El enfrentamiento con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que por medio siglo desangró a Colombia, llegó a su fin, proclamó el presidente Juan Manuel Santos al concluir ayer el desarme de esa guerrilla que selló la paz.
“Con esto, el conflicto realmente termina y comienza una fase nueva en la vida de nuestra nación”, afirmó el mandatario en un acto en Pondores, una de las zonas rurales de desarme de los rebeldes ubicada en el departamento de La Guajira, en el norte del país.
El gobernante y los jefes del hasta hoy movimiento guerrillero asistieron a la salida del último cargamento de las armas que le fueron entregadas a una misión de la Organización de las Naciones Unidas.
Lo acaecido
El jefe del Ejecutivo selló con candado el contenedor donde fueron almacenados los últimos fusiles, en un gesto de alto contenido simbólico que marca el fin de una prolongada lucha que dejó no menos de 7.5 millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados. “Esto es realmente un momento histórico para el país. Llevamos 198 años de vida republicana. Nunca habíamos tenido un conflicto tan largo y hoy efectivamente es el último suspiro de este”, destacó Santos durante la actividad. Iván Márquez (Luciano Marín Arango), uno de los líderes de las FARC, anunció que esa organización deja la lucha armada para hacer política, conforme a los acuerdos de paz suscritos en noviembre, tras cuatro años de negociaciones en La Habana.
“Dentro de poco estaremos realizando el congreso fundacional del nuevo partido político que seguramente se llamará Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia”, anticipó el representante opositor. El acto de lanzamiento está previsto para el 1 de septiembre en Bogotá, y allí deberá oficializarse el nombre del nuevo movimiento de izquierda.
Vida civil
Por lo pronto, los excombatientes comenzarán su vida civil en las 26 zonas de desarme, que pasarán a ser conocidas como “espacios territoriales de capacitación y reincorporación”.