Buenos Aires, EFE
Los empleados públicos de Argentina iniciaron ayer una huelga para protestar por los bajos salarios, despidos y políticas de recortes impuestas por el gobierno del presidente Javier Milei.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el mayor gremio de asalariados públicos del país, convocó la protesta para evitar que el Estado termine usurpado por los grandes grupos de empresarios, según un comunicado de este sindicato.
“La gente empieza a tomar conciencia de la estafa. Le mintieron, no había empleados incumplidos ni un Estado sobredimensionado. Este gobierno protege y se abraza a la casta”, aseguró el titular de ATE, Rodolfo Aguilar.
A esta huelga está previsto que se sumen desde la medianoche del miércoles los trabajadores del transporte aéreo, ferroviario y del metro subterráneo de Buenos Aires, mientras que mañana lo harán los conductores de autobuses, principalmente del área metropolitana de la capital argentina.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, calificó de “privilegiados” a los trabajadores que participan de la huelga y las protestas, sobre los que dijo que defienden sus propios “beneficios”.
El Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, que conduce Federico Sturzenegger, es el responsable de implementar las políticas de recortes y reducir los organismos y empresas públicas puestas en marcha cuando Milei accedió al Gobierno, en
diciembre de 2023.
Desde entonces se han eliminado unos 28 mil empleos públicos, lo cual significa una reducción del 10 por ciento de la plantilla estatal, de acuerdo con el instituto Nacional de Estadística.