Comunícate con nosotros al 1590

COLUMNAS

Colaboración: A un mes de nuevas cortes

Publicado

-

Contra el tiempo se encuentran las dos comisiones de postulación que deberán presentar al Congreso de la República los listados de candidatos a magistrados de Corte Suprema de Justicia, CSJ y de Corte de Apelaciones.

De no haber sido por la insistencia -llegando a la terquedad- de un grupo de comisionados que desde el inicio se opusieron a que la sede para trabajar fuera la Universidad Rafael Landívar, ambas comisiones postuladoras no estarían ahora con el tiempo en su contra.

Evidente que la intención desde el inicio fue perder tiempo, con el propósito de que las nóminas de candidatos no estuvieran listas y con ello permitir que los actuales magistrados siguieran en sus puestos más allá del 13 de octubre, que es cuando por ley deben asumir las nuevas autoridades judiciales.

Cuando aún estaba en la Dirección de Comunicación del Congreso, participé en la primera reunión donde el rector de la Universidad Landívar, el padre Míquel Cortés -quien preside comisión para CSJ- mostró con gran entusiasmo cómo habían acomodado un espacio grande en esa casa de estudios, para albergar a los comisionados. “Miren, qué bonito, contamos con espacios amplios, con el equipo de tecnología, con parqueos, con lugares para que la Prensa y los ciudadanos interesados, puedan observar el desarrollo del trabajo encomendado; estamos listos”.

Esa reunión era para establecer en qué podía ayudar el Congreso, dado que es el que convoca a la integración de esas comisiones y más adelante con nóminas de candidatos en mano, deberá elegir a los futuros magistrados. Solicitaron Constituciones de la República, impresoras, detectores de metales y personal de protocolo.

No sabía el padre Míquel que desde la primera reunión, un grupo de comisionados, encabezados por actuales magistrados y otros del Colegio de Abogados, a puro tubo querían que la sede fuera la Corte Suprema de Justicia. Peor aún, se opusieron a avanzar en la agenda hasta que no se resolviera su deseo.

Tuvo que salir el presidente de la CSJ, Oscar Cruz, a decir que no contaban con la infraestructura necesaria para ser la sede de las postuladoras. También, se evaluó el edificio del Legislativo. Fue hasta el 17 de agosto que por fin y tras someter a votación, acordaron que siempre sí, la Universidad Landívar.

Fueron más de 1 mil 500 expedientes de aspirantes los que contrarreloj debieron entrar a evaluar los comisionados, todavía el pasado fin de semana estaban conociendo las tachas planteadas en contra de postulantes. Entre todo este estira y encoge, cabe resaltar la observación asidua del Movimiento Pro Justicia, de la Prensa, de Guatemala Visible, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el papel fundamental que siguen teniendo en favor de la justicia los pueblos originarios.

“Recibí una petición por escrito de un representante que viajó 11 horas desde Ixcán, un hombre de la tercera edad como yo; eso habla de que el pueblo quiere cambio y cambio queremos todos” dijo a Plaza Pública, Raúl Arévalo, quien preside la Comisión de Postulación de Apelaciones. De su experiencia dirigiendo ese ente integrado en su mayoría por abogados, manifestó a ese medio digital “Aquí puede pasar cualquier cosa, la ley no es lo que dice la ley, sino lo que se interprete de ella”.

Los ojos y esperanza están puestos, de momento en el trabajo de las postuladoras y dentro de poco en el Congreso de la República. La justicia nos ha estado debiendo a todos los guatemaltecos, se necesita y urge un cambio.

Jorge Castillo
Seguir leyendo

COLUMNAS

Revolución de Octubre: juventud y cambio social en Guatemala

Hablemos de juventud

Publicado

-

Guadalupe Ixel Wer Chutá

Directora Ejecutiva

[email protected] 

La Revolución del 44 en Guatemala marcó un hito en la historia del país. El movimiento, que culminó con la caída del dictador Jorge Ubico, fue impulsado por un amplio sector de la sociedad, especialmente por la juventud. Hoy, a casi 80 años de distancia, el eco de aquella revolución resuena en la lucha actual de las nuevas generaciones por un cambio social y político.

En el 44 la juventud guatemalteca organizada en movimientos estudiantiles y sindicatos desempeñó un papel crucial al demandar democracia y justicia social. Este impulso no solo buscaba el derrocamiento de un régimen opresor, sino también la construcción de un futuro más equitativo. La Revolución promovió reformas educativas y agrarias, dejando un legado de activismo y compromiso cívico que sigue vigente.

La actual generación de jóvenes se ha movilizado en distinas causas.

En el contexto actual, la juventud enfrenta desafíos similares: la corrupción, la desigualdad y la falta de oportunidades; sin embargo, las herramientas y estrategias han evolucionado. Hoy las redes sociales y la tecnología permiten una movilización masiva y una visibilidad global que era impensable en la década de los 40. A través de plataformas digitales, las juventudes pueden articular sus demandas, compartir experiencias y construir movimientos que trascienden fronteras.

La actual generación de jóvenes guatemaltecos se ha movilizado en distintas causas, desde la defensa de los derechos humanos hasta la lucha por la justicia social y ambiental. Este activismo no solo se limita a la protesta en las calles; también se manifiesta en proyectos comunitarios, iniciativas artísticas y espacios de diálogo. La juventud se convierte en un actor fundamental en la construcción de un nuevo paradigma social, donde el respeto y la equidad son ejes
centrales.

Un ejemplo claro es el movimiento estudiantil en los últimos años, reivindicando una educación accesible y de calidad. Esta movilización no solo busca cambios en el sistema educativo, sino que también cuestiona estructuras de poder y exige rendición de cuentas a las autoridades. 

La juventud tiene la capacidad de ser un catalizador del cambio, desafiando el statu quo y proponiendo alternativas viables; la historia demuestra que la participación es clave para lograr avances significativos.

La Revolución del 44 nos dejó un legado invaluable: la importancia de la juventud como motor de cambio. Es un momento histórico en el que la voz de la juventud es más necesaria que nunca para enfrentar los retos del presente y construir un futuro más justo y equitativo.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

COLUMNAS

Diálogo sobre bosques y biodiversidad con pueblos indígenas

Guatemala megadiversa

Publicado

-

Consejo Nacional de Áreas Protegidas
[email protected]

Guatemala socioculturalmente está conformado por cuatro pueblos: Maya, Garífuna, Xinka y ladino o mestizo. El proceso de domesticación de las especies, así como el desarrollo de una diversidad de formas con propósitos, manejo y usos diferenciados de la misma especie, se encuentran íntimamente ligados a la relación histórica de los diferentes grupos humanos con sus territorios y a sus sistemas propios de conocimientos, evidenciada hoy en día en las relaciones de los pueblos indígenas y las comunidades locales con el entorno natural de esos territorios. 

Los pueblos indígenas y las comunidades locales desde sus sistemas propios de gestión de la diversidad biológica hacen importantes esfuerzos para la conservación de especies de flora y fauna, y de servicios ecosistémicos a través de acciones de gestión colectiva. Según el diagnóstico para el manejo y conservación de recursos naturales en tierras comunales elaborada por el Grupo Promotor de Tierras Comunales,  la gestión colectiva constituye la forma en que las comunidades se organizan y establecen acuerdos para manejar colectivamente los recursos naturales, en función de sus propios criterios y necesidades. 

Los Pueblos Indígenas y las comunidades locales hacen importantes esfuerzos para la conservación de especies de flora y fauna.

Guatemala en 1955 estableció algunas medidas para la protección de espacios naturales; sin embargo, es hasta 1989 con el Decreto Legislativo 4-89 Ley de Áreas Protegidas que se establece el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas, actualmente existen 341 áreas protegidas con distintas categorías y normativa específica, muchas de ellas se encuentran dentro de territorios indígenas. 

De esa cuenta, algunas declaratorias de áreas protegidas han generado tensión con los actores territoriales, en los que en algunos casos se han logrado transformar a lo largo del tiempo y se han establecido relaciones de coordinación y trabajo colaborativo,  pero hay algunos casos que aún necesitan ser abordados.

Desde la Unidad de Pueblos Indígenas y Comunidades Locales se incide y asesora para que en los procesos de formulación de leyes, reglamentos, políticas, estrategias y acciones relacionadas a áreas protegidas y diversidad biológica que realicen las distintas unidades y direcciones sustantivas del Conap, se incluya la gestión colectiva.

Se ha identificado la necesidad de mejorar la participación de la población, principalmente pueblos indígenas, mujeres, comunidades locales, en la gestión de las áreas protegidas y la diversidad biológica, para que se fomenten espacios de diálogo para abordar la pérdida de diversidad biológica y desafíos para su conservación e identificar mecanismos de trabajo conjunto. 

Recientemente se realizó un Diálogo sobre sistemas de gobernanza de los pueblos indígenas relacionados a bosques y diversidad biológica, que reunió a voces diversas de las instancias rectoras del medio ambiente y las áreas protegidas del país, entidades gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y academia, como a representantes de pueblos indígenas y comunidades locales con el fin de identificar mecanismos que permitan un mejor reconocimiento del rol que desempeñan los Pueblos Indígenas y las comunidades locales.

Abordar los sistemas de gobernanza sobre bosques y diversidad biológica también es parte de los llamados del Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica, que invita a que cada Estado parte del Convenio sobre Diversidad Biológica refuerce sus acciones para revertir la pérdida y degradación de ecosistemas, donde se reconoce que el aporte del conocimiento ancestral y la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas es fundamental.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

COLUMNAS

Revolución de Octubre: un llamado a la acción para nuevas generaciones

Zonas de Oportunidad

Publicado

-

Ingeniero Byron Gaitán

Gerente General de Zolic

[email protected]

El 20 de octubre de 1944 marcó un hito en Guatemala, cuando una revolución abrió las puertas a reformas políticas y sociales que transformaron la vida de muchos. Este evento, impulsado por el deseo de justicia y equidad, dejó un legado que a menudo se olvida en las conversaciones actuales. Es fundamental reflexionar sobre los triunfos de aquella época, especialmente en lo relacionado con la educación.

La Revolución no solo buscó derrocar un régimen autoritario, sino crear un sistema más inclusivo, centrado en la educación pública. Se establecieron nuevas escuelas y programas para aumentar la alfabetización y el acceso a la educación, vitales para el desarrollo de una sociedad informada. Este énfasis en la educación empoderó a comunidades y ofreció oportunidades a quienes antes estaban marginados.

La nueva revolución debe ser responsabilidad de todos; no es solo un acto de la historia, sino una tarea continua para cada ciudadano.

Hoy, las nuevas generaciones tienen la responsabilidad de conocer y comprender el legado de 1944. La historia no debe ser vista como un relato del pasado, sino como una guía para enfrentar los desafíos actuales. Recordemos que la educación es una herramienta poderosa para la transformación social; el compromiso por mejorar nuestro sistema educativo es una forma de honrar a quienes lucharon por un futuro mejor.

Las circunstancias actuales exigen una revolución diferente, no basada en cambios radicales en el sistema político o económico, sino en una transformación profunda de nuestra mentalidad y compromiso hacia una sociedad más justa y equitativa. La nueva revolución debe ser responsabilidad de todos; no es solo un acto de la historia, sino una tarea continua para cada ciudadano. Es un llamado a la responsabilidad compartida, donde el esfuerzo conjunto impulse un futuro prometedor para nuestra nación.

Es esencial que las nuevas generaciones se conviertan en los protagonistas de este nuevo ciclo de cambio. Conocer la historia de la Revolución del 20 de octubre y entender sus implicaciones les dará las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos actuales y futuros. Al integrar las lecciones aprendidas en la realidad de hoy, podrán actuar con una visión clara y un propósito renovado.

Colaborador DCA
Seguir leyendo

Directorio

  • Dirección General: Carlos Morales Monzón
  • Coordinación General de Redacción: Miguel González Moraga
  • Coordinación de Información: Mario Antonio Ramos
  • Editores: Carlos Ajanel Soberanis, Jose Pelico, Fernando Quiñonez, Katheryn Ibarra y Max Pérez
  • Página Web: Magaly Alvarado

©2024 Diario de Centro América - Todos los derechos reservados.