Por casi un siglo, la industria del cómic ha consistido en editoriales que producen historietas, una casa distribuidora que reparte el producto, y los puntos de venta, donde los compradores llegan a adquirir los cómics. Este método de hacer cómics tiene muchos problemas, pero uno muy saliente es que se invierte en crear historietas sin saber realmente si el público va a interesarse en ellas, lo que puede resultar en muchas unidades sin vender.
En los últimos 10 años, ha surgido una poderosa alternativa: el crowdfunding. En este modelo de negocio, los creadores usan plataformas de internet, como Indiegogo, ComixLaunch, Patreon, GoFundMe y Kickstarter, para mostrar un concepto preliminar de un cómic, y luego utilizan las redes sociales para invitar al público a financiar el proyecto. El éxito usualmente requiere de semanas de promoción por parte de los creadores, convenciendo al público para que capitalice el proyecto. Frecuentemente se ofrecen varias recompensas, para estimular a los usuarios a contribuir con más dinero.
Una de las ventajas del crowdfunding, respecto al modelo tradicional de creación de cómic, es que los títulos únicamente se publican si el proyecto es completamente financiado, y solamente se produce la cantidad exacta de ejemplares solicitada por el público, eliminando así el desperdicio y buena parte del riesgo para los creadores. Otro aspecto positivo es que le abre la puerta a voces que están marginadas en los cómics convencionales, presentando una mayor diversidad de historias al público.
Mientras que las casas editoriales grandes, como Marvel y DC, van a producir únicamente un total de 850 cómics entre ambas este año, el crowdfunding capitaliza decenas de miles de proyectos de historietas, convirtiéndolas en las plataformas de publicación de cómics más prolíficas del mundo. Y eso no es poco. En 2019, los usuarios abonaron no menos de US $17 millones (Q130.7 millones) para patrocinar creadores de historietas; mientras que, en 2020, el monto ascendió a US $22 millones (Q171.6 millones). Y como los creadores no necesitan compartir sus ganancias, ni con distribuidores ni con tiendas físicas, su tajada del pastel es mucho mayor que con el modelo tradicional.
Pero que el crowdfunding sea la plataforma preferida por editoriales independientes y creadores poco conocidos, no significa que no pueda ser utilizada por los famosos. Recientemente, el actor Keanu Reeves recaudó US $1.45 millones (Q11.31 millones) en Kickstarter para su cómic BRZRKR, creado con Matt Kindt y Ron Garney para Boom!. Esto es muestra de una revolución silenciosa en el medio, una que ahora plantea un desafío a los modelos editoriales tradicionales.