Francamente, pavorosa. Así describe el encargado del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), Félix Alvarado, el estado de la infraestructura vial heredada. Una situación que, a todas luces, rebasa las capacidades ejecutivas de la cartera y la de cualquier institución pública y privada, nacional o extranjera.
La situación, ya de por sí crítica, se complica cuando fenómenos naturales evidencian la poca calidad con que se construyeron las obras. Costosas, valga decir.
Un informe del CIV, presentado ayer por Alvarado, revela datos escalofriantes. Datos que alarman y ponen en perspectiva por qué esta cartera era la preferida de las mafias. La preferida del pacto de corruptos, para decirlo con claridad.
Este es el detalle: de los 1 mil 260 puentes que hay en el país, todos, absolutamente, todos, tienen complicaciones. Claro, hay diferencias. El 2 por ciento de esos pasos presenta “daños graves” y un 7 por ciento deterioros de “consideración”. Tampoco se requiere un estudio minucioso para concluir que las carreteras atraviesen las mismas circunstancias, aunque de tajadas mayores.
Lo cierto es que la mala calidad y la manera tan despiadada en que anteriores ministros de Comunicaciones distribuyeron los trabajos ha sido denunciado constantemente por la prensa. Una y otra vez el tema ha sido noticia. Un asunto delatado por expertos, que ha
pasado desapercibido para los organismos encargados de fiscalizar y aquellos responsables de perseguir y dictaminar la culpabilidad o inocencia.
En fin, ha existido un silencio ensordecedor. Incluso, entre los principales usuarios de estas infraestructuras y de los gremios empresariales más cercanos al tema. No digamos de la clase política, que alentaba las contrataciones y no paró de aprobar estados excepcionales que facilitaban el gasto. Sin supervisión seria. Impune.
Este sector que cerró filas en pro de las adquisiciones, hoy une fuerzas para cuestionar la labor de un Gobierno que carga con el lodo ajeno. Con los efectos del saqueo del erario, a manos de un pacto de corruptos que se sabe intocable. Protegido. Que tiene el apoyo de un sistema de justicia a su servicio. Cómplice.