Por: Stephany Dávila
Educación superior se alinea con intereses económicos del país.
En el Reporte de Capital Humano 2016, el Foro Económico Mundial coloca a Guatemala en el lugar 94 de 130 países comparados con el propósito de ayudarlos a evaluar los resultados de las inversiones que se hacen en educación y desarrollo de habilidades para la población.
Como era de esperar, el índice en Centroamérica es liderado por Costa Rica en el puesto 62, le siguen El Salvador en el 78, Honduras en el 93, Guatemala en el 94 y cierra Nicaragua en el 95. Nuestro país invierte 2.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en educación, un porcentaje bajo comparado con el 5.9 por ciento que Honduras destina a este propósito.
Como es de conocimiento general, el café representa una actividad económica en estas dos naciones, pero cada una apoya el desarrollo del sector de manera distinta. Una de las prioridades que ha marcado Honduras se encuentra precisamente en la educación y profesionalización de quienes se emplean en las distintas etapas del café. En este contexto, en 2016 la Universidad Nacional Autónoma de Honduras lanzó la carrera técnica en administración de empresas cafetaleras. Según lo presentado en un artículo del señor Juan José Narciso, de fecha 20 de abril de 2016, la Universidad de San Carlos de Guatemala, a través de sus unidades académicas, en 2014 ofrecía 82 licenciaturas, de las cuales 11 eran asociadas a agronomía, pero ninguna específica para el café. Aunque universidades privadas han realizado esfuerzos por desarrollar un programa especializado en el café, ninguno se ha concretado. Honduras se coloca en el liderazgo con este programa, que incluye un plan de estudio de 25 asignaturas, con la idea de lograr que los aspirantes puedan desarrollar competencias que potencien la producción, los cursos incluyen formación en temas económicos, sociales, financieros y del café.
Con este esfuerzo nuestros vecinos nos demuestran que invertir en educación es una de las claves para desarrollar un sector económico, sobre todo, uno tan importante como el café, que en Guatemala emplea hasta medio millón de personas en época de cosecha. Esperemos que las autoridades universitarias, apoyadas por la Asociación Nacional del Café desarrollen un programa formativo que permita la profesionalización de nuestra gente de café, ya que no solo fortalecerá al sector, sino a las personas que puedan capacitarse para crecer profesionalmente.
