Parece que fue ayer cuando empezó, y solo ayer que terminó. Breaking Bad es, sin duda, la mejor serie que se ha hecho hasta la fecha en la historia de la televisión norteamericana. Su posición entre las grandes series es incuestionable: desde su técnica narrativa, personajes robustos, los colores de las imágenes, sus complejas secuencias y la utilización de cámaras, hasta sus guiones brillantemente escritos. Por último, pero no menos importante, el uso de la música, que es el que nos compete.
Desde los títulos y las animaciones, junto a la música misteriosa que acompaña al abismo con esa guitarra distorsionada y el ambiente siniestro que despierta, entramos en la mente de Mr. White. La elección de Vince Gilligan, creador de la serie, encuentra eco en muchos géneros, desde el pop más básico y ochentero, pasando por el rock clásico, el jazz, la música clásica, el reggae, los narcocorridos y el rap, hasta el pop urbano asiático.
Gilligan no tuvo empacho para contar con la música otros estados mentales de los personajes, o jugar con los contrastes de la historia. Por ejemplo, cuando terminaba una escena de fuerte carga emocional o aparecía un personaje inmundo, rápidamente era edulcorado por una inocente canción de los 60 o un rock distorsionado del grupo mexicano Molotov.
Si revisamos, en cada uno de los capítulos la música era integrada a la trama como un videoclip. El ejemplo más evidente es el narcocorrido Negro y Azul: la balada de Heisenberg, del grupo Los Cuates de Sinaloa.
Hay mucha inocencia en Enchanted, de The Platters, en la escena en que el personaje de Jesse Pinkman vuela, luego de que su novia Jane lo inyecta con heroína. Otra secuencia que incluye muy pocos cortes es la del tema Magic Arrow, de Timber Timbre, que suena cuando Walter intenta ingresar en su casa de nuevo y entra por debajo de ella.
Gilligan usó canciones de los años 60 en inglés, pero también encantó con su gusto musical en español. He Venido, éxito de 1961 del grupo cubano Los Zafiros, aparece en uno de los momentos insignes de la serie con la autocaravana Fleetwood Bounder.
Incluso clásicos, como Crystal Blue Persuasion, de Tommy James & The Shondells, son perfectos para contemplar el imparable narcoimperio de Heinsenberg. Otra canción brillantemente usada y que queda sellada en nuestra mente es Black, interpretada por Norah Jones y escrita por Danger Mouse, en el último capítulo de la cuarta temporada.
Hay tiempo para resurrecciones de bandas, como el setentero Badfinger, con Baby Blue, al ser la que finaliza la serie. iTunes reportó 5 mil descargas esa noche de domingo. La primera estrofa te acompaña para siempre. “Guess I got what I deserve/Kept you waiting there, too long my love /All that time, without a word/ Didn’t know you’d think, that I’d forget, or I’d regret / The special love I have for you, my baby blue.”
Gracias a Spotify se puede encontrar toda la banda sonora. La mezcla de sonidos e imágenes es una delicia. Escuchar la música es volver a la serie. Regresemos pues.