Ángel Correa, delantero del Atlético de Madrid, puso la única luz a un partido antipático, por momentos violento, en el que Argentina, sin Lionel Messi, encontró la victoria frente a Marruecos (0-1).
El jugador rojiblanco, que reemplazó a Rodrigo de Paul a los 62 minutos, aprovechó la oportunidad. Demostró su calidad en uno de los pocos balones con garantías que tuvo la albiceleste en el área local, para marcharse de la defensa y sentenciar el choque con un disparo raso cuando parecía inevitable el empate.
El partido, marcado en el preámbulo por la polémica de la ausencia de Leo Messi, apenas pudo ofrecer nada en claro. De hecho ni existió. Conclusiones, por lo tanto, nulas. De amistoso tampoco se puede hablar.
Sigue la preocupación
Correa fue la única luz a un partido futbolísticamente para el olvido. Scaloni, después del disgusto en el Wanda Metropolitano, pudo dar minutos a muchos jugadores, pero seguro que lecciones auténticas le costará encontrar.
A Hervé Renard, que trabaja para la Copa de África de Egipto, le ocurrirá lo mismo, con el añadido de que sale con peor sabor de boca y con nulo acierto en el área rival, defecto que le costó no progresar en Rusia 2018. EFE