Comunícate con nosotros al 1590

COLUMNAS

Alzhéimer: actuar a los 50, para llegar sano a los 70

Publicado

-

Por:  María Javier Ramírez Gil, Doctora y profesora de Farmacología en la Universidad de Navarra.

          Maite Solas Zubiaurre, Doctora y profesora de Farmacología en la Universidad de Navarra.

 

Se puede considerar que sufrimos una epidemia de alzhéimer. Su frecuencia aumenta con la edad: afecta al 5% de la población de entre 60 y 69 años, al 20% de los que tienen entre 80 y 89 y al 30% de entre 90 y 99. Tradicionalmente, esta enfermedad se ha asociado con el envejecimiento, de modo que solo podemos esperar la suerte de no sufrirla cuando lleguemos a mayores. Sin embargo, en contra de esta idea tan extendida, en la actualidad consideramos que no se trata de una enfermedad inherente o connatural a la edad. Hoy sabemos que los procesos patogénicos en el cerebro -la acumulación de la proteína amiloide- empiezan años atrás, incluso décadas antes de que aparezcan los síntomas cognitivos. La conclusión es evidente: hay que actuar a los 50 para llegar sano a los 70.

En la mayoría de los casos, se desconocen las causas que producen la enfermedad. Se estima que solo entre 1% y 5% serían de origen hereditario –cuando el mal tiene un debut temprano, antes de los 65 años-. En el resto de los casos, ocurre de manera esporádica, lo que sugiere que podría surgir a través de interacciones entre diversos factores genéticos y ambientales.

La comprensión del papel de los factores de riesgo relacionados con la patogénesis del alzhéimer puede ayudar a identificar aquellos que se puedan modificar. En esencia, un factor de riesgo lo constituye cualquier circunstancia o situación que aumenta las probabilidades de una persona de contraer una enfermedad y que reduce, al mismo tiempo, el número y la densidad de neuronas o aumenta la vulnerabilidad neuronal cerebral, de modo que posee el potencial de acelerar el inicio y la progresión de las manifestaciones clínicas de la enfermedad.

Así, la investigación científica ha confirmado que existe una relación entre la aparición de deterioro cognitivo y factores de riesgo relacionados con el estilo de vida. Factores, por lo tanto, modificables en principio por el individuo. Entre estos factores figuran el estrés, la inactividad física, la obesidad, las dietas altas en grasa, el tabaco y el consumo nocivo de alcohol, la diabetes o la hipertensión. ¿Esta constatación significa que tenemos en nuestra mano poder prevenir la enfermedad? Lo que sabemos por ahora es que una dieta equilibrada, con actividad física regular, así como llevar a cabo actividades de estimulación mental, podrían ayudar a las personas a mantenerse sanas a medida que envejecen.

La celebración del Día Mundial del Alzhéimer, todos los 21 de septiembre, nos recuerda, en primer lugar, la necesidad de garantizar los recursos necesarios para una atención integral del enfermo, la familia y los cuidadores. Además, el lema elegido este año por la CEAFA (Confederación Española de Alzhéimer), “Alzhéimer ConCiencia Social”, apoya el binomio ciencia-sociedad: ciencia que sirve a la sociedad y sociedad que apoya la ciencia.

Desafortunadamente, la investigación en España ha quedado lastrada por años de recortes. Resulta esencial apostar de manera firme por una mayor inversión en investigación. Sin desdeñar las loables iniciativas populares para apoyar la ciencia, no podemos dejar este asunto solo a la solidaridad. Hay que exigir políticas que respalden sin ambages la investigación.

Urge inversión en ciencia. Urge inversión en formación de los profesionales sanitarios responsables del cuidado integral del enfermo. No olvidemos que el conocimiento sobre los mecanismos por los cuales los factores de riesgo se asocian a la enfermedad podría prevenir hasta un tercio (si no más) los casos de alzhéimer.

 

Universidad de Navarra
Seguir leyendo

COLUMNAS

Iniciativa Núm. 2699,deuda pendiente

Publicado

-

Juan Everardo Chuc Xum
[email protected]

El Ejecutivo 2000-2004 envió al Congreso de la República la iniciativa de ley identificada con el Núm. 2699 que pretende aprobar el reconocimiento de las competencias del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), regulada en el artículo 14 de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial, y designar a la Comisión Presidencial contra la Discriminación y el Racismo contra los Pueblos Indígenas en Guatemala, como el órgano nacional competente para recibir y examinar peticiones de personas o grupos de personas que pretendan o alegaren ser víctimas de violaciones de cualesquiera de los derechos estipulados en la referida Convención.

Guatemala ratificó dicha Convención Internacional con el Decreto Ley Núm. 105-82, comprometiéndose a cumplir las obligaciones que se derivan de este instrumento internacional y tomar las medidas que garanticen el respeto y la no discriminación en las esferas política, institucional, social e interpersonal.

Le chomniq’ tz’ib’an, k’utz’uq’uj utz’il.

El Decreto Ley 105-82 dejó en reserva el artículo 14 de dicha Convención y de allí la propuesta del Ejecutivo para solicitar el reconocimiento de las competencias del CERD para avanzar en la lucha contra la discriminación racial; el pleno del Congreso de la República, el 16 de junio 2002, conoce el contenido de la iniciativa 2699; obtiene dictámenes favorables de la Comisión de Pueblos Indígenas, del Colegio de Abogados, Procuraduría de los Derechos Humanos, Ministerio de Relaciones Exteriores, Comisión Presidencial de Derechos Humanos de esa época para el reconocimiento de la jurisdicción del CERD.

El 20 de mayo de 2004, fue aprobado en primer debate y el 12 de agosto de 2008 fue aprobado en segundo debate por el Pleno del Congreso de la República.

Ahora que los guatemaltecos tenemos la esperanza de vivir en respeto y armonía se debe aprobar en tercera lectura la iniciativa de ley 2699, para abonar a la situación de los derechos humanos de los pueblos indígenas y honrar con acciones afirmativas la Semana de la Solidaridad con los pueblos que luchan contra el racismo y la discriminación racial promulgada por las Naciones Unidas del 21 al 28 de marzo de cada año. Le chomniq’ tz’ib’an, k’utz’uq’uj utz’il (la iniciativa busca bienestar nacional).

Colaborador DCA
Seguir leyendo

COLUMNAS

UE ante la amenaza

Publicado

-

Dr. Jorge Antonio Ortega G.
[email protected]

Ucrania y Rusia se enfrentan a una nueva dinámica en el teatro de la guerra. El dispositivo, composición y fuerza están en constante transformación en la última semana debido a la adición de Suecia a la Organización del Tratado Norte OTAN, el rearmamento de la Unión Europea UE, la posibilidad de envío de tropas europeas al territorio ucraniano y la amenaza rusa del uso de armas nucleares para resolver de una vez por todas la confrontación militar.

Moscú y Occidente se encuentran moviendo sus piezas en el tablero bélico global en el espacio aéreo, naval y terrestre. Estamos frente a un nuevo escenario de una guerra fría entre los dos continentes. No se excluye un choque de fuerzas en el territorio de Ucrania.

La OTAN cuenta con dos nuevos miembros, Finlandia y Suecia; esto aumenta en todos los sentidos la defensa europea, que está resuelta al aumento armamentista como una medida de pervivencia ante la amenaza tangible de una Rusia agresiva.

Las importaciones de armas en Europa se han incrementado en un 94 por ciento como consecuencia de la guerra en Ucrania.

Francia ha escalado el segundo puesto entre los países exportadores de armas superando a Rusia, ahora relegada al tercer escalón, las ventas de Francia aumentaron en un 47 por ciento mientras las rusas han caído un 53 por ciento. Estados Unidos mantiene la supremacía de la exportación de armas con un 42 por ciento a nivel mundial.

La concepción militar se transformó en el núcleo generador de la cohesión de los 27 Estados que conforman la UE.

Hay una nueva realidad militarista en Europa, a pesar de los intentos de contener la escalada del conflicto; un sinfín de intentos, como los de Turquía de abrir un espacio en su territorio neutral para una mesa de negociaciones y evitar la expansión de la guerra a otras latitudes.

La Unión Europea, hasta hace dos años, llevaba un proceso lento de integración, de hecho, exitoso, pero en lo concerniente al ámbito militar existían algunas complejidades. La guerra de Ucrania permitió disolverlas. Hoy la defensa, integridad territorial y la soberanía desde su concepción militar, se transformó en el núcleo generador de la cohesión de los 27 Estados que la conforman.

La percepción tangible de lo anterior es excusa de la invasión rusa a Ucrania. Luego el apoyo decidido de Occidente de apoyar a los ucranianos, con dinero, armas y la advertencia de Francia ante la posibilidad de enviar tropas de la UE al teatro de guerra.

La transición de una Europa de misiles y a fortalecer como prioridad hacia una economía de guerra; lo anterior se ve reflejado en la semana pasada donde la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, propuso destinar 1 mil 500 millones de euros del presupuesto de la UE durante el período 2025-2027 para transformar la industria militar en el motor de la nueva Europa, frente a la incertidumbre de los rumores de guerra hacia su territorio.

Lo anterior cuenta con el apoyo de la mayoría de los integrantes de la Unión Europea. La visión es que en el 2030 la industria de Europa de defensa pueda alcanzar a la Norteamérica. El plan estratégico adhiere la necesidad de utilizar la disuasión y la defensa como prioridad, hasta donde sea posible, ante una Rusia
impredecible.

El 14 de marzo se finalizó una maniobra de entrenamiento de la OTAN en la península escandinava, con una fuerza de 20 mil soldados de 13 países que participan en los ejercicios en Noruega, Finlandia y Suecia como una demostración de fuerza y advertencia a Moscú; las autoridades rusas ven este entrenamiento como un ensayo para un enfrentamiento armado con Rusia.

La construcción de escenarios probables y no deseables a través de la prospectiva permite visualizar que todo puede cambiar en segundos, que el escenario es frágil, que el alto al fuego no tiene anclajes solidos para diseñar la ruta segura hacia la paz.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

COLUMNAS

Cartas a un jovenacadémico (III)

Publicado

-

Pablo Paniagua Prieto
Investigador de Faro UDD

Aconsejo revisar en detalle dichos rankings y explorar el orden (Top 100) de las revistas en función del campo de investigación o profesión de cada uno, y de trabajar duro para tratar de publicar siempre dentro de la sección Q1.

Es probable que uno no tenga una carrera académica sólida y de éxito en el largo plazo si no tiene al menos unos 4 papers Q1 dentro de su profesión (esto depende de la universidad que nos contrata y del campo de referencia).

La calidad es más importante que la cantidad. En el mundo de la academia y las universidades, la forma de medir el prestigio y contar el impacto de los ensayos académicos no se rige por la lógica de la edición o suma, como si compráramos melones en el supermercado, sino que por el prestigio y el factor de impacto de las revistas académicas.

Estas son las primeras 5 de las 10 cartas a un joven académico.

Este punto es muy importante, pues sugiere que es mucho más importante escribir pocos, pero buenos ensayos académicos de calidad y de alto nivel en revistas de prestigio que innumerables papers en revistas de bajo nivel.

De esta forma, se puede dar la paradoja de que existan académicos con muy pocas publicaciones, pero que sean considerados como de los mejores e incluso obtener el Premio Nobel por apenas 1 o 2 publicaciones, mientras que existan otros académicos con más de 200 publicaciones y que no sean considerados para nada.

Es decir, la cantidad no es sinónimo ni de calidad ni de importancia de nuestras contribuciones en la academia.

La frase publish or perish es importante pero parcialmente engañosa, ya que es mucho más importante la frase publish (in higher ranked journals) or perish.

Lo anterior sugiere que, dado que el tiempo es uno de los recursos más escasos y valiosos de un investigador, nuestra principal tarea día a día es estar alertas y evitar las distracciones superfluas (e.g., reuniones sin sentido, emails, WhatsApps, redes sociales, peleas de bajo nivel en Twitter, etc.) y priorizar el escribir/investigar y concentrarse en proyectos de investigación buenos y de alto impacto.

La productividad también importa. El punto anterior no significa que no haya que ser productivo y no haya que tratar de apuntar además hacia la cantidad y la alta productividad; solo que hay que saber hacerlo de forma estratégica, seleccionando buenos proyectos.

Esto es la probabilidad de números grandes: si escribo 1 solo ensayo académico al año, entonces tendré muy pocas probabilidades de publicar en revistas de alto nivel; en contraste, si escribo tres ensayos al año, mis probabilidades de publicar al menos uno de estos en una revista de alto impacto aumentan de forma considerable.

De esta forma, para poder apuntar hacia la calidad Q (ver punto anterior), hay que aumentar entonces nuestras probabilidades a través de escribir más ensayos académicos, pero teniendo siempre en mente que deben ser seleccionados estratégicamente y con atención, velando por el alto impacto.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

Directorio

  • Dirección General: Carlos Morales Monzón
  • Coordinación de Redacción: Katheryn Ibarra
  • Editores: Jose Pelico, Erick Campos y Carlos Ajanel
  • Editora Web: Magaly Alvarado
  • Deportes: Max Pérez

más temas

©2024 Diario de Centro América - Todos los derechos reservados.