Manuel Rodríguez Pumarol
Representante de UNICEF en Guatemala
El 20 de noviembre de 1989, la Convención sobre los Derechos del Niño fue adoptada por la Asamblea General de la ONU, marcando un antes y después en el compromiso mundial con la infancia. Guatemala fue de los primeros en ratificarla en 1990, comprometiéndose a reconocer a niñas y niños como sujetos de derechos.
En estas tres décadas y media, el país ha implementado leyes y políticas cruciales en beneficio de la niñez, como la Ley de Educación Nacional, que garantiza el acceso a una educación inclusiva; la Ley de Adopciones, que regula los procesos adoptivos para el bienestar infantil; la reciente Política Pública de Desarrollo Integral de la Primera Infancia (2024-2044) que proyecta un futuro en el que los derechos a salud, nutrición y educación temprana se atiendan integralmente, entre otras.
Cada uno de estos hitos simboliza una historia de superación y un paso hacia una sociedad que pone a la infancia en el centro de sus esfuerzos, siendo este el resultado del trabajo conjunto de gobierno, sociedad civil, sector privado y UNICEF, que ha trabajado con aliados nacionales e internacionales para transformar estos compromisos en acciones.
Sin embargo, aún hay tareas pendientes. A pesar de que las tasas de mortalidad infantil han disminuido y el acceso a educación primaria ha mejorado, la desnutrición crónica sigue afectando a una parte significativa de la niñez, especialmente grupos indígenas y rurales. La pobreza y limitado acceso a servicios básicos impiden el pleno cumplimiento de los derechos de todos los niños. Además, la migración infantil plantea nuevos desafíos, pues miles de niños enfrentan situaciones de vulnerabilidad por buscar mejores oportunidades.
Así, este 35 aniversario, debe motivarnos a redoblar esfuerzos para continuar priorizando y fortaleciendo la inversión en programas de infancia, y a seguir impulsando políticas públicas para que ningún niño, niña o adolescente quede atrás.
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