Una de las atribuciones de la Policía Nacional Civil (PNC) es resguardar la vida y el patrimonio de los guatemaltecos; es por ello que a diario los uniformados realizan patrullajes en las calles y avenidas del país, así como inspecciones en unidades del transporte colectivo, entre otras acciones.
Empero, en ocasiones su labor va más allá, en cumplimiento de su lema Proteger y servir, y toman un papel trascendental, al convertirse en verdaderos ángeles para aquellos que, al sufrir urgencias de salud, acuden a ellos en busca de ser trasladados a un centro asistencial.
Actos como este pueden incluso salvar vidas, tal como ocurrió con Javier Suárez, quien gracias a la intervención de oficiales de la PNC fue remitido al Hospital Roosevelt, donde fue sometido a una cirugía de emergencia, después de haber tenido complicaciones en el tratamiento de una apendicitis.
Según los médicos a cargo de su atención, el joven de 23 años pudo haber fallecido, si no se le hubiera trasladado con la prontitud del caso, pues su condición era grave.
Los benefactores en este hecho fueron los comunicadores de la entidad, Jorge Aguilar y Pablo Castillo, quienes atendieron el llamado de un familiar del muchacho, y coordinaron con los cuerpos de socorro para tomar las medidas correspondientes. Los seres queridos del paciente agradecieron esta obra mediante la red social Facebook.
Servicio a la comunidad
Sin embargo, gestos de este tipo se dan en diferentes puntos de la nación, y una muestra de ello es lo relatado por Toni Esquite, enfermero del Hospital Nacional de Guastatoya, El Progreso, quien indicó que los uniformados destacados en el área suelen auxiliar a personas con distintos padecimientos y los llevan hasta ese nosocomio para que sean atendidos.
El entrevistado expresó que hace unos días dos agentes trasladaron a una mujer en labor de parto, procedente de la aldea Santa Lucía, quien había sido sorprendida por los síntomas propios de su condición, mientras realizaba compras en el mercado del lugar.
“Los policías se quedaron junto a la señora hasta que fue ingresada en su habitación, y todo el tiempo le dieron palabras de aliento”, narró Esquite.
