Los bosques de Guatemala tienen una vital importancia en su economía, debido a que abastecen la mayor parte de la demanda de bienes maderables del país, y dotan de material de combustión a las comunidades rurales, el cual se calcula en un metro cúbico per cápita al año. También es trascendental para proveer de flora, proteína animal y otros servicios ambientales y es generador de empleos directos.
El valor de estos productos se estimaba en 2004 en US $252 millones (Q1 mil 848 millones), según el Informe Nacional Guatemala, del Estudio de tendencias y perspectivas del Sector Forestal en América Latina, de la Organización de las Naciones Unidas Para la Agricultura y la Alimentación.
Dicho documento también refiere que no menos del 60 por ciento de la población depende de estos recursos, primordialmente la leña que es utilizada como fuente energética para la cocción de alimentos. El consumo de esta “se estimaba para 1996 en 11 millones de m³/año, que significaba un valor de US $300 millones (Q2 mil 200 millones), si esta tuviera que sustituirse por un derivado de petróleo”, subraya.
Debido a ello, el Instituto Nacional de Bosques trabaja para apoyar a este sector con acciones que priorizan a las poblaciones más vulnerables, con el propósito de mejorar su calidad de vida. De tal cuenta, dicha entidad ejecutará el Plan de Inversión Forestal, el cual tendrá un financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo por US $24
millones (Q175.7 millones).
Los fondos se destinarán a tres líneas estratégicas. Una de ellas es fortalecer las capacidades del personal institucional, grupos organizados, oenegés, cooperativas y municipalidades, para mejorar el valor en la cadena de los artículos del ramo.
Un segundo eje es el de la gobernanza, que emprenderá el diálogo con actores locales para motivar la aplicación adecuada de las normas y políticas en el manejo y explotación, para tener un mejor monitoreo y cuidado de los árboles e incentivar otras actividades vinculadas, como el ecoturismo y las artesanías.
Finalmente, se vigorizará la capacidad institucional para el acceso a crédito de pobladores que no son sujetos de este en la banca privada.
Con estas medidas, el Gobierno atiende a otro importante grupo productivo del país, que forja trabajo y cuenta con potencial para lograr el desarrollo de las áreas tradicionalmente marginadas.