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COLUMNAS

Con alguna rara excepción, entre malas y pésimas 

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Pésimas, sin lugar a dudas, las “reformas” que ya se hicieron a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (están ya vigentes), así como las sometidas a opinión de la Corte de Constitucionalidad y las recién enviadas al Congreso por el Tribunal Supremo Electoral, (se salva alguna, como bicho raro y aislado) pero –en todo caso– aún las salvables  carecen del necesario sentido integral que debe tener toda reforma y se quedan como chapuces u ocurrencias que, al final de cuentas, poco o nada cambian y que incluso –para colmo– se intuyen para peor.

Antes que nada es importante comprender que ninguna reforma que se haya hecho a la Ley Electoral y de Partidos Políticos –o que se haga– podría alterar lo que dispone el artículo 157 de la Constitución y que, en consecuencia –se haya hecho lo que se haya hecho, y se haga lo que se haga, en tanto vigente este artículo– no podría ser más que un engañabobos ya que sin esta reforma (la reforma del artículo 157 de la Constitución) nada podría cambiar, artículo que es el que dispone la forma en que se elige a los diputados que integran el Congreso.

Ningún cambio que se hiciere a la Ley Electoral y de Partidos Políticos podría contradecir lo que este artículo establece y, en consecuencia, si no se reforma el 157 persistirá el listado nacional de diputados y, de igual forma, los distritos electorales inmensos, con sus consecuentes listados distritales. Si no se reforma el 157 usted seguirá sin saber quién es SU diputado y el mandato de cada diputado seguirá siendo de cuatro años, tan largo como el de ahora. La campaña electoral, larga y cara y los partidos políticos seguirán conservando su monopolio para postular candidatos.

En síntesis, pretender una reforma al sistema electoral sin reformar el artículo 157 de la Constitución no es otra cosa que más de lo mismo tal el necesario resultado de cualquier reforma que se haya hecho o que se haga, sin tocar este artículo.

Eliminar el listado nacional de diputados y establecer el sistema de Distritos a Electorales Pequeños sin reformar el artículo 157 no es posible y quienes así lo afirman, sea por negligencia o por malicia (lo digo sin ánimo de ofender a nadie) se encuentran absolutamente errados, como errados quienes hablan de posibles cambios, si no cambia el Congreso. Es bueno saber que existen muchos que no quieren la reforma del artículo 157 ¡Fuera las caretas!, entre estos, los partidos políticos de cartón o de papel puesto que se saben incapaces de sobrevivir si se les quita el monopolio; incapaces como se saben de descender al encuentro de los electores en un distrito pequeño: incapaces de ganar, si suprimido el monopolio.

También estarán en contra de su reforma quienes quieren reproducir –elección tras elección– el sistema de exclusión que prevalece, la población indígena sin expresión en el Congreso, los candidatos indígenas –como parte del folklore– ocupando la cola de los listados y en el caso de los migrantes, ni siquiera.

Estarán en contra aquellos –indígenas y ladinos– que se colocan en la cabeza del listado de mini partidos, dependientes de un esfuerzo nacional –aquí la mosca, arando– incapaces de ganar en un distrito.

También estarán en contra quienes detentan el poder real y saben muy bien que reformado este artículo, establecidos los distritos pequeños, cambiarán los equilibrios conocidos de poder y que los electores –el pueblo – a través de SUS diputados– logrará estar –finalmente– en el Congreso.

También estarán en contra los falsos líderes y los profetas de la desesperanza, los primeros porque saben que su supuesto liderazgo –mayúscula farsa– quedará al descubierto, incapaces, de ganar en un distrito y en el caso de los segundos –los profetas de la desesperanza– porque se quedarán sin chance cuando “los sin voz”, sin necesidad de “almas piadosas” hagan sentir su voz en el Congreso.

El camino de la reforma del 157 no será fácil –en absoluto– pero debemos recorrerlo; el Congreso solamente cambiará si se cambia la forma de elegir a los diputados que lo integran y Guatemala solamente cambiará si cambia el Congreso, en manos del Congreso el presupuesto y las leyes, la aprobación o no de la ejecución presupuestaria, la elección de Magistrados, la toma de las más importantes decisiones nacionales y un sinnúmero de etcéteras.

¿Terminar con la corrupción, sin contar con el Congreso? ¿Sin cambiar la forma de elegir a los diputados que lo integran? ¿Terminar con la corrupción si preservado el monopolio corruptor de los partidos políticos? ¿Sin que se reforme el 157?

¿Usted, qué opina? Por lo demás, los chapuces vienen siendo poco menos que patéticos, mordaza a la libre emisión del pensamiento con respecto a las encuestas, prohibición de “promoción anticipada” de figuras personales, sujeta la apreciación de este fenómeno a arbitrariedad y necedades, innecesarias trabas para los aportes económicos ¡Nadie dará ni un centavo! convocatoria anticipada (enero 2019) y prohibición de propaganda; hasta concluida la inscripción de candidatos (marzo 2019), elecciones presidenciales (junio 2019) confundiendo lo que es una campaña corta con lo que será la gloria de figuras y grupos tradicionales o para que surja cualquier asaltante del poder.

¿Podría producirse cambio alguno (cambio de verdad) sin la reforma del 157 sin cambiar la forma de elegir a los diputados que integran el Congreso?

Sin que tenga en mis mano una bola de cristal sea esta columna –digamos– una simple, sencilla y respetuosa advertencia.

Acisclo Valladares Molina
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COLUMNAS

Respeto a los paganos

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Leonel Guerra Saravia
[email protected]

Hace muchos años no existían el Papamóvil ni el Vaticano, pero el humano siempre investigaba para justificar su existencia. Existía mucho paganismo, alguno por no investigar y otros para justificar.

Paganismo nórdico o paganismo escandinavo (en nórdico antiguo: heidindómr) es un término utilizado para describir las tradiciones religiosas comunes entre las tribus germánicas que habitaban en los países nórdicos antes y durante la cristianización de Europa del norte.

El paganismo nórdico es un subconjunto del paganismo germánico, practicado en las tierras habitadas por las tribus germánicas en casi toda Europa central y septentrional, durante la época vikinga.

Diversas ciencias humanas se han interesado por el fenómeno religioso.

El conocimiento actual sobre el paganismo nórdico ha sido inferido por los resultados arqueológicos, etimológicos, y por los materiales escritos de la época. Algunos expertos como Georges Dumézil, sugieren que diversos elementos estructurales y temáticos dentro de las certificadas ideas religiosas escandinavas, ubican al paganismo escandinavo, dentro de la estructura básica de la expresión pan-indoeuropea de las ideas espirituales como un todo.

La religión escandinava es un fenómeno cultural, y, como la mayoría de las creencias folclóricas anteriores a la alfabetización, sus practicantes, probablemente, no tenían un nombre para su religión, hasta que entraron en contacto con forasteros o competidores.

Los vikingos consideraban que los diversos seres sobrenaturales en los que creían, no solo dioses sino también elfos, gigantes y otros muchos, habitaban mundos que los humanos no percibían y con los que raramente podían interactuar, pero cuyos destinos estaban ligados al suyo. Más allá de la fe: existen entre las principales religiones del mundo: cristianismo. Judaísmo.

Hinduismo. Budismo. Islam. Religión suele definirse como un sistema cultural de determinados comportamientos, prácticas, cosmovisiones, éticas, morales, textos, lugares sagrados, profecías u organizaciones que relacionan la humanidad a elementos sobrenaturales, trascendentales, místicos o espirituales. Es decir, el método de otras ciencias enriquece el debate religioso.

Diversas ciencias humanas se han interesado por el fenómeno religioso desde sus respectivos puntos de vista como por ejemplo la antropología, la sociología, la psicología y la historia de las religiones. Por otro lado, disciplinas como la fenomenología de la religión estudian específicamente sus manifestaciones intentando dar con una definición exhaustiva del fenómeno y mostrar su relación con la índole propia del ser humano.

En secciones subsecuentes se desarrollan más elementos para el análisis de la religión. No olvidemos que el humano seguirá investigando.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Tejiendo la red del progreso en Guatemala

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M.A. Pamela Sandoval Polanco

Dirección de Gobierno Electrónico -GAE-pamela.sandoval
@transparencia.gob.gt

A lo largo de la historia, la tecnología ha sido el hilo conductor de una evolución constante. Desde las rudimentarias herramientas de piedra hasta los sofisticados dispositivos inteligentes de hoy, cada avance tecnológico ha marcado un nuevo capítulo en nuestra relación con el entorno.

La era manual, con su inherente necesidad del contacto humano, dio paso a la era electrónica, una época definida por máquinas activadas con solo presionar botones y mover palancas.

Ahora, nos encontramos inmersos en la era digital, un tiempo donde la información binaria permea todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, redefiniendo nuestra existencia en este moderno universo de datos.

Esta revolución digital ha transformado no solo las herramientas que utilizamos, sino también nuestras estructuras sociales, económicas y culturales, instaurando un nuevo paradigma donde la adaptabilidad y la innovación son esenciales para el progreso individual y colectivo.

Estas herramientas digitales, ahora esenciales en nuestra vida diaria, se incorporan considerablemente en el ámbito laboral, educativo y recreativo, por mencionar algunos, logrando que más personas puedan acceder, aprender e interactuar desde cualquier lugar y a su propio ritmo.

La Agenda Digital va más allá de alcanzar objetivos; es una visión de progreso y accesibilidad compartida por todos.

En el ámbito de la administración pública, implica la reestructuración y modernización de los servicios gubernamentales para mejorar la eficiencia, la transparencia y la participación ciudadana. Va más allá de adoptar nuevas tecnologías, implicando una transformación de procesos y cultura organizativa.

Enfrenta retos clave para mantener su relevancia y proteger los derechos de los ciudadanos. Por tanto, en un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, algunos disfrutan de las ventajas de la era digital, otros quedan rezagados, limitando su acceso a oportunidades educativas, económicas y sociales.

Frente a este desafío, las agendas digitales de gobierno emergen como planes estratégicos para cerrar esta brecha y fomentar una participación equitativa en la sociedad digital.

En Guatemala, la reciente promoción de la Agenda de Gobierno Digital es un paso adelante en la transformación digital y el uso de las TIC en la sociedad, buscando mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y promover el desarrollo económico. Se consideran aspectos clave como la identidad digital, la interoperabilidad, la ciberseguridad y los pagos digitales.

La identidad digital es un pilar en la modernización y transformación, permitiendo a los ciudadanos realizar transacciones financieras, comerciales, contractuales y legales sin restricciones geográficas.

La interoperabilidad es crucial, ya que mejora la prestación de servicios y la experiencia ciudadana, impulsando el comercio electrónico. La ciberseguridad es vital para la protección digital de personas individuales y jurídicas. Para el avance de la agenda digital, la colaboración entre sectores de la sociedad  es esencial. 

Esta cooperación debe enfocarse en crear oportunidades y acceso inclusivo a servicios públicos innovadores, asegurando interacciones efectivas y legalmente protegidas, y transacciones internas y externas seguras y transparentes.

El esfuerzo conjunto de todos los participantes en la modernización de la administración pública es digno de elogio. El objetivo es facilitar que cada ciudadano obtenga la información y los recursos que requiere de manera sencilla y rápida.

Cada iniciativa digital y cada servicio que se transforma al entorno digital son pasos fundamentales hacia una sociedad más interconectada, ágil y trasparente. La Agenda Digital va más allá de alcanzar objetivos; es una visión de desarrollo y accesibilidad compartida por todos.

Este esfuerzo colectivo nos impulsa hacia un futuro innovador, invitándonos a ser arquitectos activos de un legado digital duradero y a asegurar que la tecnología sea un pilar de progreso, igualdad y bienestar para cada guatemalteco.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Hubs para la ciudad (II)

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Pablo Allard Serrano

Facultad de Arquitectura y Arte

Estos espacios no solo ofrecen oportunidades económicas y desarrollo comunitario, sino que también juegan un papel significativo en la percepción de seguridad de un espacio urbano determinado, lugares que adquieren una sensación de cuidado que por lo general supera los límites del terreno, ampliando su rango de acción alrededor de barrios y ciudadanos que comienzan a relacionarse con estos Hubs.

En Santiago existen varios Hubs urbanos impulsados por instituciones públicas: HUB Providencia, La Fábrica en Renca, La Paz 482 en Independencia, HUB Vitacura, Corporación Yunus en Peñalolén, por nombrar algunos.

En Santiago existen varios Hubs urbanos.

Estos han generado externalidades positivas a través del emprendimiento, la cultura, la innovación, la acción social y la exploración tecnológica.

Los espacios públicos y las infraestructuras públicas que se abren al barrio hacen más seguros, atractivos y activos estos espacios, se fomenta la participación comunitaria y se disuade la actividad delictual. Además, la presencia de Hubs en áreas previamente descuidadas puede actuar como un catalizador para la inversión y el desarrollo, instalando nuevos servicios, creando comercio y nuevos espacios públicos.

Tal es el caso de la Fábrica de Renca, que recuperó un supermercado abandonado y al poco tiempo floreció el comercio a su alrededor.

Al ofrecer oportunidades económicas, fomentar la innovación en seguridad y transformar el entorno urbano, estos centros además ofrecen oportunidades para el desarrollo local y pueden contribuir a crear ciudades más seguras y prósperas para todos sus habitantes.

Colaborador DCA
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