Rodolfo Zelada
Periodista
La saturación de agua en los suelos y las lluvias asociadas a la tormenta Nadine, que afectaron el pasado fin de semana el territorio nacional, desnudaron una vez más la vulnerabilidad ante estos fenómenos en el territorio nacional.
Derrumbes, inundaciones, deslizamientos de tierra, colapsos estructurales, socavamientos, hundimientos y caídas de árboles, figuran entre los eventos que ayer por la mañana registraba la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) durante las últimas 24 horas. Los incidentes, 21 en total, ocurrieron en los departamentos de Chimaltenango, Chiquimula, El Progreso, Escuintla, Guatemala, Huehuetenango, Petén, Sacatepéquez, Santa Rosa y Sololá.
No debemos dejar toda la carga a las autoridades. Recordemos que la prevención es tarea de todos.
Lo complicado del asunto es que, de acuerdo con las previsiones meteorológicas, las lluvias, aunque con menor intensidad, podrían extenderse por al menos 24 horas más, pues ayer por la mañana daban cuenta de que podrían ser 48. En el transcurso de la presente temporada de lluvias ha ocurrido un total de 2 mil 353 incidentes asociados a ellas, en los cuales han fallecido 34 personas y 15 mil 513 han resultado damnificadas, según los registros oficiales.
Ante ello, todos los guatemaltecos debemos estar alertas y seguir las recomendaciones difundidas por las autoridades de socorro. Estar alerta a información de fuentes oficiales, es decir no dejarse llevar por lo que gente irresponsable pueda publicar en redes sociales, y elaborar un plan de acción familiar, destacan entre las sugerencias de la Conred, aspectos que son vitales ante cualquier eventualidad.
Así también, es preciso contar con abastecimiento de agua, comida y un botiquín de primeros auxilios, para un plazo de 72 horas, aparte de asegurar techos, puertas y ventanas en sus viviendas. Mientras que para evitar inundaciones en las viviendas recomiendan limpiar drenajes, tuberías y cunetas.
Atender estas recomendaciones implica que todos los ciudadanos nos involucremos para prevenir desastres, pues nosotros también tenemos cuota de responsabilidad en estos asuntos. No debemos dejar toda la carga a las autoridades.
Recordemos que la prevención es tarea de todos. De hecho, la prevención debe formar parte de nuestro día a día, todos los días y no solo para la época de lluvias o al momento de un sismo. Y en este caso bien vale recordar el dicho de: “Prevenir es vivir”.