Comunícate con nosotros al 1590

Revista Viernes

El médico que revolucionó la historia

Publicado

-

Ernesto Guevara de la Serna, mejor conocido como el Che Guevara, recorrió y vivió en Guatemala.

Jorge Molina se ha dedicado a investigar el paso de Ernesto Guevara por nuestro país. Narró a Revista Viernes el trayecto de este personaje por las calles de Guatemala y empieza relatando que “Mirna Eligia Torres Rivas fue la mejor amiga del Che en Guatemala. Ernesto Guevara llega a Guatemala en noviembre de 1953 en su tercer viaje por América Latina (ya había hecho dos), pero no se había graduado y entonces la mamá (en la segunda travesía) le dice que regrese a graduarse y volvió a Argentina y se gradúa de médico. Al iniciar el tercer trayecto se iba a quedar en Venezuela, pero alguien le habla de que Guatemala estaba viviendo lo mejor de la revolución porque había una reforma agraria. Llega al país y se hospeda en la Pensión Meza, en donde vivían muchos jóvenes latinoamericanos que estaban experimentando la revolución guatemalteca, viendo los cambios sociales”.


El relato continúa: “Ñico López era un cubano que se sumó a la revolución de Cuba unos años después y él es el quien le pone el apodo del Che porque Ernesto era muy tradicionalista, y a todo el mundo le decía ‘che vení y che que hacé’ y como ellos no les sabían el nombre le dicen por primera vez Che Guevara, pero a él no le gustaba mucho, quería que le conocieran como el doctor Guevara. En ese mismo lapso conoce a Hilda Gadea, una peruana, activista social y trabajaba en el Instituto de Fomento Agrario de Guatemala junto con Mirna Eligia Torres Rivas. Guevara y Gadea se hacen novios, pero con pensamientos opuestos, Gadea reclutaba latinoamericanos para que se integraran a la Unión Latinoamericana Comunista de Jóvenes y Guevara le decía que no, porque la lucha no era armada, sino que debía ser filosofal e intelectual. Ella termina siendo su primera esposa”.


“Cuando se empezó a fraguar la contrarrevolución, empezaron los bombardeos en Guatemala. Se llevan presa Hilda y cuando se da la renuncia de Árbenz, uno de los primeros grandes críticos fue Ernesto Guevara, quien dijo que ‘Árbenz se había acobardado y que había abandonado la lucha del pueblo de Guatemala’ hasta que conoce al primer esposo de Torres Rivas (su mejor amiga) y le dice ‘date cuenta lo que pasa es que nos están matando, la CIA les está dando aviones para que nos bombardeen, están matando al pueblo por mantener la revolución por eso Árbenz renuncia para que no maten a su pueblo’. El Che se da cuenta de que estaba en un error, de que el ejército se le había revelado a Árbenz por dinero”.


Luego “hubo un bombardeo en la zona 1 de la capital, hieren a una familia, incluída una niña y la llevan al sanatorio en donde Ernesto Guevara estaba atendiendo gente. Él se había involucrado ya en la lucha de esa forma (como médico) y esa niña muere ahí de un balazo. Y eso le cambia la vida a Ernesto Guevara. Después escribe una carta a su tía y le dice ‘estaba en aquellos momentos en Guatemala, la Guatemala de árboles, entonces me di cuenta de una cosa fundamental, para ser médico revolucionario o para ser revolucionario lo primero que hay que tener es revolución’ y ahí se dice que Ernesto Guevara deja los libros de medicina deja todos sus escritos y se convierte en revolucionario…”.


“La moraleja del asunto es que los mismos estadounidenses con bombardear Guatemala y robarle la revolución a este país, hicieron de Ernesto Guevara el Che Guevara.


La habitación que ocupó Ernesto los últimos días durante la Invasión del 54 está intacta en la Pensión Meza, 10ª. calle y 10ª. avenida, zona 1, habitación 20, donde escribió la mayoría de sus poemas para el mundo”, concluye Molina.

Katheryn Ibarra Fotógrafo: Mario León
Seguir leyendo

Revista Viernes

Las dulces ofrendas de octubre

Publicado

-

La basílica menor del templo de Santo Domingo se convierte, durante esta temporada, en un lugar de sobremesa para fieles y los no creyentes

El olor a dulce, el calor de los fogones con las frituras de los churros, molletes y buñuelos es tradicional en las ventas que se colocan en los alrededores de la iglesia de Santo Domingo durante octubre.
Es habitual degustar estos postres luego de realizar una visita a la Virgen del Rosario, o simplemente porque se ha vuelto una tradición familiar el llegar y disfrutar de una vianda.


Los dulces típicos como colochos, canillas de leche, bolas de mazapán, nuégados, cocadas, higos en miel y más, forman parte del folclor del guatemalteco en esta y muchas otras ferias que recorren el país ofreciendo los inconfundibles confites.


Este año se han habilitado 90 puestos de venta de diversa gastronomía (dulce y salada) que estarán todo el mes en horarios de 7:00 a 22:00 y los viernes y sábados se extienden hasta las 23:00.


Sin embargo, existen locales durante todo el año como Buñuelos Santo Domingo, que se ubica frente a la iglesia, a un costado del Hospital de la Policía y atienden de 8:00 a 21:00. Lo invitamos a degustar de la gastronomía guatemalteca, tan única y propia.

Katheryn Ibarra Fotógrafo: Danilo Ramírez
Seguir leyendo

Revista Viernes

Sabor y coloren cada enchilada

Publicado

-

Euda Morales

La enchilada es mucho más que un antojito para comer en todo momento o durante los fines de semana, incluso para algunos como una comida. Es vistosa por su colorido y, por sobre todo, deliciosa al paladar. Fusiona texturas por lo crujiente de las tortillas con las verduras y la justa acidez de las mismas. Para un sabor casero, bien vale tomarse el tiempo y prepararlas en casa y si lo prefiere, las consigue en los mercados, así como en las ferias patronales.


La base de la enchilada es el encurtido de verduras. ¿Qué es un encurtido? Es una técnica de conservación mediante el uso de vinagre, sal y en algunos casos azúcar, para preservar verduras, frutas o incluso carnes en buen estado durante más tiempo. El proceso de encurtido también les da un sabor ácido y característico.


Se destaca por su complejidad y la tradición detrás de cada uno de sus componentes. El colorido del encurtido se lo aporta la remolacha, de manera que, a mayor cantidad de remolacha, más intenso será su color. Además, integra una mezcla de verduras como zanahoria, ejote, todo picado, arveja, repollo cortado en juliana. Cada verdura se cocina por separado para que esté al dente o crujiente al final de la cocción, se condimenta con sal, pimienta, orégano, vinagre y se le permite enfriar. Este proceso se puede hacer con antelación un día antes con dos motivos primordiales a considerar. El primero porque toma tiempo en su elaboración por el corte de las verduras, y segundo para que al encurtir logre el colorido y el sabor esperado.


El armado de la enchilada es esencial para que luzca sus características. La tortilla dorada en aceite o una tortilla tostada es la base, luego una hoja de lechuga, el encurtido, carne de res y posta de cerdo magras o con el mínimo de grasa posible, picada cada una finamente, cocida con tallos de cebolla y condimentada con sal y pimienta. Se cubre con salsa de tomate natural preparada en casa a base de tomate, chile pimiento cocido, molido y condimentada con laurel y tomillo.


Aún falta la decoración, se coloca una rodaja de huevo, aros de cebolla, perejil picado y queso seco. Luce irresistible. Aunque, es una comida para conocedores porque el comer una enchilada puede resultar toda una experiencia, ya que requiere de cierta práctica para que la tortilla dorada no se quiebre y pueda caerse el encurtido. Mejor no pensarlo, una solución sería, comerla con la ayuda de un tenedor, pero es diferente a lo esperado.


La enchilada lleva tanto elemento que no necesita acompañante, resulta una comida única y quizás llegue a comer más de una.

Eddy Castillo
Seguir leyendo

Revista Viernes

“Estamos obligados a conocer la literatura de Asturias”

Publicado

-

Edgar Quiñónez, con más 40 años de dedicarse a la escena teatral, se alista junto a un equipo para abrir el telón de El señor Presidente

El actor y director guatemalteco Edgar Quiñónez nos recibió en su oficina para conversar sobre las producciones teatrales que ha realizado durante estos años, como Pascual Abaj, el Gato con botas y Pinocho, entre otras, pero sobre todo la que presenta este octubre: El señor Presidente, basada en la novela del escritor Miguel Ángel Asturias. “Esta es producción propia, que se genera a partir de la labor conjunta del Ministerio de Cultura y Deportes y de la institución”, menciona emocionado.


El productor explica que el Teatro Nacional se ha convertido en un espacio de renta donde institucionalmente no se produce. “En esta oportunidad estamos contentos porque hemos formado un buen equipo de producción en el cual se da la oportunidad nuevamente de abrir los talleres de escenografía y vestuario: el proceso de iluminaciónestá a cargo del maestro Josué Sotomayor, el responsable de hacer crecer la magia actoral en el escenario”, asevera. Al respecto, comenta que la gente muchas veces solo observa lo bonito de la iluminación en una puesta en escena, pero desconoce todos los procesos y el tiempo que se requiere para crearlo.


Con relación al estreno, confirma la participación de un equipo actoral de 18 personas más un director. “Es un montaje interesante, de mucha energía, orgánico, diferente a todo lo que hemos visto”, refirió el profesional. Recordó cómo en la década de 1970 el dramaturgo guatemalteco Hugo Carrillo se interesó para hacer una adaptación teatral y dialogó con Asturias para conseguir los derechos y el permiso, que luego fue obtenido.


Fuerza laboral y creativa


La pieza la integran, aparte de los actores que oscilan de variadas edades y géneros, los herreros, pintores, la producción de luminotécnicos perteneciente al teatro. Asimismo, cuenta con los talleres de vestuario a cargo de Héctor Leal, con la confección de diseños especiales que se apreciarán en escena; también abrirán el salón de maquillaje y peinado.


El histrión dice que independientemente de la escenografía, hay un trabajo administrativo fuerte para la contratación de los actores. “Se abren espacios para que ellos puedan cobrar bien; entonces, por primera vez se les recompensa económicamente de manera justa”.


Una vida en las tablas


Quiñónez nació en Guatemala, el 22 de mayo de 1954. Estudió arte dramático en la Universidad Popular (UP), de donde egresó como capacitado en actuación, en 1976.


Fue seleccionado para integrarse a la compañía de teatro profesional de la UP mientras era alumno. En 1982 obtuvo el título de maestro en arte, especializado en teatro por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Ha impartido numerosos talleres a diferentes grupos y en temporadas de teatro. Es miembro de la Asociación Nacional de Actores y Técnicos de Guatemala (Anayt).


Ha laborado en diversos grupos teatrales, bajo la dirección de los connotados directores y maestros, como Hugo Carrillo, Rubén Morales Monroy, Herbeth Meneses, Manuel Corleto, María Teresa Martínez y Dick Smith. Ha actuado en más de 50 obras tanto de actor como de director; en el 2008, participó con el Ballet Guatemala en Romeo y Julieta en la cual interpretó al Conde Montesco.


Como director, obtuvo dos nominaciones al premio OPUS 87 por el trabajo de la obra infantil Tío Coyote y Tío Conejo. En 1980 fue seleccionado por la Unesco para representar a Guatemala, junto al poeta Luis de Lión para asistir a un Congreso sobre Experiencias en comunidades del tercer mundo, en la ciudad de Dakar, Senegal, en el occidente de África. Exhibió la ponencia El teatro como medio de comunicación popular en las áreas marginales.


Además, el título de licenciado en arte dramático en la Escuela Superior de Arte de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Actualmente, es asistente del Departamento Técnico Artístico del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias y docente.


Por último, enfatiza: “Estamos retribuyendo parte de sus impuestos a la población por medio de los espectáculos que todo guatemalteco debe conocer. Además, estamos obligados a conocer la literatura de Asturias y la dramaturgia de Hugo Carrillo”.


Escrita en el siglo XX


El autor guatemalteco escribió la obra entre 1920 y 1933, y fue publicada en 1946. Es una crítica a la dictadura de Manuel Estrada Cabrera.


El primer acto de la obra de teatro describe a un grupo de mendigos durmiendo en el portal de un edificio e invocando a Luzbel. Lulo tiene una pesadilla sobre ser el presidente y es atormentado. Aparecen otros personajes, como un estudiante agredido por la Policía.


El acto concluye con el Pelele siendo atormentado por mencionar a su madre.

Según María González Araya, en el documento El señor Presidente de la Universidad de Costa Rica, es una denuncia al poder deformante de la dictadura, manifestada a su vez en la violencia y en el desarraigo de todo valor moral. “Desde el principio ya se nos sugiere esta atmósfera, con un juego perturbador de la onomatopeya, en donde, sin poner a trabajar mucho la imaginación, nos damos cuenta del ambiente pesado y horripilante de los cuadros esperpénticos, que con la influencia del cubismo y el surrealismo cobran su efecto dantesco dentro de la obra”, reseñó.

Dato

Para conmemorar los 125 años del nacimiento de Miguel Ángel Asturias, el Ministerio de Cultura y Deportes estrena la obra El señor Presidente, en la versión dramática de Hugo Carrillo. Las funciones serán en el Gran Sala Efraín Recinos, el 24, 25, 26, 30 y 31 de octubre y el ingreso es gratuito solo deben estar pendientes de las redes sociales de la cartera de Cultura para conseguir las entradas.

Marisol Vásquez Fotógrafo: Sandra Sebastián
Seguir leyendo

Directorio

  • Dirección General: Carlos Morales Monzón
  • Coordinación General de Redacción: Miguel González Moraga
  • Coordinación de Información: Mario Antonio Ramos
  • Editores: Carlos Ajanel Soberanis, Jose Pelico, Fernando Quiñonez, Katheryn Ibarra y Max Pérez
  • Página Web: Magaly Alvarado

©2024 Diario de Centro América - Todos los derechos reservados.