ARTES
Ferit Kuyas contempla la Aurora
Una diosa de la mitología romana, la luz que precede la salida del Sol o el aeropuerto de la ciudad de Guatemala. Para el fotógrafo turco Ferit Kuyas, Aurora es un nombre definitivo y por eso lo escogió para bautizar el proyecto en que recopila su mirada personal de este país. La muestra se inaugura hoy a las 19:00 en La Erre (vía 6 2-60, zona 4). La entrada es libre.
Una diosa de la mitología romana, la luz que precede la salida del Sol o el aeropuerto de la ciudad de Guatemala. Para el fotógrafo turco Ferit Kuyas, Aurora es un nombre definitivo y por eso lo escogió para bautizar el proyecto en que recopila su mirada personal de este país. La muestra se inaugura hoy a las 19:00 en La Erre (vía 6 2-60, zona 4). La entrada es libre.
El aterrizaje
Tras ser nombrado ganador del festival de fotografía Guatephoto 2010, Ferit Kuyas visitaba Guatemala por vez primera. En su trayecto de avión supo que aterrizaría en el aeropuerto La Aurora. El nombre le resultó conmovedor y positivo, y ese fue solo el comienzo. “Me encontré con un país interesante, gente agradable y un mundo que ante mis ojos resultaba un poco exótico”, afirma el retratista nacido en Estambul, Turquía.
En enero de 2011, el fotógrafo volvió a Guatemala para inaugurar una muestra. Aprovechó su estancia de 3 semanas para, cámara en mano, recorrer la ciudad sin ningún tipo de prejuicio. A veces, recuerda, incluso saltándose las precauciones de algunos de sus amigos. El artista repitió el proceso en julio de 2012 y el resultado no es otro que Aurora.
Contrastes
Inicialmente Ferit Kuyas dividió su proyecto en dos fases: Space (Espacio) y Struggle (Lucha). En la primera se dedicó a fotografiar paisajes y construcciones; mientras que en la segunda se centró en las personas. Ambas evidencian los contrastes presentes en esta sociedad. “Para esta exhibición decidí sacar lo más representativo de cada una y combinarlas”, asegura.
El cielo siempre ha sido una parte esencial en el trabajo de Kuyas y en Guatemala la luz le hizo enfrentarse a algunos problemas técnicos. Más que una dificultad, esto solo hizo que el proyecto se transformara en único. Aunque reside en Suiza, la fotografía ha llevado a Ferit por diversas partes del mundo. De Guatemala se queda con la gente: “Son amenos y conmovedores y para mí, eso es lo que realmente los hace especiales”.
Biografía
Nacido en Estambul, en 1955, Ferit Kuyas se inició en el mundo de la fotografía en la década de 1980. Desde entonces ha participado en más de una veintena de exposiciones individuales y colectivas. Asimismo en 6 festivales y ferias de arte en Estados Unidos y Suiza.
ARTES
Agenda navideña
En el Christmas Village de Spazio se enciende la magia de esta Navidad. Hasta el 24 de diciembre, se organizan diversas actividades en Spazio zona 15, en el segundo nivel.
Ask Santa: es una actividad interactiva diseñada para que los niños le pregunten a Santa Claus todo lo que deseen saber. Los sábados y domingos, de 10:00 a 19:00, y del 18 al 23 de diciembre, de 12:00 a 20:00 horas.
The Shop: la tienda de artículos navideños atiende de lunes a viernes, de 10:00 a 20:00; sábados y domingos, de 9:00 a 22:00. Del 18 al 23, de 9:00 a 23:00, y el 24, de 8:00 a 15:00 horas.
Elf Wrapping Station: el lugar ideal para empacar obsequios de Navidad de manera creativa. Abre los viernes, de 14:00 a 19:00, sábados, de 10:00 a 19:00, y domingos, de 10:00 a 18:00 horas.
Santa’s Workshop: creatividad y diversión para los pequeños artistas. Es un espacio para que los niños disfruten realizar manualidades de la temporada.
Están los viernes, de 14:00 a 19:00; sábados, de 10:00 a 19:00, y domingos, de 10:00 a 18:00
horas.
Jingle Bell Market by Lady Multitask Guatemala: un mercadito que ofrece amplia variedad de artículos para presentes de la época. Vende de miércoles a sábado, de 11:00 a 19:00, y domingos, de 10:00 a 18:00 horas.
Para más información, consulte las redes sociales @spazioguate.
ARTES
LIBROS DE OTRAS PERSONAS
Guillermo Monsanto
El pasado verano tuve la oportunidad de estar en Madrid durante los meses de junio y julio. Aquella es una ciudad donde se pueden adquirir libros a precios razonables y, en las tiendas de segunda mano, casi regalados. A veces, aunque no siempre, pasa lo mismo en las ferias del libro de Guatemala.
La cosa es que en una de las plazas del barrio Malasaña, sobre una banca de piedra, me encontré unos cincuenta libros para llevar. Con tristeza, por el peso, tuve que entresacar algunos ejemplares de los cuales he leído dos y medio porque postergué su lectura ya que en aquel momento estaba embebido con Dolores Redondo y tenía en espera otros de Stephen King.
El primero al que le entré y, curiosamente, el primero que tomé de la pila de libros, fue La isla de las tormentas (1978) de Ken Follett. Reconozco que me dejé llevar por el apellido del escritor y el buen sabor de boca que me han dejado otras de sus novelas, entre ellas, Los pilares de la tierra.
La sustancia a partir de la ficción histórica.
Desde que empecé el libro empezaron a fluir claramente las imágenes y percibí que la trama me recordaba a algo. Por lo visto vi la película, aunque no recuerdo cuándo, pero sin duda mi memoria me llevó visualmente a los parajes descritos en el texto. Lo mismo me ha pasado cada vez que leo Lo que el viento se llevó.
La Segunda Guerra Mundial, un despiadado espía y un final inesperado. No le di tanta importancia al hecho histórico hasta que leí el segundo y caí en cuenta de que ambos eran complementarios en cierto modo. Allí comencé a apreciar el gusto de mi anónimo benefactor.
Aunque El cofre de Constantina (1986), de Robert Ludlum, no corría al mismo ritmo que La isla de las tormentas, probablemente por culpa del traductor, los contenidos poseen el valor de mutar para que el lector no logre dar algo por sentado. De nuevo los espías, los estrategas y las circunstancias se confabulan para conseguir una atmósfera particular.
Estoy ya en el tercero. Este sin duda lo terminaré mucho antes que los otros dos, ya que está fundamentado desde la perspectiva investigativa de Marcelo Simonetta. El enigma de Montefeltro (2019) se desarrolla durante el bajo renacimiento italiano y arranca con un hecho histórico: el asesinato de Galeano María Sforza, duque de Milán, nacido en 1444 y muerto en 1476.
De nuevo, la intriga política es el eje que nos conduce a diversos personajes registrados por la historia. Entre ellos, Lorenzo el Magnífico, Ferrante de Aragón, Giuliano de Medici, Sandro Botticelli o Elisabetta Visconti, solo para mencionar algunos de los nombres involucrados en la intrigante ficción. Me faltan cuatro libros más, a ver qué tal.
No deja de ser peculiar cuando un lector se enfoca en determinado tipo de novelas. En este caso, la sustancia de sus intereses redundó en una serie de trabajos que navegan por los vericuetos de la historia y sus protagonistas.
ARTES
Fito Molina musicaliza para los niños y apoya a migrantes
Carlos Rodolfo Molina Monzón, más conocido como Fito Molina, es un compositor y arreglista guatemalteco, que lleva la influencia musical en las venas, ya que su abuelo trabajó en la banda militar de Quetzaltenango y su papá fue director de la Marimba Orquesta Clave de Oro.
Desde 1989 reside con su familia en Estados Unidos, en donde se desempeña como ministro evangélico, pero no deja de lado su vocación por el ritmo, que combina con el trabajo social. Hace un mes, aproximadamente, visitó Guatemala para promocionar su más reciente canción, Mi plegaria, dedicada a los migrantes.
“Todo lo echamos en una maleta para irnos a otra nación y buscar el sostén para los seres queridos que se quedan. Y es que comprendo el dolor del connacional por la falta de oportunidades, comida, trabajo, etc.”, expresó el cantautor.
Molina ha experimentado en carne propia esa vivencia, ya que su hijo mayor fue deportado, con quien espera reunirse en un corto plazo. Por ello, él pasa de las canciones a la acción, porque apoya a sus paisanos en asesorías, trabajos y otros asuntos.
De la banda militar a melodías para los infantes
Se graduó de la Escuela Militar de Música Maestro Rafael Álvarez Ovalle, en donde se especializó en el clarinete y un poco de piano. Luego, aprendió a tocar más de 40 instrumentos.
No se considera cantante, su énfasis es más como autor y arreglista, pero con el tiempo se convenció de cantar y en la actualidad se dedica a los cantos cristianos infantiles. “Tengo unas 75 grabaciones para niños y todas se han publicado”, relató.
Hace dos años terminó su más reciente álbum llamado Benjamín. “Sin embargo, uno no tiene todo bajo control porque en enero sufrí un derrame cerebral y he tenido problemas con el habla y las
manos”, dijo. Agregó que ha mejorado poco a poco de su salud.
Trabaja en el que considera será su último gran proyecto de vida, traducir diez de sus melodías a los 22 idiomas mayas. “Ya traduje una en k’echi’, estoy viejito, pero lo que no muere es el entusiasmo”, mencionó entre risas.
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