del Estado en la protección, la regulación y la repartición del agua, un recurso del que carecen unos 4 millones de personas en el país.
Desde 1987, Guatemala hace uso de la Ley de Protección y Mejoramiento del Medioambiente, que exige al Gobierno que controle y administre el agua, sin obligación de garantizar su protección y vigilancia.
Es por ello que el ministro celebró que la iniciativa propuesta por el Gobierno haya recibido el dictamen favorable de la Comisión parlamentaria, y exista ahora la posibilidad, por primera vez en los más de 30 años de democracia, de aprobar una legislación en este sentido.
Trabajo por el rescate del Motagua sigue avante
Cuestionado por el problema de contaminación que existe en el río Motagua, fronterizo con Honduras, Alonzo, quien recalcó una y otra vez en hacer un “cambio de chip” en educación ambiental como paso fundamental para erradicar el problema, destacó que se sigue trabajando en una hoja de ruta para que ningún residuo llegue al caudal.
Este problema, que tiene más de “50 años y que ningún Gobierno había tomado con seriedad”, sería una “utopía” resolverlo en tres años de gobierno, pero agregó que con la instalación de biobardas el 65 por ciento de los desechos ya no llega, y el 35 por ciento se parará con una barda industrial.
Además, prosiguió, continúan trabajando en la construcción de plantas de tratamientos de desechos sólidos y aguas residuales, y aseguró que este ha sido uno de los “éxitos ambientales más grandes del presidente Jimmy Morales”, pues cuando tomó el Gobierno, en 2016, había 42 plantas funcionando, y dejarán “500”.
Alonzo también habló sobre la postulación de Guatemala para organizar la cumbre del clima de 2019, la COP25, que al final albergará Chile, y reconoció que el país “no estaba aún preparado para un tema tan importante”.
En este mismo sentido, apuntó que en Guatemala hay una “confrontación fuerte” y que por estar en año electoral se decidió apoyar a Chile y Costa Rica, sede de una reunión previa a la COP25, porque lo importante era que la cumbre “estuviera en la región”.
Aún así, insistió en que Guatemala está “en los ojos del mundo” y que con las pequeñas cosas que el Gobierno ha realizado van a seguir avanzando.
“Esto no se detiene. Simplemente se perdió una oportunidad, pero oportunidades en la vida esperamos que haya más. Esperemos que el país madure en este tema”, resaltó.
El ministro de Ambiente añadió, además, que Guatemala puede decirle “al mundo” que tiene “una estrategia clara con metas alcanzables” y que no son “solo discursos” ni “planes escritos”, sino que han sido “serios en presentar una hoja de ruta e irla cumpliendo”.
*Con información de EFE.