Un postrero gol del francés Karim Benzema aplacó el nuevo sonrojo que estaba sufriendo el Real Madrid, que rozó otro tropiezo en el Santiago Bernabéu, esta vez contra un colista como el Huesca al que se le escapó la gloria entre los dedos y acabó por sucumbir 3-2.
El atacante galo resolvió con un buen disparo con rosca un partido que se le escapaba al equipo de Zinedine Zidane. El once alternativo que planteó, ante al menos 50 mil espectadores, fue una prueba del estado de un equipo que, después de perder cualquier opción al título, trata de no empeorar la imagen de una mala temporada pero que no encuentra las buenas sensaciones.