ECONÓMICAS
El ingenioso constructor de casas a base del bambú
Científico emprendió la edificación de viviendas no convencionales, utilizando un 80 por ciento de madera extraída de esta planta.
Antonio Aguilar es un astrofísico y físico egresado de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, que desde más de una década se embarcó en la edificación de viviendas con materiales no convencionales y ambientalmente sostenibles. Primero, comenzó con una empresa de energía solar para luego mudarse a la industria de la construcción empleando madera de bambú.
A sus 42 años, ha fundado dos empresas, ambas con esa misma visión. Inicialmente Quetzol que luego se convirtió en Kingo. Esta se dedicaba a la instalación de paneles solares en comunidades sin energía eléctrica. Su característica poco común o inusual es que vendía el fluido como quien recarga un teléfono; utilizaba el sistema prepago con sus clientes.
“A quienes buscan nuestras casas los une un criterio: la conciencia ambiental”. Antonio Aguilar Emprendedor
De ambas desligó y vendió sus acciones, pues consideró que la población no necesita únicamente suministro energético, pues cuando regresaba a esas localidades se encontraba que las personas seguían usando leña y vivían en casas con techos de lámina, que más parecían chozas ahumadas.
A partir de ahí reaccionó y pensó que era necesario proveer viviendas con servicios integrales y sostenibles, incluyendo la recolección de agua, tratamiento de desechos, evitar el consumo de leña. También, que sus techos y paredes no fueran convencionales de block. Se las ingenió, viendo experiencias en países asiáticos, en la utilización del bambú.
Fue así como desde 2013 constituyó lo que hoy es Construcciones Autosuficientes (Cassa), con la que se dedica edificar unidades habitacionales a base de la caña de esta planta que, en solo seis años, a partir de su siembra, comienza a ser útil.
Estilos y modelos únicos
Los techos que construye Aguilar y su empresa tienen características propias. Quienes quieren una edificación convencional no son su nicho de mercado. Solo atiende a aquellas familias que acepten al menos el uso de dos de los siguientes materiales o servicios: energía solar, bambú en paredes y parcialmente en techos, planta de tratamiento de aguas, un tanque de captura de agua de lluvias y una red de drenajes propia. La cisterna de agua que coloca tiene capacidad de almacenar cinco mil litros, cantidad que puede alcanzar hasta para tres meses a un núcleo de tres personas. Se incluye también un filtro y su tratamiento permanente para evitar la contaminación.
Hasta ahora ha erigido en 12 departamentos, a los cuales se han sumado demandas de Guatemala, Sacatepéquez y Escuintla. “Quienes buscan nuestras casas los une un criterio: la conciencia ambiental”. Son personas comprometidas con el respeto y conservación del entorno, explicó Aguilar.
El bambú dura toda una vida, pueden ser más de 50 años, al igual que una casa común que se edifica con materiales tradicionales, señala.
Cada pieza lleva un tratamiento minucioso con químicos para evitar daños provocados por gorgojos y la humedad.
“En países de Europa y Estados Unidos hay hasta edificios a base de bambú”.
El costo de una casa
Una propiedad erigida por Cassa tiene un costo de entre 3 mil 500 y 6 mil quetzales el metro cuadrado, que incluye la obra terminada en su totalidad, más los sistemas de drenaje, cisterna, bomba y filtros de agua, paneles solares, etcétera.
Según este presupuesto, una unidad de 40 metros cuadrados puede costar 400 mil quetzales. Tiene alianzas con bancos para su financiamiento, aunque su nexo más cercano es con Interbanco.
El requisito del comprador es contar con el terreno. “No hay industria más grande que la construcción; en países de Europa y Estados Unidos ya hay hasta edificios a base de bambú”, aseguró el emprendedor.
Por ahora Aguilar prevé que su compañía crecerá a un ritmo más acelerado porque cada vez hay más conciencia ambiental. En estos años, desde su apertura, ha entregado 130 unidades habitacionales. El bambú lo compra a un productor de Suchitepéquez.
ECONÓMICAS
Azucareros asumen compromisos
Prometen proteger cuencas de ríos, apoyar la educación y disminuir la desnutrición infantil
Los ingenios azucareros asumieron ayer públicamente una serie de compromisos relacionados con la conservación del medioambiente y de tipo social con las comunidades que tienen relación directa. Le denominaron Estrategia de Sostenibilidad 2023-2033.
Se fijaron metas concretas como reducir en un 10 por ciento la desnutrición de niños en comunidades aledañas a sus plantaciones, respetar el desemboque y cuencas de los ríos, evitar la deforestación y reforestar áreas descuidadas, entre otros.
En la siguiente década persigue el equilibrio entre el uso sustentable de los recursos naturales, el impacto social y la prosperidad económica.
“Somos conscientes de que la sostenibilidad no es una opción, sino la única forma de hacer negocios responsablemente”, dijo Luis Miguel Paiz, gerente general de Guatecaña, el nuevo nombre con el que ahora en adelante se identificará al sector.
“Hemos trazado metas y asumido un nuevo rumbo para que cada una de nuestras acciones esté orientada a cosechar el bienestar del mañana para todos”, fue otra de las frases del
empresario.
Proyecto de una década
• Cuidar el agua, el aire y la tierra en todos los procesos de su producción.
• Reducir aún más el impacto hídrico con el uso eficiente y responsable del agua.
• Reducir su huella de carbono en un 7 por ciento.
• Cero deforestaciones en las extensas áreas del cultivo y trabajarán en la recuperación de bosques en la parte alta de las cuencas, zonas de ribera de ríos, manglares y otras áreas que definirá cada ingenio.
• Promover igualdad de oportunidades de trabajo.
• Contribuir en la reducción del 10 por ciento de la desnutrición de niños menores de 5 años en las comunidades priorizadas.
• Lograr que el 80 por ciento de los infantes y adolescentes, de 7 a 15 años, no abandonen sus estudios.
• Fomentar el desarrollo con oportunidades de formación para jóvenes, que les permitan ubicarse en el mercado laboral o autoemplearse.
• Otorgar 85 becas anuales a jóvenes de la Costa Sur, para que estudien diversas carreras profesionales.
Con el propósito de suplir la demanda, el Ministerio de Economía (Mineco) aumentó los contingentes para traer de otros países, maíz blanco y frijol negro, sin pagar impuestos arancelarios.
En el caso del maíz la ampliación fue de 25 mil toneladas métricas (250 mil quintales), para sumar 80 mil toneladas para todo el año. De frijol negro el cupo se incrementó en 5 mil (50 mil quintales) para totalizar 20 mil toneladas métricas.
Según la cartera de Economía, el principal objetivo de estas medidas es satisfacer el déficit nacional de determinados artículos básicos que la producción local no atiende durante ciertas épocas del año.
Se persigue mantener un balance entre los intereses de productores y consumidores para que, por un lado, garantice la generación de empleo e ingresos en el área rural y, por otro, evitar alzas inmoderadas de los precios que perjudiquen a la mayoría de la población.
ECONÓMICAS
Banguat destaca la fortaleza económica
Presidente del banco central apoya el 3.2 por ciento de déficit fiscal programado en el presupuesto de 2025
Ayer, el Banco de Guatemala celebró los 100 años de haberse instituido el quetzal como moneda nacional. Y su presidente, Alvaro González Ricci, aprovechó para destacar la estabilidad de los principales indicadores sobre los que descansa la estabilidad económica.
Uno de los más relevantes es la inflación, la cual se mantiene por debajo de la meta intermedia fijada por la Junta Monetaria. El costo de vida, medido anualmente -de septiembre de 2023 a septiembre de 2024-, aumentó 3.33 por ciento.
El rango estipulado en la política monetaria es de 4 por ciento, con un margen de un punto abajo o un punto por arriba. En septiembre fue sorpresivo que el nivel general de precios haya bajado hasta un 0.38 por ciento con respecto a agosto.
El funcionario hizo una reseña del desempeño productivo. En ese sentido, explicó el dinamismo del crédito bancario al sector privado, que crece alrededor de un 15 por ciento.
Listos para crecer más
González Ricci mencionó que el déficit fiscal con relación al producto interno bruto de 3.2 por ciento, fijado en el presupuesto de ingresos y gastos para 2025, es aceptado por organismos internacionales. Indicó que, sin descuidar las áreas de educación y salud, elevar el desajuste fiscal es bueno siempre y cuando esos fondos se destinen a infraestructura que impulse el crecimiento económico.
“Ahora estamos en una posición de contraer más deuda y elevar el déficit como lo piden las calificadoras de riesgo, siempre que esos endeudamientos se materialicen en infraestructura como caminos rurales, carreteras, puertos y aeropuertos”, consideró.
Un siglo del quetzal
Con la emisión de un billete de un quetzal, un sello postal, 10 mil monedas de plata (edición limitada) y un programa de actividades educativas y culturales, el banco central celebró, en acto especial, el centenario de la unidad monetaria, símbolo de la estabilidad y soberanía económica.
Sostuvo que la unidad monetaria ha sido testigo de los cambios por los cuales ha pasado el país durante un siglo. “Su solidez es resultado de políticas prudentes y responsables y el compromiso de los guatemaltecos en construir un mejor futuro para las próximas generaciones”, expresó.
