Comunícate con nosotros al 1590

COLUMNAS

Estamos a no más de 119 días de que se convoque a elecciones generales, y es en elecciones que se expresa y que se mide la voluntad de un pueblo (II)

Publicado

-

Las diputaciones se adjudican a través de un sistema que resulta difícil de comprender para el común de los mortales, y los electos seguirán teniendo un largo período de mandato, cuatro años (demasiado largo para nosotros), y el cordón umbilical entre electos y electores será inexistente- Imposible que funcione el premio de la reelección para SU diputado si hace bien su trabajo, y el castigo de la no reelección, si mal, ya que usted –como todos los demás electores– no sabrá quién es SU diputado.

Para colmo, seguiremos teniendo diputados suplentes, nefasto nido de tráfico de influencias.

Nada hicimos por reformar el artículo 157 de la Constitución, que es el que determina la forma de elegir diputados, y nos dejamos adormecer por la inconstitucional pendejada de los “subdistritos” y del voto uninominal ¡Vaya que nos gustan las palabras raras y los enredos!, planteamientos maliciosos para desviar la atención de la necesaria reforma del artículo 157 o, al menos, negligentes, sin estudiar que sin la reforma del 157, incluso lo planteado, simple chapuz, resultaba inconstitucional, tal y como lo ha hecho ver la Corte de Constitucionalidad en el dictamen que emitiera sobre las reformas electorales propuestas.

Si hubiéramos reformado el 157 no habría ya un listado nacional de diputados, ni listados distritales. Tendríamos 160 distritos pequeños en los que cada uno elegiría un solo diputado (usted sabría quién es SU diputado), y el candidato ganador en el distrito, el diputado electo, sin fórmulas raras, sería el candidato, ¡qué horror! que obtiene más votos.

Sin monopolio de partidos se inscribiría como candidato a diputado quien quisiera hacerlo, y su mandato, si electo, sería de dos años, en manos del elector, casi de inmediato, la guadaña; la reelección para el buen diputado y la no reelección para el malo; echado del Congreso.

No lo hicimos, no nos afanamos por lograr la reforma del 157, la clave de todo, la forma de elegir a los diputados que integran el Congreso, y ahora es tarde ya para llorarlo.

Sin embargo, también es el momento para hacer una categórica decisión: debemos lograr que esta, la de 2019, sea la última elección en que tengamos la actual forma de elegir diputados, que se reforme el 157 por la actual legislatura –presión y conocimiento, convencimiento– y aprobemos su reforma en consulta popular simultánea a la primera o la segunda vuelta electoral (una papeleta más, eso es todo) y que en 2023 opere ya el sistema de distritos pequeños o, incluso antes, si se convocara a una Asamblea Nacional Constituyente, asamblea que, sin la reforma del 157, tendría que hacerse ¡absurdo! con el actual sistema de listados, listado nacional y distritos inmensos que determinan listados distritales, el monopolio de los partidos sostenido para postular los candidatos para integrarla por muy “plurinacional y popular” que pudiera comprenderse.

¿Resulta tan difícil de comprender que la reforma del 157 es la clave de todo (la forma de elegir a los diputados que integran el Congreso) o será, por el contrario, que se comprende demasiado bien y no se quiere asumir el riesgo de perder privilegios y prebendas y que una patria distinta –la de todos– pudiera estar representada y tomara decisiones, en sus manos el Presupuesto y las leyes?

Si cambiara el Congreso cambiaría Guatemala, pero el Congreso solamente cambiará cuando se cambie la forma de elegir a los diputados que lo integran, y eso implica la reforma del artículo 157 de la Constitución, la única forma para cambiarlo, y suficiente esta forma para hacerlo. La reforma de un solo artículo, el 157, la clave de todo.

Esperemos que con nuestro voto de 2019, en consulta popular simultánea a las elecciones, podamos aprobar la reforma que del 157 hubiere hecho el Congreso, sin distractores de otro tipo, una reforma que podría unirnos a todos muy por encima de cualquier bandera partidaria.

Con respecto a las elecciones generales propiamente dichas, las elecciones que se celebrarán el año próximo y que se convocarán a más tardar el 21 de enero (estamos a 119 días de esa fecha) no cabe sino decir que habremos de atenernos a la legislación vigente, incluido el 157 NO reformado y que, en consecuencia, habremos de esforzarnos muchísimo para que con el mismo marco regulatorio incluso empeorado por precipitadas reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, algunas festinadas (esperemos que, por lo menos, no se aprueben las últimas para que también rigieran) logremos obtener resultados distintos.

Los distritos pequeños, que no tendremos, hubieran abaratado la campaña y permitido el contacto entre candidatos y electores, imprescindible para que se dé la representatividad de los electos y habremos de atenernos a las listas partidarias pero, precisamente por manejarnos con lo mismo, habremos de realizar un extraordinario esfuerzo.

¡El tiempo es oro! Severa será nuestra crítica a las incongruencias y necedades del marco regulatorio en que habremos de desenvolvernos pero no con un ánimo derrotista, sino, por el contrario, con fe de que todo será para bien, porque –a pesar del marco– con nuestro mayor esfuerzo sabremos lograrlo.

Podremos hacer del proceso electoral un proceso reflexivo, alegre y determinante: lograrlo dependerá de nosotros.

La voluntad de un pueblo y, con esto, con todo respeto, me permito refutar declaraciones recién vertidas en la ciudad de Washington DC, solo se expresa y puede medirse en elecciones. Lo demás –por mucha bulla– no es sino arrogarse unos lo que corresponde a todos.

Acisclo Valladares Molina
Seguir leyendo

COLUMNAS

Día Mundial del Libro y Derecho de Autor en Guatemala

Publicado

-

Saraí Flores Gómez
[email protected]

Los libros son un recurso imprescindible para el proceso formativo, en Guatemala, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el último censo realizado, el 93 por ciento de los jóvenes entre 13 y 30 años sabe leer y escribir; pese a ello, se estima que solo el 1 por ciento lee por placer.

Los libros son conocimiento y han evolucionado en tiempos pasados las paredes de cuevas en la época prehistórica servían como libros, posteriormente los pergaminos, y actualmente los libros electrónicos.

Los libros sirven como capsulas de tiempo que ayudan a recordar el pasado, a soñar el futuro, moldea nuestro intelecto, permite transportarnos a otras épocas y tener muchos panoramas.

La lectura es el ejercicio para la mente, un viaje para la imaginación y conocimiento para la vida.

La lectura es un proceso dinámico que ayuda a decodificar palabras para darle un significado, mientras que construye mundos de conocimiento, todo se hace en conjunto de palabras que ayudan a formar ideas. El acto de leer es un esfuerzo transformador, que ayuda al vocabulario, a la redacción, agudiza el pensamiento crítico, fomenta el amor por el aprendizaje y la imaginación, además de ayudar con la vida diaria.

En Guatemala existen clubes de lectura que ayudan a fomentar la lectura de una forma más interactiva; entre ellos, el que imparte Nueva Acrópolis Guatemala, que cuenta con una variedad de clubes entre ellos, Reading Roulette, Poesía por Leer, Pensamiento Crítico, Panorámica Literaria del Siglo XXI, Nuevos soñadores, Literarias, Letras Nocturnas y el Club de las Aprendices, los cuales son virtuales y presenciales.

La lectura es un placer que se adquiere desde temprana edad, solo así se fomenta el hábito y el placer por leer; como dijo Gabriel García Márquez: “Sería ideal que un niño dedicara parte de su fin de semana a leer un libro hasta donde pueda y donde le guste ­que es la única condición para leer un libro, pero es criminal, para él mismo y para el libro, que lo lea a la fuerza en sus horas de juego y con la angustia de otras tareas”.

El 23 de abril se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, para promover la importancia de estos. Conjuve reconoce la importancia de los libros en el desarrollo de la juventud, así como el reconocimiento de jóvenes escritores.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

COLUMNAS

Productividad, crecimiento económico y ley de competencia

Publicado

-

Antonio Romero

Viceministro de
inversión y competencia, Mineco

Guatemala está muy cerca de dar un paso trascendental hacia una economía moderna y más justa. Me refiero a la aprobación de una ley de competencia, orientada a garantizar que los empresarios eficientes, visionarios y dispuestos a regirse por las reglas del mercado, estén protegidos de prácticas anticompetitivas de sus competidores. 

En esencia, la iniciativa promueve y salvaguarda la competencia en los mercados. Implica la prevención de las prácticas monopolísticas, la eliminación de los obstáculos a la entrada y el fomento de la igualdad de condiciones para todos los participantes en el mercado.

Además, cultiva un entorno en el que las empresas deben competir por la preferencia de los consumidores, por medio del mérito, la calidad y el precio, en lugar de depender de tácticas anticompetitivas para sofocar la competencia.

Tenemos una oportunidad única para crear una institucionalidad sólida, técnicamente competente y que goce de prestigio. 

Hace unos días, después de mucho ir y venir, se aprobó en el Congreso de la República, en segunda lectura, el citado anteproyecto de ley, identificado con el número 5074. El texto propone la defensa de la competencia a través de: i) La prohibición de prácticas anticompetitivas y la creación de la institucionalidad para supervisar e impedir que estas se produzcan; ii) La supervisión de la concentración de los mercados y iii) La promoción de la competencia.

Una de las principales fortalezas es que plantea crear una superintendencia de competencia autónoma y descentralizada, que gozaría de independencia y capacidad técnica para hacer cumplir la ley.

En las discusiones recientes sobre el tema, se han obviado los efectos que las políticas de competencia tienen sobre el crecimiento y la productividad de las economías. La reciente publicación del Informe Económico América Latina y el Caribe, del Banco Mundial, bajo el título Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?, hace un aporte muy oportuno a la discusión en Guatemala.

En primer lugar, señala que la ausencia de competencia en la región hace que los consumidores paguen precios más altos por bienes y servicios de menor calidad, lo que reduce el bienestar general y contribuye a una desigualdad más elevada.

A diferencia de los hogares con mayores recursos, los más pobres no pueden acceder a bienes y servicios en mercados extranjeros con mayor competencia. No les queda otra alternativa que acudir a mercados monopolizados, en los que no existen incentivos para mejorar los precios y la calidad.

El informe centra su análisis en el papel fundamental de la competencia como estímulo al crecimiento económico. El problema de ello radica en que las empresas en la región nacen y operan en un contexto de baja competencia, sin los incentivos necesarios para mejorar sus capacidades.

La composición de las empresas en América Latina y el Caribe reflejan la existencia de pocas compañías muy grandes, coexistiendo con una multitud de empresas diminutas. No existe un segmento de pequeñas y medianas firmas fuertes, capaces de ejercer presión competitiva sobre las más grandes. Según el estudio, esta distribución asimétrica es causa de la baja productividad y la alta
desigualdad.

Respecto a los resultados de las agencias de competencia en la región, el estudio advierte sobre elementos de diseño que limitan su efectividad como la falta de independencia de autoridades adscritas a los ministerios de Estado y la carencia de personal y presupuesto suficientes. En Guatemala se deben considerar estas lecciones para crear una agencia de competencia independiente y dotada de los recursos necesarios. 

Tenemos una oportunidad única para crear una institucionalidad sólida, técnicamente competente y que goce de prestigio. Allí están el Banco de Guatemala y la Superintendencia de Bancos como ejemplo de que apostar por instituciones robustas da buenos resultados. El proyecto de ley de competencia presenta una oportunidad estratégica para que el país aborde los problemas económicos sistémicos que han obstaculizado su progreso.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

COLUMNAS

Los estudiantes y amanuenses también dibujaban (V)

Publicado

-

Ricardo Fernández Gracia 

Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

Otros dos motivos destacan en el libro por su profusión: la cruz de Calatrava y los corazones. En cuanto al emblema de la mencionada orden de caballería, hay que hacer notar que figuró desde la reconstrucción del complejo monástico por fray Prudencio de Sandoval entre 1616 y 1619, en numerosas cartas de profesión de las monjas estellesas y que llevaban en el hábito hasta fines del siglo XIX, además de aparecer en varios escudos del monasterio en el frontal bordado del altar mayor, obra del maestro aragonés José Gualba, entre 1761 y 1763.

Respecto a los corazones, en un convento benedictino y en el siglo XVIII puede tener un dúplice contenido.

Las décadas centrales del siglo XVIII, cuando se fecha el libro, coincidieron con la difusión del culto al Corazón de Jesús, con la creación de numerosas congregaciones auspiciadas por los jesuitas. 

En primer lugar, el corazón de Santa Gertrudis, monja de la orden del siglo XIII, cuyo atributo iconográfico es un corazón en su pecho en el que está el Niño Jesús, en referencia a la famosa frase: “Me encontrarás en el corazón de Gertrudis”. El cristocentrismo de sus escritos místicos se revaloriza con el corazón, como símbolo del amor divino.

Pero si importante era aquel signo en el monasterio benedictino, las décadas centrales del siglo XVIII, cuando se fecha el libro, coincidieron con la difusión del culto al Corazón de Jesús con la creación de numerosas congregaciones auspiciadas por los jesuitas. En aquel movimiento devocional destacaron la ciudad de Estella y el duque de Granada de Ega.

Varias páginas del libro de cuentas ostentan tanto el corazón de Jesús como el de María. En ambos casos, los anagramas de los nombres de ambos figuran en su interior.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

Directorio

  • Dirección General: Carlos Morales Monzón
  • Coordinación General de Redacción: Miguel González Moraga
  • Coordinación de Información: Mario Antonio Ramos
  • Editores: Carlos Ajanel Soberanis, Jose Pelico, Erick Campos, Katheryn Ibarra y Max Pérez
  • Página Web: Isabel Juárez

más temas

©2024 Diario de Centro América - Todos los derechos reservados.