El rugido del estadio de Londres la tarde del viernes, justo cuando Usain Bolt cruzó primero la meta en la carrera de 200 metros, fue el suspiro de alivio de millones de aficionados y de los dirigentes de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) y de los Juegos Olímpicos de Río 2016. La leyenda del atletismo estaba de vuelta.
El corredor acababa de ganar los 200 metros en la Liga de Diamante de Londres, con un crono de 19.89 segundos (-0.3 m/s), demostrando a propios y exraños estar en plena forma luego de la lesión en el muslo, que lo sacó de las eliminatorias preolímpicas
de Jamaica.
Tal es la importancia del atleta de 29 años, uno de los rostros más reconocibles del planeta y quien tendrá los ojos del mundo entero en sus espaldas. Todos esperan que el Rayo arrase con otras 3 medallas de oro en los 100, 200 y 4×100 metros, como lo hizo en los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012.
Habrá pasado de ser leyenda a mito, algo que muy pocos deportistas han podido hacer.
No se amedrenta
La presión no parece intimidar a Bolt, quien desde los 14 años ha estado en el candelero mundial. Aún como adolescente, se convirtió en el campeón más joven de la IAAF al ganar los 200 m en el Mundial Junior de Atletismo de 2002, en Kingston, Jamaica.
Estaba llorando en su casa 6 meses antes, porque debido a su timidez no quería participar en esa cita. Con 14 años y una altura aproximada de 1.94 metros, ganó el oro en los 200 metros con un tiempo de 20.61 segundos.
Fue, empero, su primer récord mundial en los 100 metros (9.72 segundos) en Nueva York en junio de 2008 el que cambió la vida del joven que salió de lo más profundo de las zonas rurales de Jamaica con unas zapatillas viejas en la mano y un pantaloncillo demasiado corto para sus largas extremidades.
Histórico
El atleta es el mejor velocista de la historia, con los récords mundiales en 100 m(9.58) y 200 m. (19.19) conseguidos en 2009, así como en el relevo de 4×100 m.
También engrosan su leyenda las 6 medallas de oro olímpicas, 11 de oro de los Campeonatos Mundiales y una larga lista de reconocimientos de todo el mundo.
Hoy, convertido en uno de los mayores íconos en un deporte que clama por modelos positivos y buenas noticias, se entrena para competir en sus cuartos Juegos Olímpicos.
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