Los patrullajes combinados entre la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ejército de Guatemala, implementados el fin de semana, buscan reforzar la seguridad en las zonas con mayores índices de delincuencia, informó ayer el presidente Bernardo Arévalo.
El jefe de Estado confirmó, además, que el resguardo ciudadano sigue en manos del Ministerio de Gobernación (Mingob), por medio de la PNC, pues el apoyo de las fuerzas castrenses no se debe a una militarización, como se insinúa.
Según el mandatario, estos operativos están diseñados para aumentar la vigilancia en las calles, especialmente en áreas consideradas zonas rojas, y reducir la percepción de inseguridad entre la población.
Arévalo explicó que los esfuerzos responden a una estrategia integral que también tienen como objetivo combatir delitos específicos, como las extorsiones.
El plan incluye un proceso de recuperación de las cárceles, con particular énfasis en el penal de alta seguridad El Infiernito, en Escuintla, donde se descubrió que los reos mantenían control sobre el recinto debido a la colusión con los guardias, además de tener acceso a comunicaciones avanzadas, caletas y otros privilegios.
“Con la implementación de nueva infraestructura y mayor vigilancia evitaremos que las prisiones sigan operando como centros de coordinación criminal. Este plan se replicará en otros centros penitenciarios y contempla la construcción de otros para reducir el hacinamiento”, informó el jefe de Gobierno.
Los patrullajes combinados ya se han establecido en siete puntos clave del área metropolitana, como parte de una planificación para recuperar territorios afectados por el crimen y prevenir actos de violencia, según las autoridades.
El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, detalló recientemente que estas acciones estarán en marcha hasta finales de año, como parte del compromiso del Ejecutivo para fortalecer la protección ciudadana y el cuidado de sus bienes.