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COLUMNAS

El auge del confinamiento y la lectura

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Gerardo Castillo Ceballos Profesor de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra

La época del confinamiento obligatorio, para evitar posibles contagios del Covid-19, fue traumática para muchas personas. Se sentían enjauladas en sus casas, y con sentimientos de ansiedad y claustrofobia. Ello impulsaba a algunos confinados a revivir la picaresca. Se recurrió mucho a salir de casa clandestinamente, para dar largos paseos, valiéndose de trucos para no ser multados, como por ejemplo, simular que se va a comprar pan llevando una barra como coartada, o aparentar que se está paseando el perro que no se tiene, pero que  se lo ha prestado un vecino. Muchas de esas personas que se sentían enjauladas en casa, ahora se confinan voluntariamente en ella, viéndola como un refugio.

Autoconfinarse es una tendencia creciente que puede  llegar a generalizarse, sobre todo por parte de  personas mayores, sabedoras de que son más vulnerables. A esto se une las preocupantes noticias sobre nuevos contagios y los sucesivos y cambiantes  protocolos para evitar contagiarse. Conozco personas que, para salvaguardar su salud mental, han dejado de ver la primera parte de los telediarios. La tensión de sentirse amenazados de forma permanente por una espada de Damocles llamada Covid-19, suele producir estrés. ¿Cómo sería una ciudad en la que todos sus habitantes permanecieran aislados en sus casas? Parece ciencia ficción o una novela de Huxley sobre el futuro, pero puede llegar a ser una realidad. Para llenar sus muchas horas de ocio, a los autoconfinados ya no les basta recurrir a la televisión y al internet;  necesitan algo que les enganche y llene más personalmente: el libro. En contraste con la hostelería, las librerías están vendiendo más que nunca. Pienso que ese cambio de comportamiento entre las dos formas de confinamiento (obligatorio y voluntario) no es caprichoso ni incoherente. Se debe a que ha aumentado el miedo. El miedo es una emoción que cumple un papel fundamental: la supervivencia. Sin miedo viviríamos de forma tan temeraria, que pondríamos continuamente en peligro nuestra vida. Aunque algunos miedos pueden ser disfuncionales, entorpeciendo la toma de decisiones, el miedo en sí mismo no es el problema. El problema suele ser reaccionar con actitudes irreflexivas, generando así miedos irracionales. Algunas personas  han descubierto un recurso para estar confinado sólo físicamente, no espiritualmente, la lectura, tal como se observa en este testimonio: “Aprender a leer es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio, y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a D’Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas” (Discurso de Mario Vargas Llosa, al recibir el Nobel). En un país que se lee muy poco, ha tenido que ser el confinamiento el que capte muchos nuevos lectores. Una vez más se cumple lo de “no hay mal que por bien no venga”, porque la lectura continuada, el hábito lector, es muy beneficioso en todas las edades. Para Borges, “la espada o el arado son una extensión de la mano; el espejo o el telescopio de nuestros ojos. El libro, en cambio, es una extensión perdurable de la imaginación y de la memoria”. La lectura es especialmente necesaria en la actual sociedad tecnologizada. Un adolescente cualquiera pasa medio día en las redes sociales y, posiblemente, ninguna hora leyendo una novela. Sin embargo, nunca ha sido tan importante saber leer y comprender lo que se lee, como en esta época, en la cual la información fluye rápidamente y exige una comprensión casi inmediata. Quien no sabe hoy analizar un texto, difícilmente podrá hacer una buena utilización de las nuevas tecnologías. Coincido en que leer  es un acto revolucionario, porque nos hace pensar y posibilita discrepar con sentido  en la búsqueda de la verdad.

Universidad de Navarra
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COLUMNAS

Día Mundial del Libro y Derecho de Autor en Guatemala

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Saraí Flores Gómez
[email protected]

Los libros son un recurso imprescindible para el proceso formativo, en Guatemala, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el último censo realizado, el 93 por ciento de los jóvenes entre 13 y 30 años sabe leer y escribir; pese a ello, se estima que solo el 1 por ciento lee por placer.

Los libros son conocimiento y han evolucionado en tiempos pasados las paredes de cuevas en la época prehistórica servían como libros, posteriormente los pergaminos, y actualmente los libros electrónicos.

Los libros sirven como capsulas de tiempo que ayudan a recordar el pasado, a soñar el futuro, moldea nuestro intelecto, permite transportarnos a otras épocas y tener muchos panoramas.

La lectura es el ejercicio para la mente, un viaje para la imaginación y conocimiento para la vida.

La lectura es un proceso dinámico que ayuda a decodificar palabras para darle un significado, mientras que construye mundos de conocimiento, todo se hace en conjunto de palabras que ayudan a formar ideas. El acto de leer es un esfuerzo transformador, que ayuda al vocabulario, a la redacción, agudiza el pensamiento crítico, fomenta el amor por el aprendizaje y la imaginación, además de ayudar con la vida diaria.

En Guatemala existen clubes de lectura que ayudan a fomentar la lectura de una forma más interactiva; entre ellos, el que imparte Nueva Acrópolis Guatemala, que cuenta con una variedad de clubes entre ellos, Reading Roulette, Poesía por Leer, Pensamiento Crítico, Panorámica Literaria del Siglo XXI, Nuevos soñadores, Literarias, Letras Nocturnas y el Club de las Aprendices, los cuales son virtuales y presenciales.

La lectura es un placer que se adquiere desde temprana edad, solo así se fomenta el hábito y el placer por leer; como dijo Gabriel García Márquez: “Sería ideal que un niño dedicara parte de su fin de semana a leer un libro hasta donde pueda y donde le guste ­que es la única condición para leer un libro, pero es criminal, para él mismo y para el libro, que lo lea a la fuerza en sus horas de juego y con la angustia de otras tareas”.

El 23 de abril se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, para promover la importancia de estos. Conjuve reconoce la importancia de los libros en el desarrollo de la juventud, así como el reconocimiento de jóvenes escritores.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Productividad, crecimiento económico y ley de competencia

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Antonio Romero

Viceministro de
inversión y competencia, Mineco

Guatemala está muy cerca de dar un paso trascendental hacia una economía moderna y más justa. Me refiero a la aprobación de una ley de competencia, orientada a garantizar que los empresarios eficientes, visionarios y dispuestos a regirse por las reglas del mercado, estén protegidos de prácticas anticompetitivas de sus competidores. 

En esencia, la iniciativa promueve y salvaguarda la competencia en los mercados. Implica la prevención de las prácticas monopolísticas, la eliminación de los obstáculos a la entrada y el fomento de la igualdad de condiciones para todos los participantes en el mercado.

Además, cultiva un entorno en el que las empresas deben competir por la preferencia de los consumidores, por medio del mérito, la calidad y el precio, en lugar de depender de tácticas anticompetitivas para sofocar la competencia.

Tenemos una oportunidad única para crear una institucionalidad sólida, técnicamente competente y que goce de prestigio. 

Hace unos días, después de mucho ir y venir, se aprobó en el Congreso de la República, en segunda lectura, el citado anteproyecto de ley, identificado con el número 5074. El texto propone la defensa de la competencia a través de: i) La prohibición de prácticas anticompetitivas y la creación de la institucionalidad para supervisar e impedir que estas se produzcan; ii) La supervisión de la concentración de los mercados y iii) La promoción de la competencia.

Una de las principales fortalezas es que plantea crear una superintendencia de competencia autónoma y descentralizada, que gozaría de independencia y capacidad técnica para hacer cumplir la ley.

En las discusiones recientes sobre el tema, se han obviado los efectos que las políticas de competencia tienen sobre el crecimiento y la productividad de las economías. La reciente publicación del Informe Económico América Latina y el Caribe, del Banco Mundial, bajo el título Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?, hace un aporte muy oportuno a la discusión en Guatemala.

En primer lugar, señala que la ausencia de competencia en la región hace que los consumidores paguen precios más altos por bienes y servicios de menor calidad, lo que reduce el bienestar general y contribuye a una desigualdad más elevada.

A diferencia de los hogares con mayores recursos, los más pobres no pueden acceder a bienes y servicios en mercados extranjeros con mayor competencia. No les queda otra alternativa que acudir a mercados monopolizados, en los que no existen incentivos para mejorar los precios y la calidad.

El informe centra su análisis en el papel fundamental de la competencia como estímulo al crecimiento económico. El problema de ello radica en que las empresas en la región nacen y operan en un contexto de baja competencia, sin los incentivos necesarios para mejorar sus capacidades.

La composición de las empresas en América Latina y el Caribe reflejan la existencia de pocas compañías muy grandes, coexistiendo con una multitud de empresas diminutas. No existe un segmento de pequeñas y medianas firmas fuertes, capaces de ejercer presión competitiva sobre las más grandes. Según el estudio, esta distribución asimétrica es causa de la baja productividad y la alta
desigualdad.

Respecto a los resultados de las agencias de competencia en la región, el estudio advierte sobre elementos de diseño que limitan su efectividad como la falta de independencia de autoridades adscritas a los ministerios de Estado y la carencia de personal y presupuesto suficientes. En Guatemala se deben considerar estas lecciones para crear una agencia de competencia independiente y dotada de los recursos necesarios. 

Tenemos una oportunidad única para crear una institucionalidad sólida, técnicamente competente y que goce de prestigio. Allí están el Banco de Guatemala y la Superintendencia de Bancos como ejemplo de que apostar por instituciones robustas da buenos resultados. El proyecto de ley de competencia presenta una oportunidad estratégica para que el país aborde los problemas económicos sistémicos que han obstaculizado su progreso.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Los estudiantes y amanuenses también dibujaban (V)

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Ricardo Fernández Gracia 

Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

Otros dos motivos destacan en el libro por su profusión: la cruz de Calatrava y los corazones. En cuanto al emblema de la mencionada orden de caballería, hay que hacer notar que figuró desde la reconstrucción del complejo monástico por fray Prudencio de Sandoval entre 1616 y 1619, en numerosas cartas de profesión de las monjas estellesas y que llevaban en el hábito hasta fines del siglo XIX, además de aparecer en varios escudos del monasterio en el frontal bordado del altar mayor, obra del maestro aragonés José Gualba, entre 1761 y 1763.

Respecto a los corazones, en un convento benedictino y en el siglo XVIII puede tener un dúplice contenido.

Las décadas centrales del siglo XVIII, cuando se fecha el libro, coincidieron con la difusión del culto al Corazón de Jesús, con la creación de numerosas congregaciones auspiciadas por los jesuitas. 

En primer lugar, el corazón de Santa Gertrudis, monja de la orden del siglo XIII, cuyo atributo iconográfico es un corazón en su pecho en el que está el Niño Jesús, en referencia a la famosa frase: “Me encontrarás en el corazón de Gertrudis”. El cristocentrismo de sus escritos místicos se revaloriza con el corazón, como símbolo del amor divino.

Pero si importante era aquel signo en el monasterio benedictino, las décadas centrales del siglo XVIII, cuando se fecha el libro, coincidieron con la difusión del culto al Corazón de Jesús con la creación de numerosas congregaciones auspiciadas por los jesuitas. En aquel movimiento devocional destacaron la ciudad de Estella y el duque de Granada de Ega.

Varias páginas del libro de cuentas ostentan tanto el corazón de Jesús como el de María. En ambos casos, los anagramas de los nombres de ambos figuran en su interior.

Colaborador DCA
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