Una segunda mitad muy efectiva del Barcelona alejó los fantasmas que lo rodeaban en las últimas jornadas y le sirvió para recuperar la senda del triunfo con una manita (1-5) sobre el Mallorca, que tuvo sus opciones en la primera hora de juego.
Y sin haber generado grandes ocasiones de peligro, el cuadro azulgrana se halló un regalo propio del 25 de diciembre a principio de mes. Johan Mojica, vestido de Papá Noel, despejó un balón que era de Leo Román cuando no tocaba, con la mala fortuna de que Ferrán Torres rescató ese rechazo y marcó el primero libremente.
Y el momento del local llegó al filo del descanso, cuando una de las muchas intentonas por encontrar la espalda de la defensa rival dio sus frutos.
Maffeo se quedó en un dos para uno frente a Iñaki Peña que finalizó con facilidad Muriqi, quien sumó su tercer tanto de la temporada.
Pasados los primeros minutos del segundo acto, un envío en profundidad a Yamal forzó que Mojica contactara con el delantero español y cometiera un penal, que transformó Raphinha, aunque estuvo a punto de detenerlo el portero bermellón.
A pesar de sus intentos por cambiar la dinámica de juego, una genialidad de centro de Lamine la aprovechó Raphinha para firmar el segundo gol de su cuenta particular, el tercero de la noche para el Barsa y la sentencia en Son Moix.
Aún con el hambre que caracteriza a un chico de 17 años, el extremo de la selección española imitó el mismo gesto técnico, un centro con el exterior del pie para Pau Víctor, quien dio una asistencia atrás despejado por la defensa local pero rematado por De Jong a placer.
Un contragolpe terminó con un pase de la muerte del autor del cuarto gol hacia Pau, quien, con toda la comodidad del mundo, certificó el quinto que alivia los males del cuadro azulgrana en las últimas semanas.
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