La orden de la vicepresidenta Karin Herrera, para que se consolide un plan integral contra el trabajo infantil, dimensiona la importancia que este Gobierno le da a dicho problema. El referido flagelo, que atenta contra el futuro de niños y adolescentes, es un asunto que ha preocupado a las anteriores administraciones, aunque no existen rastros concretos sobre avances en la materia.
Hoy, hay una visión y actitud distintas. Ahora, además de angustiar, el tema ocupa. El jefe de Estado, Bernardo Arévalo, y Herrera ponen manos a la obra y se giran instrucciones para que se ordene la información y planifiquen acciones que combatan, cuanto antes, este abuso.
El binomio presidencial sabe que no hay tiempo que perder. Que los menores no solo requieren oportunidades de crecimiento, sino, más importante aún, espacios y tiempos para estimular sus habilidades y competencias.
No es posible seguir tolerando las ingratas imágenes de niños parados en semáforos suplicando monedas. Mendigando por su sustento. Menos aún se puede seguir conviviendo con la impunidad que gozan algunos mayores, quienes se aprovechan de la inocencia de los pequeños para vivir a placer o financiar sus vicios.
El país debe cambiar. Guatemala necesita cerrar este y otros capítulos que frenan el desarrollo. Que se roban la niñez y la esperanza de un porvenir inclusivo y justo. Es inobjetable que esta es una responsabilidad del Estado, pero requiere que todos pongan sus granos de arena, en especial los pequeños, medianos y grandes empresarios, quienes contratan a infantes a sabiendas que contribuyen a alejarlos de las escuelas, de la diversión y de la convivencia social.
“Establecer, de manera urgente, un plan para erradicar el trabajo infantil”. Esas son las instrucciones. Este es el mensaje que ha de resonar en las conciencias de los funcionarios a los que se ha llamado a enfrentar esta ingratitud.
Llevar a los niños y niñas a las aulas, al parque o a los campos deportivos debe ser la nueva realidad. La próxima tarea. El compromiso que nos ocupe y no solo preocupe.