La detención del exministro Guido Mantega, uno de los hombres fuertes de Brasil bajo la gestión del Partido de los Trabajadores, y su liberación horas después por su delicada situación personal, desató una nueva tensión.
El país amaneció con la noticia de la captura de quien fuera el ministro de Hacienda durante los Gobiernos de Inácio Lula da Silva y de su sucesora, Dilma Rousseff.
Mantega está acusado de negociar financiación ilegal para cubrir una deuda de la campaña que en 2010 llevó a Rousseff a la presidencia y al actual mandatario, Michel Temer, a la vicepresidencia.
El exfuncionario fue aprehendido en un hospital de Sao Paulo, donde acompañaba a su esposa mientras se sometía a una cirugía, aunque la orden de arresto en su contra había sido dictada el pasado agosto.
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