miércoles , 27 noviembre 2024
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Debemos acabar con los estereotipos (II)

Hildegart González Luis 

Profesora de la Facultad de Enfermería

La evidencia científica muestra que esta mala imagen puede repercutir también la autoestima profesional, en la insatisfacción laboral, en los recursos que gestionan y se les otorgan y en su presencia en las mesas de decisión política.

Con la finalidad de reconocer y posicionar en el imaginario público las señas identitarias que definen a esta profesión en el siglo XXI, la OMS declaró el 2020 como Año Internacional del Personal de Enfermería y de Partería. Esta entidad, junto al International Council of Nursing (ICN), promovió la creación de un movimiento mundial de refuerzo al desarrollo y conocimiento de la disciplina en todos los continentes denominado Nursing Now.

Actualmente se conoce como Nursing Now Challenge. Según confirman los estudios, durante los dos años de pandemia se generó un incremento notorio de la presencia mediática de las enfermeras. Fue una oportunidad para mostrar a la ciudadanía lo que esta profesión aporta a la salud actual.

Así, parece razonable pensar que este aumento de visibilidad puede ser uno de los factores que han provocado que en 2020 un 32 por ciento más de alumnos de bachillerato españoles escogiera enfermería como su primera opción universitaria. Sin pretensión de ser exhaustivos, se enumeran algunas posibles acciones que se están acometiendo o que se podrían desarrollar para aumentar la visibilidad de las enfermeras y que esta sea coherente con su identidad.

Los recursos requeridos para activar estas iniciativas no deberían percibirse como un gasto, sino como una inversión. 

1. Combatir activamente los esterotipos. La entidad The Truth about Nursing es un observatorio estadounidense que se dedica no solo denunciar las imágenes erróneas difundidas en cualquier tipo de medio de comunicación de habla inglesa, sino que también genera un elenco de materiales útiles para sanitarios y comunicadores que quieran contribuir a mejorar la imagen de la enfermería.

En España, la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (Fuden) puso en marcha una campaña, denominada #FakeNurse, que adquirió gran notoriedad. En ella se animaba a sanitarios y al conjunto de los ciudadanos a denunciar ese tipo de imágenes en una plataforma online. La creación de un observatorio similar al existente en Estados Unidos, focalizado en medios en español, sería beneficiosa para paliar las consecuencias adversas derivadas de la difusión de imágenes erróneas en países hispanohablantes.

2. Crear campañas publicitarias que transmitan una identidad real de las enfermeras y/o denuncien ideas falsas sobre ellas. Los colegios, sindicatos y asociaciones de enfermería son las entidades que habitualmente lideran este tipo de acciones de sensibilización, que tienden a ser difundidas en los días mundiales de la enfermería o de la mujer trabajadora. 

3. Implantar cursos, asignaturas o seminarios en los que se forme a alumnos de enfermería y enfermeras en activo en la competencia comunicativa. Ellas, desde una narrativa propia, se pueden convertir en fuentes informativas y hacer pedagogía sobre lo que aporta su profesión con los diversos grupos de interés con los que interactúan y en los múltiples contextos en los que ejercen.

4. Instruir a los comunicadores y a los estudiantes de comunicación sobre el papel imprescindible que las enfermeras desempeñan en el sistema sanitario para combatir la ignorancia que tienen al respecto y llegar incluso a que las perciban como fuentes esenciales en asuntos de salud.

5. Respaldar la investigación en este campo para que, desde la evidencia, se aporten diagnósticos que permitan a las entidades implicadas en ello (colegios, asociaciones, sindicatos, facultades de enfermería…) planes estratégicos de comunicación que mejoren la imagen pública de esta profesión. La investigación también puede ayudar a evaluar la eficacia de las acciones que se lleven a cabo para lograr dicho objetivo.

Los recursos requeridos para activar estas iniciativas no deberían percibirse como un gasto, sino como una inversión, pues la evidencia confirma que disminuir la ignorancia y mejorar el conocimiento erróneo que hay sobre esta profesión son buenos arietes para combatir la escasez de enfermeras. 

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