La marimba ha amenizado las fiestas cívicas y familiares, donde los ritmos se fusionan con los sentimientos
Ilustración: Sergio Espada
Las teclas morenas de la marimba resuenan en los festivales, colegios, celebraciones y más, tanto en el país y fuera de sus fronteras , ya que es la expresión de una tradición vibrante. En torno a ella han bailado generaciones con las clásicas piezas de Luna de Xelajú, Noche de Luna entre Ruinas y Ferrocarril de los Altos, entre otras, para evocar emociones. También ha sido acompañante de una buena comida junto a la familia y los amigos que han escuchado desde sones y piezas populares hasta piezas y composiciones clásicas.
Es símbolo patrio de Guatemala desde 1955 y su día nacional se celebra el 20 de febrero. En 1968 se estableció como Instrumento Nacional. Está formada con láminas de madera que son golpeadas con mazas de hule para generar notas y se elabora de granadillo u hormigo, palo blanco, palo rosa y cedro. Asimismo, se resalta el interés por proteger el árbol de hormigo y a otras especies forestales utilizadas en su fabricación, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, e Instituto Nacional de Bosques (Inab) por mencionar algunas instituciones.
Alfonso Arrivillaga-Cortés, antropólogo especializado en etnomusicología, mencionó: “Como icono nacional, ha mutado en varias superposiciones y con ello el tránsito de lo que era el ícono original, la marimba de arco (o de tecomates) a la reconocida marimba cromática (o doble), cuya paternidad se atribuyen varios connacionales. Es claro que ambas y otras variantes existentes forman parte de nuestro patrimonio, por lo que colocar una sobre las otras es ejercer una mirada de superioridad que, no solo no tiene cabida, sino discrimina a las otras”.
Por su parte, Fernando Vásquez, catedrático de Marimba de la Facultad de Música y Artes Visuales de la Universidad Da Vinci de Guatemala, reconoce que existe un renacimiento. “Esto se hace palpable al ver el interés de instituciones educativas públicas y privadas en organizar grupos de marimba, y apoyar la enseñanza del instrumento. Se ha llevado su aprendizaje a la educación superior universitaria lo cual garantiza que las nuevas generaciones de músicos marimbistas puedan participar en festivales y concursos internacionales en el mundo”, indicó.
Grandes marimbistas
Wotzbelí Aguilar, José Domingo Bethancourt, Rosendo Barrios y Marco Antonio Castillo, son algunos de los más destacados compositores y marimbistas guatemaltecos. Y Joaquín Orellana, el compositor de música académica, que se ha inspirado en el instrumento y recientemente fue homenajeado por su trayectoria, durante la ceremonia de la 44ª edición del Festival de Marimba Paiz.
“El maestro ha transformado la marimba de un símbolo de identidad guatemalteca, en algo más allá de sus límites convencionales, al crear Útiles Sonoros, instrumentos musicales que son a la vez esculturas tridimensionales”, expresaron sus organizadores.
Diversidad sonora
Marimba pura: de origen africano, que llega al continente en el Período Colonial y su evolución se dio rápidamente y hoy muchos autores europeos lo denominan “el piano de América”.
Ensamble de marimbas: los ensambles se conforman con la participación de más de un conjunto de marimba, para lo cual se requiere una sincronización de interpretación de distintas
melodías.
Marimba orquesta: este conjunto a diferencia de la marimba pura está integrada por una batería, congas, teclados, trompetas, saxofones y amplificadores de alto alcance acompañado de iluminación y
cantantes.
Con información de www.muniguate.com, investigacionparatodos.usac.edu.gt/, Universidad Da Vinci y Organización de Estados Americanos (OEA).