Carlos Cuque López sonríe mientras limpia uno de los ingresos por el área norte del Estadio Doroteo Guamuch Flores, recinto que ha sido su segunda casa: se entrenó ahí durante su etapa de corredor y trabaja desde hace no menos de medio siglo.
Durante su incursión en el alto rendimiento, su preparación consistía en correr desde su casa, en la aldea El Porvenir, Villa Canales, hasta el coloso de la zona 5, su lugar de labores, y se regresaba de la misma forma, un recorrido de al menos 30 kilómetros diarios.
“Cuando había competencias, ya estaba bien entrenado”, evocó Cuque, quien tiene entre su amplio historial deportivo 2 participaciones en Juegos Olímpicos, México 1968 y Alemania 1972, además de 1 oro en maratón de los Juegos Centroamericanos 1973.
La presea centroamericana es una de las que más valora, pues incluyó un récord de 2 horas, 23 minutos y 52 segundos, pulverizado por otro guatemalteco, Luis Carlos Rivero, en Managua 2017, al establecer 2:22:56.
En una época en la que el apoyo a los atletas era insuficiente, él se rifó y le hizo frente a las adversidades para brillar con luz propia en distintas distancias y países. Dice que su casa está tapizada de los triunfos y reconocimientos cosechados durante su vida atlética.
Sin embargo, lamenta que debido a los escasos recursos le tocó vender trofeos para subsistir. “Si yo hubiera tenido el apoyo que ahora tienen los atletas, hubiera dado más”, apuntó Cuque y resaltó: “Me enorgullece que ahora les den prioridad”.
Cuque tiene 72 años, y es hermano del ciclista Aureliano Cuque, ganador de la Vuelta a Guatemala en 1959 y 1961. De vez en cuando se avienta a correr. En enero le dedicaron le Max Tott. “Cuando di el banderazo de salida, me entró la sensación de participar”, manifestó.
Aunque ya está retirado, su vida sigue ligada al deporte: es parte del equipo de mantenimiento del Doroteo Guamuch Flores y aguarda porque se llegue el medio maratón de Cobán 2018 para involucrarse.
Bryan Anton
