Rodolfo Zelada
Periodista
Pavorosa. Así es como Félix Alvarado, ministro de Comunicaciones, define la situación de la infraestructura vial del país, especialmente hablando de los 1 mil 260 puentes que la conforman. De acuerdo con un estudio realizado por su despacho, un 9 por ciento de este total, presenta problemas “graves y severos”.
Las declaraciones del funcionario, vertidas ayer en una rueda de prensa realizada en el Palacio Nacional de la Cultura, dejan al descubierto el abandono y el robo descarado por parte de quienes le antecedieron en el puesto durante gobiernos anteriores. A dónde fueron a parar los miles de millones de quetzales ejecutados en ese ministerio durante, al menos, las últimas dos administraciones gubernamentales.
La infraestructura vial es un reflejo de la desidia, el desprecio y la voracidad de funcionarios de gobiernos anteriores.
Acá vale la pena recordar la pregunta que se hizo célebre en la presidencia de Alejandro Giammattei, relacionada con la compra de las vacunas Sputnik: ¿Y el dinero dónde está? También habría que cuestionarse el papel que jugaron los entes fiscalizadores al no darse cuenta de que el dinero se pagaba sin que existieran avances concretos en las obras que supuestamente se estaban ejecutando. Llora sangre saber que los 1 mil 260 puentes evaluados por el ministerio, todos presentan algún tipo de daño en sus estructuras. Todos. ¿Qué tan seguro será viajar por carretera? ¿En qué momento puede ocurrir alguna desgracia? ¿Se habrán puesto a pensar en ello los funcionarios que antecedieron a Alvarado?
¿Estarán conscientes del daño que le han hecho al país y a los guatemaltecos o estarán plácidamente gastando lo que se embolsaron? Lo segundo es lo más obvio.
Esto mismo es lo que debería pensar la mayoría de guatemaltecos. Lo que debería indignarla y exigir que se busque y castigue a los responsables de ello. Pero no. Prefieren reclamar la supuesta falta de acción de las autoridades de turno.
Si bien es cierto que Alvarado sostuvo que personal de la cartera su cargo trabaja en la identificación de dichos problemas y comienza a abordarlos, ¿será que cuenta con los recursos para tratar adecuadamente la problemática? No. De hecho, el funcionario está claro en que el calamitoso estado del sistema de puentes en el país excede, por mucho, la capacidad de respuesta que la cartera a su cargo pueda tener para enfrentar la situación.
En la actualidad, viajar por carretera es un riesgo latente. La infraestructura vial es un reflejo de la desidia, el desprecio y la voracidad de funcionarios de gobiernos anteriores, quienes privilegiaron el bienestar personal ante el bienestar colectivo. Vulgares ladrones.