La decisión del Ministerio de Educación (Mineduc) de crear el Programa de Becas Bolsas de Estudio para Estudiantes de los Niveles de Educación Preprimaria y Primaria evidencia, por lo menos, dos intenciones de trascendencia nacional: primero, el claro compromiso del gobierno que lidera el presidente Alejandro Giammattei con la enseñanza inicial y, segundo, asegurar que los esfuerzos de elevar la matrícula estudiantil se mantendrán más allá de la actual administración.
El Acuerdo Ministerial 3425-2023, que cobró vida el lunes recién pasado, establece una entrega de Q1350 al año a niños de escasos recursos económicos de las áreas rurales y urbanas, con el fin de evitar la deserción y propiciar que concluyan los años escolares respectivos. La normativa también delega en las Direcciones Departamentales del Mineduc la responsabilidad de convocar, seleccionar y adjudicar las becas y designa la fiscalización en la Dirección de Auditoría Interna de la citada cartera.
En este punto conviene recordar los avances que ha registrado el sistema educativo en los últimos años. Por ejemplo, de 2019 a 2023, la cobertura en preprimaria creció de 51.1 a 64.4 por ciento, mientras que en el mismo período de tiempo la asistencia a primaria subió de 77.5 a 95.5 y en básico pasó de 43.2 a 50.9, según registros oficiales.
Este aumento generalizado no ha sido obra de la casualidad. Al contrario, es producto de un esfuerzo constante, planificado e interinstitucional que incluyó el impulso de programas emblemáticos como la Alimentación Escolar y el Seguro Médico, que llegaron a tres millones de estudiantes.
El traslado puntual de útiles y de la valija didáctica, así como el cumplimiento de los fondos que permitieron la gratuidad son otros elementos que sumaron para la concreción de estos logros. Sin embargo, es preciso reconocer el aporte de maestros y padres de familia, quienes fueron los verdaderos aliados del Gobierno en esta misión.