Barcelona – EFE
El Santiago Bernabéu decidirá a uno de los finalistas coperos después del empate A 1 en el Camp Nou ayer en un partido en el que el Real Madrid estuvo mejor en el primer tiempo y el Barcelona, en el segundo.
Los madridistas atropellaron al Barsa en unos buenos 20 primeros minutos, pero no tuvieron continuidad posterior frente a un equipo azulgrana que contó con Leo Messi en la última media hora, aunque la mejor noticia fue la aportación de Malcom, el mejor y autor del gol de su equipo.
El ritmo, la pausa y el control. El Real Madrid lo tuvo todo de salida en el primer gran partido de Santiago Solari en el banquillo madridista. Su equipo sabía a lo que jugaba frente a un Barsa con dudas, mal posicionado y que se sintió muy incómodo desde el pitido inicial.
Vinicius puso un balón en el segundo palo que superó a Jordi Alba, lo controló Benzema y lo sirvió a Lucas Vázquez dentro del área para subir el 1-0 a la pizarra, en el minuto 6, en favor de los merengues.
El Barsa no se desperezó hasta pasado el minuto 20. Hasta entonces, el Real Madrid amenazó a base de robos en la zona de creación del Barsa, sobre todo por parte de Vinicius, que no concretaba todo lo que apuntaba.
En cuanto se activó la banda derecha del Barsa, con Semedo y, sobre todo, Malcom, todo cambió. El extremo no estuvo acertado en uno contra uno frente a Keylor Navas (min. 19), un centro suyo fue rematado por Piqué en otra gran acción de peligro (min. 27) y otra falta servida por el brasileño fue cabeceada por Rakitic al palo (min. 32).
Desde entonces y hasta el final del primer tiempo, el partido ya era de los azulgranas, pero con un futbol alejado de sus cánones habituales, basado más en el corazón que en la técnica, pero con continuas llegadas sobre la meta de Keylor Navas. Todo ello, mientras Leo Messi, nervioso, jugaba con una botella de agua en el banquillo.
El empate llegó el minuto 58, nació en un pase de Lenglet sobre Alba, el balón lo repelió Keylor Navas, Luis Suárez cazó el rechace y disparó a un palo. Malcom, muy atento, recogió el balón y lo puso donde nadie llegó.
