Los pobladores de Petén mantienen una tradición antigua con un baile poco común que involucra a un animal. Y, de acuerdo a la Universidad de San Carlos de Guatemala las danzas de manera ritual tienen su origen desde la época prehispánica, en las cuales se realizaban ceremonias para agradecer a la madre naturaleza, que era considerada el origen de la vida.
Es en este escenario en que se enmarca el Baile de la cabeza de coche, tradición que se celebra anualmente en la aldea de San Miguel, Flores, Petén. Es efectuado por los pobladores del lugar, como un tributo a la naturaleza para pedir la abundancia de lluvia y las buenas cosechas. Se practica el 3 de mayo, día en el cual también se festeja el Día de la Santa Cruz, que marca el inicio de la época lluviosa en Guatemala.
Su origen
Tiene sus orígenes en Yucatán, México, y fue traída a Petén por el mexicano Jacobo Melchor, en 1937.
Sin embargo, los peteneros Andrés Peche y Trinidad Sacal la trasladan al municipio de San José, donde permanece por algunos años. En 1951 estos mudan la costumbre a la entonces aldea de San Miguel, en el municipio de Flores, donde en la actualidad Augusto Peche, hijo, dirige la festividad.
De acuerdo con el libro Costumbres de Yucatán, de Luis Pérez Sabido, a este baile se le conoce generalmente con el nombre de Pol kekén, palabra compuesta que proviene, según el Diccionario Maya Cordemex, de pool (cabeza de cualquier animal) y Kekén (cerdo).
En el país, la tradición ha tenido cambios y adaptaciones, que incluye diversos elementos culturales del país, con lo cual se afirma que esta costumbre ha tomado un protagonismo propio. Se enmarca en un sincretismo religioso y ritual, donde antes de la fiesta se lleva a cabo un novenario en honor de la Santa Cruz.
Sincretismo
La familia Peche, junto con algunos de los habitantes se alistan para comenzar la ya tradicional celebración el 25 de abril, una semana antes de que llegue el 3 de mayo (Día de la Santa Cruz). Este festejo se viene preparando desde el año anterior; es decir que cuando termina la celebración se da comienzo nuevamente a los preparativos para el siguiente.
“El Día de la Cruz cristina también coincide con la de la cruz maya; es aquí donde se fusionan. La razón es que el Sol está en el cénit, este fenómeno empieza el 27 de abril en la Costa Sur y termina el 6 de mayo en Petén; es decir, a las 12:00 las cruces no dan sombra. Esto marca el inicio de las siembras y el principio de las lluvias. Este día, prosigue, es para recordar nuestro origen, nacimiento y destino, día para pedir a Ajaw Creador y Formador la claridad en el camino, pedir buenas siembras y abundantes cosechas para nuestro sustento”, mencionó Julio Men-chú, historiador y guía espiritual.
Expresión humana
Cuando la cabeza del marrano termina de ser preparada y la jaula decorada, aproximadamente a las 15:00, comienza el recorrido, el estruendoso ruido de las bombas anuncia que el bailoteo ha iniciado, los aldeanos y visitantes se reúnen en la calle principal, cerca del lago. Las notas musicales de la marimba ejecutan la melodía Bajo el Ceibo murió Tupuyen.
Algunos se suman para bailar y realizar sus peticiones. Entre las principales súplicas se encuentran pedir buenas cosechas y la tranquilidad de las aguas del Chal-tun Há o lago de Petén Itzá.
Los personajes importantes que portan los elementos que representan símbolos en la presentación son: el cargador, que tiene el papel central y debe llevar su propia cabeza con sus respectivos adornos y las botellas de aguardiente, que van amarradas a la jaula para evitar que se caigan durante los movimientos.
“Es un agradecimiento de la cosecha que ya se dio y la lluvia. Igualmente, los invitamos a que lleguen y conozcan”, indicó Adolfo Tesucún, de la comunidad Itzá.
Fuentes consultadas: Ministerio de Cultura y Deportes y Usac.
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