Comunícate con nosotros al 1590

CRITERIOS

Chacreando la democracia

Publicado

-

El tan chileno verbo “chacrear”, según el diccionario de la RAE, refiere a “hacer que se pierda el carácter propio de una situación”, de manera que aplicado a la democracia apunta a la degradación de su
naturaleza.

La figura del político selfie, aquel que trabaja para la tribuna y que vela solo por sus propios intereses, ese que transgrede los límites del pudor y la decencia con tal de llegar al poder o de conservarlo, ha llegado en estos días a su máxima expresión.

En efecto, en contraste con el riguroso y profesional actuar del Servel al momento de explicar la necesidad de destinar dos días para votar, algunos políticos aprovecharon la instancia para cambiar las reglas del juego apelando a cualquier argumento con tal de llevar lo que creen podría ser agua para su molino. Y no se trata de cualquier vulneración, ya que en una democracia las elecciones son sagradas, de manera que al alterar mañosamente las reglas preestablecidas se infringe un daño grave en las bases del sistema. El historiador, militar y político griego Polibio de Megalópolis escribió en el siglo II a. C. que cuando la democracia “se mancha de ilegalidad y violencia, con el pasar del tiempo se constituye la oclocracia”, es decir, ya no es el gobierno del pueblo, sino de la muchedumbre.

A raíz de sus lecturas, viajes y una larga estadía en Roma, Polibio desarrolló una idea ya presente en Aristóteles acerca de la degradación de los sistemas políticos. A su entender, tres buenos sistemas se terminaban transformando en sus versiones enviciadas al perderse los valores que los orientaron en un inicio: la monarquía degradaba en la tiranía; la aristocracia, en la oligarquía, y la democracia, en la oclocracia

Decía que una vez olvidados los valores y esfuerzos que dieron vida a un sistema político, “entra el gobierno en manos de sus nietos, y ya entonces la misma costumbre desestima la igualdad y la libertad” (Polibio, VI, 4). Postulaba que si en la democracia “prevalece la opinión del mayor número, se respeta a los padres, se venera a los ancianos y se respetan las leyes”, con la oclocracia ya no es el pueblo, sino el populacho el que finalmente gobierna a su antojo, proponiendo y haciendo lo que se le viene en gana (Polibio, VI, 4.4).

A raíz de sus lecturas, viajes y una larga estadía en Roma, Polibio desarrolló una idea ya presente en Aristóteles acerca de la degradación de los sistemas
políticos

Este viciado sistema de gobierno representa la degeneración de la voluntad general desde el momento en que en él empiezan a dominar solo los intereses de algunos, quienes manipulan caprichosamente a la muchedumbre ignorante y desinformada.

Para Polibio, en la oclocracia se observan al menos tres fenómenos. El primero, la recurrencia a un tipo particular de violencia que entonces se conocía como hybris, desmesura asociada al orgullo y la arrogancia que se manifiesta en la transgresión de los límites que han impuesto los dioses.
El segundo es la ilegalidad expresada en la reiterada violación de la ley, lo que redunda en la relativización y desvalorización de la justicia. Por último, la tendencia a una suerte de “tiranía de la mayoría”, que busca reemplazar la democracia representativa obtenida mediante las elecciones por otra en la que tiende al sistema plebiscitario de tinte demagógico.

Más allá de las evidentes distancias que nos separan de esos tiempos, el concepto de oclocracia de Polibio, al menos en lo grueso, sirve para reflexionar acerca de los límites “sagrados” que en una democracia no pueden ser transgredidos sin arriesgar su
naturaleza.

Entre ellos, el respeto a la ley, a la Constitución y al Estado de Derecho. Hasta un niño sabe que cuando las reglas del juego no se respetan, este simplemente se “chacrea” y finalmente se acaba. Así, manipular las reglas acordadas ad portas de las elecciones, es lisa y llanamente “chacrear” la
democracia.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

COLUMNAS

Desafíos de la formación artística en Guatemala (I)

Publicado

-

Ethel Marina Batres Moreno

Dirección de Formación Artística

Ministerio de Cultura y Deportes

[email protected]

La Revolución de 1944 contribuyó a la promoción de la formación artística en Guatemala; para algunos, la época actual tiene semejanzas con aquella. Pero el país no florecerá mágicamente. Lograr cambios básicos requerirá planes viables y esfuerzos colectivos. ¿Juega algún papel la ciudadanía para mover engranajes transformadores? En cuanto a la formación artística, los retos son enormes. Una revisión de contexto puede ayudar a orientar el trayecto. 

Las primeras referencias a la formación de artistas en Guatemala se encuentran en el Pop Vuh: “Y eran pintores, músicos, artistas”, y se suman a toda una iconografía previa que las muestra. El libro sagrado k’iche’ al nombrar con propiedad a los artistas, implícitamente reconoce un proceso previo: el formativo. Éste se constata con la transmisión efectiva de saberes hasta nuestros días. 

En cuanto a formación artística los retos son enormes.

Hay manifestaciones ancestrales en los procesos de aprendizaje comunitario, en los repertorios, en el imaginario mostrado en textiles y bordados, en la cosmovisión expuesta en textos y otras representaciones, en las expresiones teatrales y danzarias, en la escultura, cerámica y otras. Esto refleja un legado cultural, artístico y pedagógico-artístico que principia a ser considerado con equidad bajo la divisa contemporánea de que “no hay saberes superiores a otros, únicamente diferentes”.

El reto a nivel formativo dentro de las comunidades actuales consiste en mantener viva la tradición, en resguardar elementos, en adaptarlos, refuncionalizándolos sincréticamente, en convertirlos en un reservorio vital capaz de dinamizarse constantemente y en propiciar la creación. Este es uno de los componentes a considerarse dentro de la
formulación de directrices pedagógicas para el país pluricultural que principia a reconocer la riqueza de su diversidad. 

Por otra parte, la invasión española añade otros elementos. La condición de Capitanía General favoreció las visitas y el asentamiento de artistas en Guatemala. La pionera escuela de primeras letras ya incluía la formación de “acólitos y cantantes de ceremonias y alabados”. Los centros de artes y oficios formaban orfebres, artesanos, pintores y escultores.

El obispo Francisco Marroquín en 1548 solicitó al rey de España la presencia de “un buen artistaque fomentara la enseñanza. En 1802, el compositor Rafael de Castellanos tenía en su escuela un claustro de 16 profesores de música Los saberes llegados de Europa tomaban prestigio y se extendían.

Este legado perdura y se ha desarrollado extraordinariamente. Toda tradición artística implica una tradición formativa, y la suma de esfuerzos repercute en el momento actual, cuyos desafíos son mayúsculos, pero prometedores. 

                             (Continuará) 

Colaborador DCA
Seguir leyendo

COLUMNAS

SVET: violencia sexual y su abordaje psicológico

Publicado

-

Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas

La violencia sexual es una problemática social que comprende conductas sexuales contrarias a la dignidad de quien la experimenta, lo cual repercute gravemente en el desarrollo integral de las personas víctimas de este delito, no solo en su salud física, sino en su bienestar psicológico, el de sus familias y comunidades.

Por ello, es fundamental su abordaje desde un enfoque multidisciplinario, que incluya, el psicológico, como consecuencia de los daños que este flagelo ocasiona en la salud física y emocional de las víctimas.

 ”El abordaje de la violencia sexual es fundamental desde el ámbito de la psicología“.

En ese contexto, la Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (SVET), adscrita a la Vicepresidencia de la República, en cumplimiento de su mandato legal, impulsa acciones de formación y de sensibilización con una perspectiva amplia, que incluye el ámbito académico, especialmente el fortalecimiento de las capacidades de quienes de forma directa o indirecta, están involucrados en acciones de prevención, atención, acceso a justicia y reparación de las víctimas, con énfasis en los modelos de abordaje psicoterapéuticos. 

En ese sentido, la SVET realizó recientemente el seminario Prevención y atención integral en casos de violencia sexual. Aspectos legales, criminológicos y psicológicos, con el objetivo de fortalecer los conocimientos de docentes, estudiantes y profesionales del área científico-asistencial, involucrados en la prevención y atención de casos de violencia sexual. Esto para favorecer la identificación de casos, tomando como referencia el ámbito de la psicología. 

La Dirección contra la Violencia Sexual de SVET fue la encargada de desarrollar el seminario, impartido en la Escuela de Ciencias Psicológicas del Centro Universitario Metropolitano (CUM), tras evaluar la necesidad de fortalecer a quienes brindan atención psicológica desde el ejercicio de la profesión, a través de diferentes centros de Práctica Profesional Supervisada y del Ejercicio Profesional Supervisado, en los que tienen contacto con población en situación de vulnerabilidad como niñez, adolescencia, personas sobrevivientes de violencia sexual, con discapacidad y adultos mayores, entre otras. Sumado a esto, brindarles insumos acerca del marco legal nacional e internacional en materia de violencia sexual, así como de las responsabilidades legales y éticas que adquieren en el ejercicio de su profesión.

Asimismo, los participantes reforzaron sus conocimientos sobre psicología forense, pautas de atención, criminología de la violencia sexual y ubicación de rutas de atención interinstitucional a seguir, para garantizar la protección, asistencia, restablecimiento de derechos y acceso a la justicia de las víctimas, así como el funcionamiento y competencias de algunas de las instituciones públicas vinculadas al abordaje de la violencia sexual. 

La SVET también trabaja en impulsar análisis de factores sociales, psicológicos y criminológicos, relacionados con la comisión de delitos de violencia sexual, por medio de alianzas estratégicas con diferentes instituciones a nivel nacional, como es el caso de la Universidad de San Carlos (USAC). 

Colaborador DCA
Seguir leyendo

COLUMNAS

A vueltas con la “lanza en astillero”de Alonso Quijano / don Quijote (II)

Publicado

-

Carlos Mata 

Grupo de Investigación Siglo de Oro (GRISO)

Así que alguien sabe qué es un astillero. Y siendo este un adorno —es decir, un exhibido símbolo de calidad social— de la casa de un hidalgo, no es verosímil que la lanza estuviera en olvido: era, eso sí, una lanza antigua, arma de los antepasados de don Quijote, mucho tiempo inactiva, pero la colocación en el astillero revela precisamente que su dueño quiere dejar clara su hidalguía y su vocación militar.

Era, no se olvide, aficionado a la caza, ejercicio sustitutorio de la guerra. Una lanza olvidada se coloca en un desván, en el establo, en el vano de una escalera, con otros objetos inservibles. Pero no es esto lo que sucede con la de don Quijote.

Cada día, al salir de su casa o al entrar en ella, el ingenioso hidalgo vería su lanza en astillero, su adarga antigua —tampoco olvidada—, dándole voces silenciosas, y algo en su interior iría acumulando la energía suficiente para que por fin embrazara su escudo, empuñara esa lanza que todos los días atraía su mirada, y saliera a correr sus aventuras por el antiguo campo de Montiel y por todo el universo mundo. No, la lanza de don Quijote no estaba en el olvido. Estaba exactamente en el astillero”.

Y no olvidemos el dato que aporta de que eran adorno.

En sentido semejante se expresaba Enrique Suárez Figaredo en un artículo publicado en Lanza Digital, diario de la Mancha el 1 de mayo de 2019, “La interpretación pertinente de ‘lanza en astillero’”: “¿Por qué leer en sentido figurado lo que tiene una lectura recta? El astillero (no de ‘astilla’, sino de ‘asta’) para una lanza es algo similar a lo que se emplea para los rifles de caza. […] ¿Acaso había de tenerlo en el fondo de un armario sepultado por los abrigos? Que un hijo-de-algo aldeano tenga una vieja lanza en su astillero, no ‘detrás de la puerta’, evidencia el melancólico y orgulloso recuerdo de los hechos de sus antecesores”.

Queda claro, pues, a tenor de la definición que brinda el Tesoro de Covarrubias (recordemos su fecha: 1611), que los astilleros ‘estantes para colocar las lanzas’ existían en la realidad; y no olvidemos el dato que aporta de que eran “adorno de la casa de un hidalgo”, como lo era Alonso Quijano, un hidalgo —eso sí— que soñaba con ser caballero andante.

Tampoco estará de más recordar —aunque sea una obviedad— que una palabra o una expresión pueden tener distintos significados, dependiendo del contexto y de la situación en que se empleen.
     

(Continuará)

Colaborador DCA
Seguir leyendo

Directorio

  • Dirección General: Carlos Morales Monzón
  • Coordinación General de Redacción: Miguel González Moraga
  • Coordinación de Información: Mario Antonio Ramos
  • Editores: Carlos Ajanel Soberanis, Jose Pelico, Erick Campos, Katheryn Ibarra y Max Pérez
  • Página Web: Magaly Alvarado

©2024 Diario de Centro América - Todos los derechos reservados.