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Revista Viernes

El sabor de oriente reflejado en el fresco de pepita

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El ayote se conoce en otros países como calabaza o zapallo, y en Guatemala se come generalmente en dulce, pero sus semillas tienen otro uso, al igual que sus flores.

En el oriente del país, específicamente en Zacapa y Chiquimula, se originó el fresco de pepita, en el que se utilizan las de esta planta luego de tostarlas.

Su preparación requiere que estén doradas, no quemadas, para que su sabor sea agradable. En versiones recientes, le agregan leche y arroz tostado.

Lo único que necesita es moler o licuarlas finamente y agregarle agua dulce, disolver y añadir hielo.

Katheryn Ibarra
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Revista Viernes

Piezas artísticas forman el compromiso ecofeminista

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Murales, cuadros al óleo, tejidos y otras obras con elementos de la naturaleza se incluyen en las creaciones de las guatemaltecas

Las paredes del Centro Cultural de España se convierten en lienzos para revelar las obras de 18 artistas que integran la muestra Del arte, la naturaleza y las mujeres. Miradas ecofeministas en el arte en Guatemala. Durante la inauguración se observó a un grupo que pintaba un mural que al final debió ser descifrado según la percepción de cada visitante.


En el recorrido se aprecian cuadros al óleo, tejidos, murales y otras piezas formadas con elementos del entorno de las participantes: Margarita Azurdia, Marilyn Boror, Jamie Denburg, Camila Fernández Juárez, Marie Noëlle Fontan, Regina José Galindo, Mena Guerrero, Alejandra Hidalgo, Sandra Monterroso, Andrea Monroy, Paula Nicho, Carmen Lind Pettersen, Cecilia Porras Sáenz, Olga Reiche, Lourdes de la Riva, Caroline Salvin, Inés Verdugo y Ana Werren.


La colección fue comisariada por la guatemalteca Rossina Cazali y recorre, desde finales del siglo XVII hasta la actualidad, las prácticas artísticas en Guatemala por medio del trabajo de las 18 virtuosas. Focaliza la construcción del paisaje y las relaciones con el territorio para cuestionar conceptualmente la propia idea detonadora de ecofeminismo. Forma parte de una serie de muestras y programas públicos durante el 2024, organizados por La Red de Centros Culturales de España en Latinoamérica y Guinea Ecuatorial, de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid).  


Derecho de vida. Miradas ecofeministas en el arte en Iberoamérica y Guinea Ecuatorial, es un proyecto curatorial que surge del interés de la Red de Centros Culturales de la Aecid en busca de abordar los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS), al impulsar estrategias de acción dirigidas a atender la problemática ambiental que hoy afecta el entorno natural, social y humano en sus diferentes escalas.
Uno de los propósitos de esta investigación es insistir y profundizar el debate sobre los impactos, implicaciones y alternativas resilientes a las jerarquías de poder desde los roles impuestos al género. “Trazar nuevas cartografías sobre las relaciones simbólicas y epistemológicas entre feminismos, patriarcado y naturaleza, así como aportar un nuevo camino en favor de atender la necesidad urgente de revertir los controversiales paradigmas que sostienen el mundo contemporáneo y que ponen en permanente riesgo la vida sobre el planeta”, refiere el documento del proyecto.


El caso de Guatemala


De acuerdo con los organizadores nacionales e internacionales, se busca desmantelar los estereotipos construidos por la historia del arte local, que relacionó la pintura de naturaleza muerta y las flores como temas casi exclusivos de las mujeres. La intención es mostrar que hay creadoras a quienes los recursos naturales, minerales o los procesos biológicos les importan, ya sea como tema político, metáfora o poética musical; para la observación científica o la investigación para el diseño de indumentaria; como material para ser documentado o extensión de sus cuerpos y de sus vidas.


Así es que alzan las voces a través de sus trabajos artísticos, desde sus respectivas formas de enunciación para establecer un diálogo que revitalice las antiguas conexiones con el ecosistema.


Diversos estudios como los de ONU Mujeres y un artículo escrito por la pedagoga Marta Pascual Rodríguez y la antropóloga Yayo Herrero López explican al ecofeminismo como una corriente de pensamiento y de activismo que analiza críticamente los modelos de vida ecocida, patriarcal, capitalista y colonial. “La cultura del cuidado tendrá que ser rescatada y servir de inspiración central a una sociedad social y ecológicamente sostenible”, proclamaron las profesionales.


El equipo de trabajo tanto del país como el internacional se cuestiona: ¿pero cómo integrar esta urgencia en el arte y en un contexto como el de Guatemala, donde la norma es la desprotección de los recursos, la escasa educación o políticas sobre el tema, la no consideración del conocimiento ancestral y comunal, los capitalismos rabiosos de corte patriarcal? ¿Basta mostrar interés por la naturaleza para considerarnos artistas y ecofeministas? Esta exhibición aspira a provocar reflexiones y diálogos que aborden estas situaciones.


Asimismo, con todos los trabajos se creará un catálogo documento sobre Ecofeminismo en español que servirá como referente al estudio de esta materia en el panorama internacional.


Una de las participantes, la artista visual, fotógrafa y productora Alejandra Hidalgo, expresó: “Muy feliz de ser parte de este grupo de mujeres que admiro. En esta ocasión comparto un viaje por el mundo acuático”. Presenta las imágenes de un video que pertenecen al primer encuentro de danza y artes acuáticas Confluencia, realizado este año en Izabal, en el cual se observa la práctica del Janzu y Aguahara. “Nuestro origen es acuático, del agua somos, de ella venimos y por ella vivimos. Nos invita a despertar la memoria de vida que nos contuvo en el vientre materno y recordar esa parte anfibia que nos habita”, reflexionó.


Por su parte, Josseline Pinto, de la producción y gestión, indicó que estas exposiciones se mostrarán en varias partes de Latinoamérica, que empezara en Costa Rica y en los centros culturales de España de cada uno de los países seleccionados donde se escogió a un curador.


“Todas trabajan de alguna forma u otra con la naturaleza, ya sea por medio de las fibras con el medioambiente o políticamente refiriéndose al extractivismo, como es el caso de Regina José Galindo. También lo interesante es que abarca muchas épocas como la botánica inglesa, Caroline Salvin, que recopiló especies de 1874 que habitan en Guatemala y Centroamérica”.


Para estos meses se realizan talleres y se planifica un simposio en el que estarán activistas mujeres mayas ecologistas que trabajan sobre el derecho de la Tierra, entre otras actividades.

Visitas y recorridos

La muestra permanece abierta hasta el sábado 2 de noviembre, en el Centro Cultural de España en Guatemala (6ª. avenida 11-02, zona 1 Edificio Lux, segundo nivel), de martes a sábado, de 10:00 a 19:00.El ingreso es gratuito.

Si le interesa una visita guiada con algún grupo o centro educativo escriba a
[email protected]

Marisol Vásquez Fotógrafo: Mariano Macz
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Revista Viernes

“Lo que tenemos en nuestras manos es único e irrepetible”

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El antiguo Centro de Restauración de Bienes Muebles (Cerebiem), ahora Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales Muebles, es una entidad que desde 1978 vio la luz gracias a la iniciativa de Edna Núñez de Rodas.


Toda su evolución nos la explica el experto en arte Luis Manuel Muñoz, quien en mayo pasado cumplió 40 años de trabajar para la entidad. “La historia de este departamento surge, básicamente, a partir de la concientización del Estado luego del problema que se enfrenta con el terremoto de San Gilberto en 1976”, inicia su relato.


A lo que suma: “Ella (Edna Núñez de Rodas) funda este departamento que se llamaba Taller de restauración. Lo hace con ayuda internacional, pide a la OEA que se dé apoyo; de hecho, algún mobiliario todavía es de esa época”, detalla.


En 1978 se inicia la búsqueda de profesionales que tuvieran alguna vinculación con el arte. Aparece Ramiro Irungaray. “Luego se fortalece la parte de pinturas de caballete. Ahí se pide apoyo a México a la escuela de Churubusco. Así es como se va formando el taller, un poco empíricamente, tratando de fortalecerse, cuando surge el siguiente problema ¿cómo profesionalizar a los restauradores? La misma licenciada Núñez de Rodas era, coincidentemente, directora del Departamento de Arte de la Facultad de Humanidades. Ella decide crear, con apoyo del Cerebiem, la carrera de restauración en la Universidad de San Carlos (Usac), que hasta la fecha sigue funcionando y es la única en Guatemala que ofrece la titulación de Técnico en Restauración de Bienes Muebles, es decir que este departamento es la madre de esa carrera de restauración y lo ha sido desde siempre”, resalta Muñoz.


En 1984, el experto inicia su carrera técnica de restauración en la Usac y es invitado a ser practicante: “Yo era apenas un jovencito saliendo del colegio de Infantes e iniciando en la universidad y resultó mi sorpresa que no era práctica, sino que me contrataban de una vez. Empecé como auxiliar el 1 de mayo del 1984, así que este 1 de mayo cumplí exactamente 40 años de laborar en este departamento. Yo entré aquí todavía siendo menor de edad, poniendo mi fe de edad, ni siquiera tenía cédula. Ha sido mi único trabajo”, recuerda.


Continua sus estudios con una Licenciatura en arte y posteriormente con una Maestría de Historia en Arte, además de varias especializaciones en México, España y Japón.


Una de sus primeras intervenciones fue un cuadro firmado por Carlos Mérida Oda al Quetzal, que se encuentra en el Museo de Arte Moderno, ya que en sus comienzos fue auxiliar de restaurador de pintura.
En 1992, ingresa la imagen de Jesús Nazareno de los Milagros, de la iglesia de San José, para ser restaurada. El encargado era Ramiro Irungaray, quien en esa época tenía quebrantos de salud por lo que Muñoz se ofrece a apoyarlo, ya que le gustaba la labor que se realizaba en la sección de escultura.

Es debido a esta coincidencia que se traslada de restauración de pintura a escultura. “Ahí es donde me cambio, precisamente a trabajar con la imagen de Jesús de los Milagros, es mi primera imagen trabajada bajo la supervisión y la dirección de mi maestro Ramiro Irungaray, y así es como empiezo en la parte de escultura, que es donde más me desarrollé, del 92 para acá. La pintura nunca la abandoné y hago trabajos eventuales”. Después pasa a ser el encargado de la unidad de escultura y actualmente es el coordinador de todos los proyectos del departamento, que incluyen pintura, escultura y material prehispánico.


Y es que el antes llamado Cerebiem tiene tres ejes de operación que son pintura de caballete, escultura policromada y material prehispánico, en el que ven cerámica, piedra y madera. Reciben piezas de patrimonio religioso y laico que provenga de instituciones como museos, casas de cultura o de centros culturales, no trabajan para personas particulares y todo proceso lleva una solicitud, papelería a presentar y la intervención de la pieza no tiene costo. En la actualidad la lista de espera para trabajos llega hasta 2027.


Los más destacados


Al consultar sobre piezas destacas que han restaurado menciona que a nivel prehispánico hay una pequeña olla chocolatera, de Río Azul; un vaso de un guerrero Jaguar del sitio arqueológico El Naranjo, y un dintel de madera de chicozapote, entre otros. En pintura hay muestras de González Goyri; cuadros de gran formato como Santo Domingo Los Mártires de Polonia o de Santo Tomás. También han trabajado departamentos como Quiché.


A nivel escultórico han limpiado la escultura del papa San Juan Pablo II, que está en la avenida Las Américas; las bancas de la Plaza España, con la reintegración de color; la plaza México del Cerrito del Carmen, con el trabajo de azulejos.


En escultura religiosa Jesús Nazareno de los Milagros, de San José; Jesús Nazareno del Consuelo, de La Recolección; Jesús Nazareno las Tres Potencias, de La Parroquia; el Nazareno de la Indulgencia, de Beatas de Belén; Jesús del Rescate, de Santa Teresa; el Señor Sepultado, de La Recolección; Cristo del Amor, de Santo Domingo; sepultados de El Calvario, La Parroquia y San Francisco.


Nuestra Señora la Soledad, de Santo Domingo, que fue intervenida con María Salomé y María de Cleofás; El Niño de la Demanda, de la Merced; el Resucitado de El Calvario; la Virgen del Rosario; la Inmaculada de Catedral; de San Francisco, del Guarda Viejo; Cristo de los Reyes de la Catedral; de la Preciosa Sangre de San Francisco; Jesús Nazareno y a la Virgen de Dolores de San Cristóbal El Bajo, La Antigua Guatemala; Virgen de Dolores y Señor Sepultado y Jesús Resucitado de San Sebastián, Retalhuleu y de otros departamentos.


Juan Manuel Barrientos es el actual jefe del departamento y manifiesta que la entidad actualmente cuenta con 15 personas trabajando en las diversas áreas: “Va a ser necesario ir llenando cupos para para poder solventar todas las necesidades que tiene el patrimonio”.


Y el personal se hace poco, ya que cada labor conlleva varios procesos que deben que cumplir. “Tenemos que ir a hacer la evaluación respectiva al lugar para poder hacer un dictamen, una evaluación in situ del estado de conservación de la obra y, posteriormente, vemos calendario para recibirla; se le dan algunas medidas preventivas de protección a los tenedores o propietarios para que la obra se mantenga en buenas condiciones antes de ingresarla”.


Agrega que tienen un proyecto establecido desde el inicio de esta administración que es instalar el área científica. “Nosotros aquí hacemos los procedimientos adecuados correspondientes, con nuestras herramientas y con los conocimientos adquiridos con base en la experiencia y al legajo académico. Tenemos algunas debilidades, esto es el área científica, en el mundo los restauradores y los talleres de instituciones tienen un departamento, un procedimiento de análisis físico-químico. Hemos estado enfocados en estos últimos meses en ver la implementación de un taller de análisis, que no solamente pueda analizar lo que lo que viene acá, sino que podamos apoyar a los arqueólogos que trabajan en otras secciones, dentro de la institución”, expresa Barrientos.


Llamado a la reflexión


Ambos entrevistados coincidieron en hacer un llamado a restauradores particulares: “Me gustaría hacer énfasis de que no solo existe el Cerebiem; también, el Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala con su taller de restauración, y la opción de que restauradores privados intervengan patrimonio cultural, pero muchas veces estos últimos omiten el procedimiento administrativo legal que debe llevarse dentro de las instituciones emisoras de autorización. A veces son obras que están en el ojo público, digamos que son muy mediáticas, más que todo en prehispánico y escultura religiosa, y esto puede crear inconformidad en alguno de los devotos en el caso de la de la escultura religiosa, o de algún arqueólogo en el caso de lo prehispánico, a veces ellos (los restauradores) se ven envueltos en situaciones legales que no tienen el respaldo de una resolución administrativa y ocasionalmente llegan hasta procesos legales.

Sí quisiera enfatizar esa situación e instar a todos los que laboren de forma privada a que hagan sus procedimientos en el marco de la legalidad y de la administración del patrimonio”, recomienda Barrientos.


Mientras que Muñoz hace una invitación: “Que este trabajo se haga profesionalmente, con seriedad técnica científica y no simplemente porque tengo el placer o el gusto de pintar o repintar, que es lo que sucede muchas veces. Estamos lastimando este patrimonio, se está perdiendo por estas intervenciones que ahora llaman restauraciones y que no lo son, porque es gente que no recibe toda la instrucción adecuada o le falta entender esa enorme responsabilidad que tiene con la historia, porque lo que tenemos en nuestras manos es único, original e irrepetible, y lo que hagamos sobre estas piezas no tiene vuelta atrás”.


Si desea comunicarse al Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales Muebles, pueden escribir a [email protected].

Katheryn Ibarra Fotógrafo: Cecilia Vicente
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Revista Viernes

Un amigo inesperado

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Francesc Miralles (1968)

Hacía horas que Mariana no lograba conciliar el sueño. Aunque tenía clase en el instituto a la mañana siguiente, acabó saltando de la cama, dirigiéndose hacia el ordenador. Desde que su mejor amiga había hecho una fiesta sin invitarla, se sentía humillada y llena de rabia. Al hablarlo con ella, le había dicho que la fiesta había sido idea de Jenny, una chica de clase con la que Mariana no se hablaba.


“Para que no se produjera una situación difícil”, argumentó, “esta vez no te invité, pero ha sido una situación especial”. Mientras Mariana encendía el ordenador, un trueno hizo retumbar la ventana abierta. Al ir a cerrarla, vio una figura extraña: un joven vestido de payaso esperaba en la parada del autobús nocturno.


Antes de sentarse frente al ordenador, se preguntó quién sería aquel payaso que volvía a casa de madrugada sin haberse podido cambiar. Entró en Facebook y fue directamente a su agenda de amistades. Vio que eran demasiadas. A muchas personas apenas las conocía, y otras que conocía bien no podían llamarse así.


“Tengo que hacer limpieza”, se dijo a la vez que un segundo trueno daba inicio a una fina lluvia.
Se levantó un instante para ver si el hombre todavía estaba allí fuera, a la intemperie. Efectivamente, seguía de pie en la parada. Su maquillaje amenazaba con deshacerse si el bus no llegaba pronto. Turbada por esta imagen, volvió al ordenador dispuesta a limpiar su agenda de falsos amigos. Empezó bloqueando a Jenny, que, absurdamente, aún formaba parte de sus contactos. Luego se deshizo de todos aquellos a quienes no conocía personalmente.


Cuando el número de contactos quedó reducido a cincuenta, Mariana se dijo que tampoco todos ellos podían llamarse amigos. ¿Cuántos ponían “me gusta” a sus post? Siempre los mismos diez o doce. El resto era como si no existiera. Decidió eliminarlos sin piedad. Luego fue al muro de su mejor amiga. En su último post, aparecía abrazada a Jenny, bailando en la fiesta donde ella no había sido invitada.


Estaba a punto de bloquearla también cuando oyó que se desataba definitivamente la tormenta. Corrió hasta la ventana para comprobar si el payaso seguía allí. Al verle empapado bajo la tormenta, se olvidó por un momento de su limpieza de amigos y decidió bajar con un paraguas. Se dio cuenta, entonces, de que era muy joven. Como mucho un par de años mayor que ella. Tras ofrecerle el paraguas abierto, le preguntó:


—¿Qué haces a estas horas de la noche vestido así?

—Vengo de actuar en una cena de cumpleaños —contestó el chico— y vuelvo en autobús porque me pagan muy poco. Hoy, además, en el restaurante me han robado la bolsa con la ropa para cambiarme.
Mariana sintió lástima por aquel payaso mojado.


—¿Y no te gustaría dedicarte a otra cosa?—
le preguntó—. Aún estás a tiempo de estudiar otro oficio.
—No hay mejor oficio que este —dijo el payaso llevándose la mano al corazón—. Creo que quien me ha robado la ropa para hacerme una mala pasada estaba en la fiesta, pero allí también he visto a varios reír hasta llorar. Quizá han tenido un día terrible y durante un rato les he ayudado a aligerar su carga, como un amigo inesperado.


—En este punto, él joven miró a la chica, dándose cuenta de que era solo una adolescente— ¿Y tú? ¿Qué haces despierta a estas horas?


—He visto que te estabas mojando y he bajado a traerte un paraguas. Eso es todo.
—Entonces eres como yo. Has bajado para ayudar a alguien que ni siquiera
conoces. Por la sola satisfacción de hacerlo, sin pedir nada a cambio.


Esta frase la hizo reflexionar sobre los sentimientos negativos que había albergado los días pasados. Cuando la silueta del autobús ya se perfilaba al fondo de la avenida, Mariana le tomó de la manga y le dijo:


—Tengo algo que preguntarte… ¿Has sentido a veces que das lo mejor de ti a alguien y que luego no te corresponde?


—Cada día, forma parte de mi oficio.


—No, porque he entendido que la generosidad no es un camino común de ida y vuelta.


—¿Qué quieres decir con eso? —
le preguntó ella.


—Lo bueno que das vuelve a ti, pero no siempre por parte de las personas que reciben tus favores. Esa es la magia de dar sin esperar nada a cambio —dijo mientras el autobús ya frenaba frente a la parada—. El universo te premia a través de otros amigos, incluso a través de alguien que no te conoce.


—¿De verdad? ¿Te ha sucedido alguna vez?


El payaso besó a la chica en la frente y, antes de subir al autobús, le confesó:
—Sí, esta noche. Yo he dado lo que tenía en otra parte, y tú me has traído el paragua

La crónica de un atentado

Irma Flaquer es otra víctima de la represión de la historia guatemalteca. Su caso quedó en el limbo de las desapariciones: aunque se intuye su destino (tortura, humillación y asesinato), nada se sabe con certeza. Sin embargo, no todo muere con la muerte y lo que se ha dicho sobre ella, su vida y trabajo, extiende su fatal combate contra el silencio.

Por defender sus opiniones e indagar en las eternas causas de la problemática social de su país, Flaquer sufrió una serie de atentados directos. A raíz de estos surge una serie de relatos de tinte autobiográfico que viene precedida de una dedicatoria sorpresiva: a su asesino, a su frustrado asesino. Quedan en estas páginas del libro A las 12:15 el sol, el testimonio de un cercano encuentro con la muerte y, por lo tanto, una renovada visión de la vida.

El libro está a la venta en la Tipografía Nacional (18 calle 6-72, zona 1) a 18 quetzales. Es parte de la colección Literatura.

Redacción DCA
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