Foto: Mario León
En un golpe sin precedentes contra el narcotráfico, las autoridades han logrado incautar en lo que va del año 14 mil 806 kilos (casi 15 toneladas) de cocaína, lo que ha establecido un récord histórico en el combate al trasiego de drogas, informó el Ministerio de Gobernación (Mingob).
El decomiso más reciente es de 3 mil 905 kilos (casi cuatro toneladas), en San Francisco del Mar, Puerto Barrios, Izabal, después de que la Marina de la Defensa Nacional detectó una embarcación en aguas de esa jurisdicción. Los tripulantes, al observar que fueron descubiertos, huyeron a la costa, donde abandonaron el cargamento, valuado en 401 millones 206 mil 533.75, según cálculos del Mingob.
Con esta acción, 4 millones de colmillos (recipientes) fueron sacados del mercado ilegal, indicó el titular del Mingob, Francisco Jiménez.
Este logro supera en un 34.79 por ciento el total combinado de las confiscaciones efectuadas en 2023 y 2022, que sumaron 5 mil 36 y 5 mil 905 kilogramos, respectivamente. La tendencia al alza en las incautaciones contrasta con la reducción observada durante los años del gobierno de Alejandro Giammattei, donde los números se vinieron en picada.
“La labor del Viceministerio Antinarcóticos ha sido esencial, especialmente en el fortalecimiento de los controles de aduanas, un punto crítico para el trasiego de drogas” Ronaldo Leiva, analista del CIEN
Mario Mérida, catedrático universitario y experto en seguridad nacional, comentó que este repunte se debe a una estrategia de coordinación más efectiva entre las instituciones locales y Estados Unidos.
“El éxito de 2024 refleja un esfuerzo conjunto y una colaboración estratégica que debería ser aprovechada para fortalecer la posición de Guatemala en las negociaciones bilaterales con EE. UU.”, señaló Mérida.
El experto destacó que, pese a que el territorio nacional es de tránsito y no de consumo, se han intensificado los esfuerzos para combatir este problema. Subrayó que, aunque las cifras son alentadoras, el asunto persiste, con la evidencia de grandes cargamentos dirigidos al mercado norteamericano.
Factores clave
Ronaldo Leiva, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), atribuyó los logros a una mayor coordinación institucional. “La labor del Viceministerio Antinarcóticos, de la cartera del Interior, liderado por Werner Ovalle, ha sido esencial, especialmente en el fortalecimiento de los controles en las aduanas, un punto crítico para el trasiego de drogas”, explicó.
Leiva también destacó el acercamiento con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, en inglés), que ha proporcionado inteligencia clave para interceptar cargamentos aéreos y marítimos. “Esta relación ha sido fundamental para los resultados, pues permite una respuesta más ágil y efectiva ante las actividades criminales”, añadió.
Mérida subrayó la importancia de un enfoque regional, que inste a una mayor colaboración con países sudamericanos como Colombia, Perú y Bolivia, principales productores de cocaína.
Operativos destacados
Además del decomiso en Izabal, otros éxitos han marcado el año. En marzo, tres embarcaciones fueron interceptadas en aguas del Pacífico y se incautaron 2 mil 200 kilos de cocaína y capturó a 11 personas.
4 millones de colmillos (recipientes) salieron del mercado ilegal con el decomiso.
Asimismo, en febrero, un camión en Coatepeque, Quetzaltenango, transportaba 1 mil 760 kilos, el mayor decomiso terrestre del año. Estos frutos han sido posibles gracias al uso de tecnología avanzada, como radares y sistemas de monitoreo, además del apoyo de agencias de inteligencia de naciones aliadas.
A pesar de los avances, los desafíos persisten, consideran expertos. Mérida advirtió que la violencia de los cárteles en México y la falta de contención en territorios productores dificultan una solución integral. Sugirió documentar los logros operacionales de Guatemala para replicarlos en otros territorios de la región.
Leiva enfatizó la necesidad de asignar un presupuesto directo a las instituciones involucradas en enfrentar este flagelo, y fomentar incentivos para los agentes que participan en estas operaciones, con el fin de reducir la posibilidad de infiltración delictiva y redoblar las capacidades de combatir a estos grupos criminales transnacionales.
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