Como si de un rompecabezas se tratara, el joven bordador Gerson David Pineda une las piezas confeccionadas hasta contemplar el resultado final en túnicas, estandartes y cortinas. Sus creaciones deslumbran en los cortejos procesionales de Jesús Nazareno de los Milagros, del Santuario de San José; y el de la Virgen de los Reyes, de San Francisco; entre otros. Por eso, en el tercer viernes de Cuaresma, nos adentramos en su taller.
Ilusión
Con tan solo 13 años, Gerson Pineda se sumergió en el bordado. De formación autodidacta y con las fotografías como única referencia, en ese entonces su ilusión era vestir a Jesús Nazareno del Sacrificio, de la Parroquia Jesús Resucitado de Mixco. “El deseo de trabajar por la hermandad de la colonia Primero de Julio, a la que pertenezco, me llevó hace una década, a enamorarme de este arte”, explica.
Basado en la inspección
Al principio de su camino, además de poner a prueba su creatividad, Pineda se dedicó a inspeccionar de manera sutil las técnicas de bordado que poseían otras prendas. Pronto su vida fue acaparada por túnicas y mantos, y en la actualidad utiliza métodos como: zigzag, cetillo, rombo, onda y media onda doble. Asimismo, hace uso de materiales como lana, fieltro, esponja EVA, hojillas, canutillo, e hilo de oro o plata rizado; para lograr diseños clásicos y vegetales, que incluyen flores y hojas de acanto.
Para la historia
Una de las experiencias más significativas en la carrera de Pineda ha sido bordar el traje de la Virgen de los Reyes, del templo de San Francisco, para el recorrido del pasado 8 de diciembre, que celebró los 400 años de su rezado. “Me sometí a una gran presión personal, pues era un atuendo emblemático para la historia del país”, recuerda emocionado.