La población urbana en Centroamérica está experimentando un rápido crecimiento, lo que llevará a que en la próxima generación un 70 por ciento de la población viva en ciudades, en comparación con el 59 por ciento actual.
Lo anterior significa que si continúan los niveles presentes de urbanización para 2050 el tamaño de la población urbana se duplicará en no menos de 25 millones, resalta el informe Estudio de la urbanización en Centroamérica: oportunidades de una Centroamérica urbana.
A la fecha, los niveles de urbanización en Centroamérica varían por país. Con el 75 por ciento de habitantes, Costa Rica es el país con la mayor proporción; le siguen Panamá, El Salvador y Nicaragua con niveles intermedios en torno al 60 por ciento. En último lugar están Guatemala y Honduras.
“Para hacer frente a la rápida expansión es clave plantearse qué implica para el desarrollo de las ciudades y qué tipo de políticas hay que seguir para beneficiarse de flujos demográficos”, expuso Humberto López, director del Banco Mundial para Centroamérica.
Efecto
Lo anterior trae asociada oportunidades en lo referente a la provisión de servicios sociales a la población y a la competitividad del país y no podemos ignorar que también viene vinculada con desafíos tales como la provisión de una vivienda digna, se destaca en el análisis.
En el Istmo hay 167 urbes que pueden convertirse en motores de crecimiento y reducción de la pobreza, ya que es donde se concentran los puestos de trabajo y se consolidan las economías de escala, lo cual fomenta la diversificación de las economías, que producen el 78 por ciento del Producto Interno Regional.
El informe destaca que el 29 por ciento de los habitantes de ciudades viven en asentamientos precarios e informales.
Todavía existen no menos de 8 millones de personas en situación de pobreza en esos lugares. * Con datos del Banco Mundial
Sugerencia de acciones
El Estudio de la urbanización en Centroamérica: oportunidades de una Centroamérica urbana, que elaboró el Banco Mundial, incluye algunas recomendaciones de políticas públicas frente a los retos de una rápida urbanización, como el fortalecimiento constante de los gobiernos locales y una mejor coordinación intermunicipal.
También sugiere desarrollar una política activa de promoción de acceso a la vivienda, acciones concretas para aumentar la resiliencia y el manejo de desastres y políticas que fomenten una mayor competitividad de las ciudades.
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