Treinta años después de su fallecimiento, Güicho, el hijo de Rubén Darío, decide averiguar quien fue su padre. Con ese interés y en plan de amoroso detective, visita las ciudades y países en que vivió (o visitó) el gran poeta, cronista y cuentista. Todo Darío es compendiado en esta novela histórica trabajada a lo largo de nueve años.
A su regreso a España y ya convertido en enciclopedia dariana, Güicho le cuenta a su madre los mil y un detalles que ahora conoce sobre la vida y obras de Darío: sus anhelos, temores, vicios, luchas, caídas y amores. Por accidente, esta novela es un homenaje a La Nación, diario argentino que lo mantuvo económicamente vivo. Durante el relato resaltan detalles como León, la cuna del niño-poeta, la crónica como género en el cual sigue los pasos de José Martí, su escasa suerte y talento como diplomático, el colapso de París como imagen que cultivó siendo adolescente.
El modernismo, una itinerante lucha renovadora, nos lleva a Chile, Argentina, Guatemala, Francia, España y varios lugares más. Al final de cuentas, lo fatal hace que Rubén Darío regrese a su natal Nicaragua, donde duerme el sueño eterno de un león. Esto y más en el libro El Hijo de Darío de Franco Sandoval.
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