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Revista Viernes

Discurso de recepción del Nobel de Literatura 1967

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Fotos: Archivo

“Majestad: Mi voz en el umbral. Mi voz llegada de muy lejos, de mi Guatemala natal, en el umbral de la Academia. Es difícil entrar a formar parte de una familia. Y es fácil. Lo saben las estrellas. Las familias de antorchas luminosas. Entrar a formar parte de la familia del Nobel. Ser heredero de Alfredo Nobel. A los lazos de sangre, al parentesco político, se agrega una consanguinidad, un parentesco más sutil, nacido del espíritu de la obra creadora. Y esa fue, quizá no confesada, la intención del fundador de esta gran familia de los premios Nobel. Ampliar, a través del tiempo, de generación en generación, el mundo de los suyos. En mi caso, entro a formar parte de la familia Nobel, como el menos llamado entre los muchos que pudieron ser escogidos.


Y entro por voluntad de esta Academia cuyas puertas se abren y se cierran una vez el año para consagrar a un escritor y por el mismo uso que hice de la palabra en mis novelas y poemas, de la palabra más que bella, responsable, preocupación a la que no fue ajeno aquel soñador que andado el tiempo pasmaría al mundo con sus inventos, el hallazgo de explosivos hasta entonces los más destructores, para ayudar al hombre en su quehacer titánico de minas, perforación de túneles y construcción de caminos y canales.
No sé si es atrevido el parangón. Pero se impone. El uso de las fuerzas destructoras, secreto que Alfredo Nobel arrancó a la naturaleza, permitió en nuestra América las empresas más colosales.

El Canal de Panamá, entre estas. Magia de la catástrofe que cabría parangonarla con el impulso de nuestras novelas, llamadas a derrumbar estructuras injustas para dar camino a la vida nueva. Las secretas minas de lo popular sepultadas bajo toneladas de incomprensión, prejuicios, tabús, aflorar en nuestra narrativa a golpes de protesta, testimonio y denuncia, entre fábulas y mitos, diques de letras que como arenas atajan la realidad para dejar correr el sueño, o por lo contrario, atajan el suelo para que la realidad escape.
Cataclismos que engendraron una geografía de locura, traumas tan espantosos, como el de la Conquista, no son antecedentes de una literatura de componenda y por eso nuestras novelas aparecen a los ojos de los europeos como ilógicas o desorbitadas. No es el tremendismo por el tremendismo. Es que fue tremendo lo que nos pasó. Continentes hundidos en el mar, razas castradas y al surgir a la vida independiente, la fragmentación del Nuevo Mundo. Como antecedentes de una literatura, ya son trágicos. Y es de allí que hemos tenido que sacar no al hombre derrotado, sino al hombre esperanzado, ese ser ciego y visionario que ambula por nuestros cantos. Somos gente de mundos que nada tiene que ver con el ordenado desenvolverse de las contiendas europeas a dimensión humanas las nuestras fueron en los siglos pasados, a dimensión de catástrofe.


Andamiajes. Escalas. Nuevos vocabularios. La primitiva recitación de los textos. Las rapsodias. Y luego, de nuevo, la trayectoria de la nada. Largas cadenas de palabras. El pensamiento encadenado. Hasta salir de nuevo, después de las batallas lexicales, más encarnizadas, a las expresiones propias. No hay reglas. Se inventan. Y tras inventar vienen los gramáticos con sus tijeras de podar idiomas. Muy bien al español americano, pero sin lo hirsuto. La gramática se hace obsesión. Correr el riesgo de la antigramática. Y en eso estamos ahora. La búsqueda de las palabras actuantes. Otra magia. El poeta y el escritor de verbo activo. La vida. Sus variaciones. Nada prefabricado. Todo por palabras. Buscar las palabras-cosas, las palabras-seres. Y los problemas del hombre, por añadidura. La evasión imposible. El hombre. Sus problemas. Un continente que habla. Y que fue escuchado en esta Academia. No nos pidáis genealogías, escuelas, tratados. Os traemos las posibilidades de un mundo. Verificadlas. Son singulares. Es singular su movimiento, el diálogo, la intriga novelesca. Y lo más singular, que a través de las edades no se ha interrumpido su creación constante”.

Redacción DCA
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La vulnerabilidad de la inteligencia artificial

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Melinton Navas, director de seguridad de infraestructura en la nube, explica las nuevas tecnologías y sus conflictos

“Mi rol dentro del equipo es asegurarme de que todos nuestros recursos en la nube de infraestructura estén con los controles de seguridad adecuados, para prevenir cualquier cantidad de ataques o de ciberdelincuencia, porque se maneja dinero y es muy llamativa para los ladrones. Esa es mi labor desde 2020”, expresa Melinton Navas, quien recientemente participó en un congreso digital que se desarrolló por primera vez en Guatemala, donde se analizó el potencial de la inteligencia artificial (IA). 


¿Qué es la IA?


“La IA es la forma con la que las personas tratan de replicar como un humano piensa; por eso se mencionan términos como redes neuronales y demás”, explica el entrevistado. 
Agrega que el OCR (reconocimiento óptico de caracteres) es otra inteligencia que se ha puesto de moda, para seguir el patrón de una imagen, “se ha visto mucho en Captcha y ahora está de moda en los parqueos de centros comerciales”, se usa para identificar las placas y poder ubicar su carro.
Respecto de la IA expone que ha tenido un giro masivo y es que se introdujo la IA generativa, “que incluye al ChatGTP, Gemini, generación de imágenes y videos, etcétera que ahora ya es más específica y se detalla mejor. Provee muchas opciones en un rango corto de tiempo. Pasa de trabajar horas en un logo, a hacerlo en segundos y es porque las bases de datos están alimentadas con una cantidad inimaginable de información y esto es gracias a que en las últimas décadas todas las empresas como Google o Microsoft han recopilado toda la información que hemos alimentado en los motores de internet. Tienen almacenado todo lo que ustedes han hecho en internet y con eso han entrenado esas redes”.


Adiciona que “La IA tiene la capacidad de asociar imágenes gracias a todos los clics. Un dato técnico interesante es que si se van a cualquier página de Facebook (FB) y ven el código fuente de alguna fotografía de cualquier persona, hay una descripción en texto de cómo la plataforma interpreta lo que es. Eso se logra a través de mucho entrenamiento, pero lo que nos dice, principalmente es que FB puede identificar lo que yo estoy subiendo. Y eso lo hace desde hace casi 10 años”. 


Los datos


El especialista describe que hay varias plataformas que guardan sus datos pero Google y Facebook son los que más información tienen. “No quiere decir que sean los únicos. También ha habido mucho tema de venta de información y por ejemplo, cualquier compañía, puede venir y decirle a FB ‘yo te voy a comprar X cantidad de datos’ y la plataforma se las puede vender, eso no significa que se deshaga de ellos, sino que les brinda una copia para los usos que esta otra empresa pueda dar y eso ha traído muchas repercusiones legales. Hemos escuchado noticias de que demandan a FB y es justamente por eso; sin embargo, al final del día todas estas plataformas, dentro de sus términos y condiciones dicen: ‘Vamos a usar su información si usted quiere usar esta plataforma, estas son las consecuencias. Al final del día es un tema más de aceptar que cualquier cosa que yo pongo ahí no es mía, es de todo el mundo prácticamente”, expone Navas. 


La seguridad digital


Al consultarle sobre el tema de ciberseguridad, informa que es fundamental conocer que generalmente los ciberdelincuentes van un paso adelante. “Esa línea se está volviendo más delgada, antes la ciberseguridad era para las empresas, pero hoy en día la cantidad de personas que caen en estafas o hackers es extremadamente alta. Los atacantes se han dado cuenta de que le pueden sacar provecho a un individuo, así de una empresa y obviamente es un mejor esfuerzo hacerlo con las personas. Así como se avanza en la tecnología debemos entender que en estos tiempos es otra cosa y ya no podemos fiarnos de lo que recibimos. Actualmente cualquier persona puede decir que es alguien que no es y ya queda en los receptores el determinar si es real o no”. 


También hace una reflexión final sobre el uso de la IA: “Una de mis sugerencias principales es el tema de criterio, tenemos el privilegio de conocer y utilizar estas tecnologías, pero eso requiere que tengamos la responsabilidad de informarnos acerca de qué es realmente lo que se está haciendo, cuáles son las consecuencias que pueden llegar a tener, porque después, hay muchos casos en los que uno se vuelve vulnerable. Es algo dificil y creo que esa complejidad se debe a todo lo que puede hacerse con estas tecnologías. La inteligencia artificial puede hacer cualquier cosa y es decir, tengo que saber buscarlas porque a veces no necesariamente es verdadera o real; entonces, sí hay que tener bastante criterio en cuanto a qué tecnología estoy usando, para qué y qué consecuencias me puede traer”.


PayPal es una plataforma de pagos en línea con la que se pueden realizar transferencias monetarias, empresa donde labora Navas. 

Katheryn Ibarra
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El majestuoso Teatro Colón

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Templo cultural y artístico que brilló en los siglos XIX y XX

Fotos: Cultura Histórica guatemalteca, Fotos Antiguas de Guatemala y de Eadweard Muybridge

Epicentro de las artes escénicas de Guatemala, donde se exhibían óperas y zarzuelas, piezas de Giuseppe Verdi, y La Boheme, de Giacomo Puccini, una de las que más gustaron al público de principios del siglo XX. Antes llamado Teatro Carrera y luego Teatro Colón, por la Reforma Liberal, fue una de las obras arquitectónicas erigidas en Guatemala con estilo helénico, construida por el presidente Rafael Carrera y Turcios. Se inauguró el 24 de octubre de 1859, con una función lírica, fuegos artificiales y corrida de toros. Las obras de construcción las comenzó el ingeniero Miguel Rivera Maestre; después renunció y quedó a cargo de José Beckers, especializado en Alemania.


En 1859 se conocía como Plaza del Teatro, en 1871 los revolucionarios rebautizaron el espacio como Teatro Nacional y, desde 1892, por la celebración del cuarto centenario del descubrimiento de América se le nombró Teatro Colón.


El estadounidense Nevin O., en el libro Guatemala y su gente de hoy escribió que todos los guatemaltecos estaban orgullosos del recinto, al igual que los extranjeros. Asimismo, el 30 de diciembre de 1924, el diario El Imparcial publicó que este fue demolido tras la caída de Estrada Cabrera. Luego de la destrucción el lugar se convirtió en un mercado cantonal con el nombre Colón y en un mercado formal en la 12 avenida y 7ª. calle de la zona 1. El 25 de diciembre de 1948, se inauguró el Parque Infantil Colón, la última obra de la administración del alcalde Mario Méndez Montenegro, según los registros de la Municipalidad capitalina.


El periodista Federico Hernández de León compartió en dos tomos de su Gentes que conocí, publicado en 1958: “El Teatro Colón resultaba reducido para el movimiento que se operó en el ánimo público. Tenía nuestro gran coliseo hasta 404 lunetas, dos sistemas de palcos, altos y bajos; en los altos cabían hasta sesenta asientos y en los bajos, 40. La galería daba alojamiento para 100 asistentes. Los precios señalados eran de 20 pesos por asiento de palco bajo y 15 por palcos altos y lunetas, en moneda nacional.

El cambio sobre el dólar estaba más o menos al 15 por ciento. Abierto el abono, pronto se llenó y pudo señalarse una alteración muy interesante. Hasta los días de la llegada de doña María Guerrero, no había dama que se aventurara a ocupar un asiento en luneta. Para las mujeres estaban los palcos. Entonces se convino en que se rompiera la costumbre establecida y por primera vez, se vio el lunetario embellecido con las mujeres y varones, para corresponder, asistían de smoking en tanto que, en los palcos vestían de frac…”.

Estreno del Himno Nacional

Uno de los acontecimientos culturales más relevantes en el Teatro Colón fue la presentación de José Martí, quien brindó la oratoria en una velada que se conmemoró la fundación de la ciudad de Guatemala y el estreno del Himno Nacional, el 14 de marzo de 1897. La presentación fue dirigida por el maestro Rafael Álvarez Ovalle y con la letra del poeta cubano José Joaquín Palma.
Fuentes consultadas:
Universidad Francisco Marroquín y USAC.

Marisol Vásquez
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El Nobel también tuvo detractores

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No todo fue regocijo en la vida de Asturias, incluso estuvo envuelto en polémicas

No todo en la vida es miel sobre hojuelas y eso puede comprobarse también en el contexto que envuelve a nuestro premio Nobel. En las siguientes líneas conocerá algunos textos dedicados a Asturias que no son favorables hacia sus escritos o forma de pensar y que han quedado plasmados para la posteridad.


Luis Cardoza y Aragón, con libro Miguel Ángel Asturias, casi novela


El texto Miguel Ángel Asturias, casi novela evidencia el enfrentamiento con los discursos de lo que Cardoza diagnostica como elementos conservadores tanto en la conducta de Miguel Ángel Asturias como en las concepciones aislacionistas del indígena. El discurso cardociano es una reacción a este tipo de elaboraciones discursivas.


La recepción de Miguel Ángel Asturias, casi novela se sitúa también en los bordes de la contradicción. Para algunos críticos, el trabajo final de Cardoza no es más que una arremetida envidiosa que procura degradar a Asturias señalándolo como traidor de las causas indígenas y aliado de los dictadores. Señala Mario Payeras que “no es este un libro afortunado y contrasta con otros de Luis Cardoza. Dos veces lo leí, esperando modificar mi primera impresión desfavorable, pero confirmo el juicio original. Es en mi opinión un libro dogmático como estética, lo hallo pletórico de las pretensiones de todo vanguardismo y lo siento ajeno sobre todo a la cultura democrática que Guatemala reclama con apremio”.


Publicado en la revista Comunicación Vol. 11, de 2001.

Rodríguez Monegal lo acusa de monótono


Literaria es la reflexión de Emir Rodríguez Monegal, quien, en oportunos tiempos del llamado boom, decidió que la obra asturiana se dividía en dos épocas. La que va de Leyendas de Guatemala a Week-end en Guatemala, y la restante. Con singular maniqueísmo, el crítico uruguayo señalaba que la grandeza de Asturias estaba en la primera etapa, mientras que la segunda caía por exceso de compromiso social, criollismo, indigenismo y, sobre todo, repetición (424-426). Rodríguez Monegal encontró pronta respuesta en Gerald Martín, pero no retrocedió en sus severos juicios.


Publicado en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes (www.cervantesvirtual.com).


Acusaciones políticas de persecución


Un ejemplo de mezquindad fue la del escritor y renegado comunista guatemalteco Carlos Manuel Pellecer (1920-2009), quien en 1964 “recordó” que cuando él era un perseguido político por el gobierno de Jorge Ubico “La prensa se mantuvo discreta, sin atacarme (…). Solo el radio-periódico Diario del Aire en donde a partir del director contaba entre el personal corrompidos aduladores, me dedicó violentos ataques. El poeta Miguel Ángel Asturias era el director, José Manuel Fortuny uno de los locutores más ambiciosos. Hoy día se conducen en ‘moralistas’ y propagan otras ideas y, como entonces, siguen cobrando por su literatura zalamera, ahora a favor de las tiranías comunistas”. Esto lo publicó Pellecer en Memoria en dos geografías. Nuevamente, en julio de 1971 vuelve a la carga contra Asturias al indicar en su artículo Las Moscas del Señor, que cuando la prensa dio a conocer que el poeta cubano Heberto Padilla (fiel defensor de Fidel Castro en el extranjero) había sido encarcelado por orden de este acusándolo de contrarrevolucionario, el dictador se vio obligado a dejarlo libre un mes después, aunque el poeta hubo de firmar una carta con su “confesión autocrítica”, la cual fue vista con suspicacia por muchos intelectuales en el extranjero. Sin embargo, se consideró que el atropello fue “instigado” por Moscú como una “maniobra antifidelista” para “aislar a Fidel de sus amigos y admiradores europeos y americanos”, motivo por el cual los rusos ordenaron a varios intelectuales romper lazos con el barbudo, aunque según Pellecer, utilizando tácticas distractoras del verdadero fondo del asunto, señalando que “Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura, el 19 de junio lanzó contra el joven y famoso escritor colombiano Gabriel García Márquez, la acusación de haber plagiado groseramente La Búsqueda del Absoluto de Balzac, con su obra Cien años de Soledad. Y no para aplacar el revuelo causado por el asunto Padilla que no se aplaca (…) García Márquez, pese a la grita armada por intelectuales y artistas en torno al caso Padilla (dijo que) ‘Yo no sé si de veras Heberto Padilla le estaba haciendo daño a la revolución con su actitud, pero su autocrítica sí le está haciendo daño, y muy grave’. (…) Hay que silenciarlo. Inducir a los intelectuales y artistas a pensar en otra cosa, al menos por un tiempo.


Publicado en el libro Opiniones en 1967 sobre el otorgamiento del premio Nobel a Miguel Ángel Asturias Tomo I (junio 2017) de Ariel Batres.

Katheryn Ibarra
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