miércoles , 27 noviembre 2024
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Documental aclara porqué Billie Elish es un emblema de su generación

En una de las mejores escenas de Billie Eilish: The World’s a Little Blurry, la cantante está a punto de presentar su nueva música a “los amigos de la discográfica”, pero lejos de estar emocionada comenta a su familia: “No quiero conocer a estos raros. ¿Quiénes son?”.

El documental, disponible desde ayer en Apple TV+, sigue a la artista en su meteórico ascenso al estrellato, desde su habitación en los suburbios de Los Ángeles (EE. UU.) al escenario de los Grammy, al tiempo que muestra las dudas y las ilusiones de una adolescente nacida después del 2000 que se ha convertido en un ìcono para su generación. 

La reunión en una sala, con un grupo de empresarios de mediana edad, es una perfecta metáfora de la brecha generacional: Eilish sabe que sus canciones funcionan, conecta directamente con su público por redes sociales, pero necesita el apoyo de la “vieja” industria (radios y discográficas) para que lleguen más lejos.

“Billie es una visionaria, tiene un control completo de su trabajo, a nivel visual musical y estilístico”, asegura en una conversación el director del documental R.J. Cutler.

Desde que la familia invitó a Cutler a su casa en 2018, cuando Eilish apuntaba maneras de gran estrella, el cineasta ha pasado dos años documentando la vida de la joven. También rebuscó en el archivo familiar de fotografías y videos caseros con el fin de retratar una de las personalidades más particulares del pop.

“Grabamos como 100 horas a las que hay que sumar otras 100 que llegaron de los teléfonos de Billie y de vídeos familiares”, recuerda el director.

Una adolescente más
El resultado de dos años de trabajo se resume en una cinta que repasa la creación de uno los álbumes más influyentes de la era, el ganador de cuatro Grammy When We Fall Asleep, Where Do We Go?, y los pasos de una adolescente que se acerca a la vida adulta.

Entre las alegrías que sacan una sonrisa a Eilish figuran recibir (por fin) la licencia de conducir, estacionar su primer carro y conocer a Justin Bieber en el escenario de Coachella. Su ídolo, a quien llegó a adorar tanto con 12 años que pensó que nunca podría querer a un novio de la misma manera.

“La clave del éxito de Billie Eilish es para que la analicen los expertos de la música. Ella tiene una gran empatía, comparte sentimientos con toda su generación y los transforma en arte”, apunta Cutler.

Con 19 años, la cantante es el ícono más internacional de la generación Z, la que define a aquellos que han nacido en plena era digital, nativos de las redes sociales y criados entre crisis económicas (2001, 2008, 2020) bajo la amenaza del calentamiento global.

Los sociólogos definen a este grupo como autodidactas y creativos, con gran capacidad para gestionar la información, socialmente comprometidos y más tolerantes que sus predecesores. Pero también son más individualistas, tienen una visión más realista de la vida y están dispuestos a romper convenciones.

Todas estas características definen la personalidad que Eilish desnuda en el documental, incómoda ante los protocolos, indómita cuando dirigen sus videoclips y profundamente honesta respecto a sus sentimientos.

“Ella es tal como parece, tan solo ha dejado fuera de su control este documental, me dio libertad plena”, explica Cutler. La cantante dijo hace unos días que tardó al menos cinco horas en ver la cinta porque tenía que pararla al sentirse ella misma como alguien “insoportable”.

Arropada por su familia

The World’s a Little Blurry muestra a una persona muy dura consigo misma en general. Repleta de dudas y de autocríticas cuando componía algunos de los mejores temas de su carrera. “Suena mal y yo sueno horrible, no puedo ser buena porque no lo soy”, dice en un momento a su hermano Finneas.

“Muchas personas estarían de acuerdo conmigo en que eres muy buena”, responde él, también productor y pareja creativa.

Ese nivel de exigencia provoca que Eilish tenga claro a dónde dirige su carrera en todo momento. Dibuja sus canciones como conceptos y prueba las tomas de cámara de un videoclip en el jardín de casa antes de visitar el estudio.

Tampoco se perdona una: tras actuar en el mismísimo Festival de Coachella frunce el gesto durante todo el día porque se olvidó de la letra de una nueva canción.

Arropándola siempre está su familia, que discute con ella letras en las que insinúa que se tiraría del techo y se preocupa por su estabilidad después de que Eilish se autolesionara de joven. “La vida es buena”, concluye, aún así, la cantante en una entrevista cuando se acercaba la gala de los Grammy 2020 en la que hizo historia. 

  • Agencia EFE

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