Claudia Rivera empezó a practicar deporte en 1986; entonces, apenas con 7 años, acudía al Club Delfines para entrenarse en la natación durante las vacaciones, pero sus cualidades hicieron que un entrenador le pidiera a su progenitor que le dedicara más tiempo. Desde allí comenzaría una vida ligada al deporte.
Empezó a descollar y se hizo de un nombre en esta disciplina, a la cual dedicó 11 años y medio, al grado que todavía ostenta el récord mayor de 4×100 metros libres.
“Yo era nadadora de 200, 400 y 800 metros libres; lo que comenzó como una prueba de 3 meses terminó en más de 11 años de entrenamientos y competencias, hasta que me lesioné de un hombro, y mientras hacía mi recuperación conocí al equipo de judo y al ver mi constitución física me invitaron a practicarlo, pero no le daba importancia porque ni conocía los aspectos de ese deporte”, cuenta Rivera.
“Fue tanta la insistencia que fui a ver un entrenamiento y me encantó tanto que me quede allí. Para entonces ya tenía 20 años; sin embargo, fue en este deporte en el que más me destaqué, pues en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2002 conseguí una medalla de oro”, recuerda.
Rivera admite que de no haber practicado natación o judo, ella habría encontrado la forma de ligarse al deporte, pues es algo que siempre ha llevado en la sangre, y que la motivación del entrenador cubano Félix Pérez la alentó.
“No puedo olvidarme las horas de sesiones de entrenamiento. Cuando me preguntan les digo que cualquier disciplina es dura para dedicarse al alto rendimiento, cada una con su dificultad”, considera la entrevistada.
“Incluso, por falta de atletas en mi peso me tocaba enfrentarme con hombres durante las prácticas, pues necesitaba encontrar oposición que mis compañeras de menor peso no me ofrecían”, analiza la exatleta.
Luego de dejar el deporte activo en 2004, Rivera se dedicó a arbitrar en el judo, a lo que se integró durante 7 años. Luego fue electa para dirigir la Federación de esta disciplina, en la cual estuvo al frente durante 4 años.
Ahora sigue ligada al deporte, aunque su visión se ha expandido, pues su cargo como miembro del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Guatemalteco la hace velar por la integridad de los atletas que conforman ese globo. Max S. Pérez
