Juan Everardo Chuc Xum
Experto titular Grupo de Trabajo –Dadin- OEA
Un pueblo que desconoce su verdadera historia está condenado a repetirla. El de octubre de 1492 significa para los descendientes de los pueblos originarios del continente americano el inicio de la usurpación, injusticia, impunidad, racismo, exclusión, dominación y subordinación; esta fecha es recordada ya que marca un hecho histórico que no se puede negar, y aunque para los hijos de la colonialidad es el inicio del proceso de civilización y evangelización de los pueblos ancestrales.
Cristóbal Colón ya en el “nuevo mundo” escribió a los reyes de España lo siguiente: “Y crean que estas islas y todas las otras son así suyas como Castilla, que aquí no falta salvo asiento y mandarles hacer lo que quisieren […]. [Estos indios] no tienen armas y son todos desnudos y de ningún ingenio en las armas y muy cobardes, que mil no aguardarían tres, y así son buenos para les mandar y les hacer trabajar, sembrar y hacer todo lo otro que fuese menester y que hagan villas y se enseñen a andar vestidos y a nuestras costumbres”. (Colón, en su Diario del primer viaje, 1492).
Bartolomé de las Casas sostuvo de injustificable el sometimiento de los “indios” por la fuerza.
Lo que Colón describe, sirve para establecer la supremacía de la blancura, aun cuando en 1550 en la junta de Valladolid el fray Bartolomé de las Casas sostuvo de injustificable el sometimiento de los “indios” por la fuerza e intento convencer a la monarquía española de que adoptara una política de colonización más humana.
Ahora que se cumplen 532 años del desembarco de Colón y compañía es preciso y urgente reconstruir la historia en el continente para liberarnos de la dolorosa imposición en busca del respeto y promoción de los derechos humanos de los pueblos indígenas para la convivencia armónica, la gobernanza y la paz.
La “madre patria” España, en el Artículo 2 de su magna carta establece: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.