Roberto Díaz Gomar fue un prolífico actor guatemalteco que destacó en las artes escénicas nacionales e internacionales. Nació el 13 de agosto de 1946 y falleció ayer, a los 78 años.
La Universidad Popular publicó que “su pasión por el cine nació casi junto con él, teniendo acceso gratis al cine porque sus padres alquilaban un local para este fin y se presentaban diferentes películas cada día, lo cual se convirtió en su fascinación. La primera vez que actuó tenía 4 años, y fue en el quiosco del parque de Escuintla; a partir de eso, supo que su mayor sueño era ser actor de cine”, meta que cumplió con creces.
Su carrera de más de medio siglo contó con una amplia gama de actuaciones de las que resaltan aproximadamente 32 películas, 40 series y 50 obras de teatro.
Entre los filmes se destacan Exorcismo Documentado, VIP la otra casa, Puro Mula, Temblores y La leyenda del sombrerón, y otras. Interpretó obras de teatro en Guatemala, España y Nueva York, mientras que grabaciones del séptimo arte las realizó en el citado país euripeo, además de las nacionales.
Premios y reconocimientos
Durante su trayectoria recibió el premio a la mejor Dirección Teatro Experimental, en el Primer festival de teatro centroamericano, en 1971, en Costa Rica. Resultó ganador en la dirección de Cuadros de Nuevas Costumbres, de Lionel Méndez Dávila. Y se hizo acreedor al Premio Ícaro al mejor cineasta, en 2016, cuando el festival celebraba su 18 edición.
Luto en el arte nacional
Diversas personas y organizaciones se pronunciaron por el fallecimiento del artista, como el presidente Bernardo Arévalo, quien en su cuenta de X expresó: “Hoy despedimos con tristeza a Roberto Díaz Gomar, pilar del cine y el teatro nacional, cuyo legado dejó una huella invaluable en nuestro país”. El Ministerio de Cultura y Deportes publicó que “lamenta esta pérdida irreparable, de este enorme referente para la cultura”. El crítico de arte Guillermo Monsanto expresó: “Se nos adelanta en el camino uno de los grandes… adiós Roberto Díaz Gomar, gracias por ser, compartir, enseñar, por tu amabilidad y tu don de hombre de bien… gracias por ser ese compañero que
todos necesitamos…”.
La Asociación de vecinos antigüeños Goathemala indicó que “se apagan las luces de su escenario, pero se encienden las memorias de su grandeza”.
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