Glenda García García
En junio de 1944 acontecieron en Guatemala diversas manifestaciones de sectores políticos, universitarios, del magisterio, de estudiantes de nivel medio, profesionales, trabajadores y militares, quienes exigían el fin de la dictadura del general Jorge Ubico Castañeda, quien se mantenía en el poder desde 1931.
La respuesta del dictador fue la represión y la violencia, al extremo de la muerte de varias personas consideradas como sus opositoras, entre ellas la maestra María Chinchilla, el 25 de junio. El descontento ante estos hechos reafirmó la exigencia social de su salida, obligándolo a renunciar a la presidencia el 1 de julio. Tras su renuncia un gobierno provisional tomó el mando, liderado por el general Federico Ponce Vaides, quien siguió ejerciendo el poder bajo medidas de control y represión.
Ese día se logró el fin del gobierno de Ponce Vaides y el establecimiento de una Junta Revolucionaria.
La sociedad, sin embargo, continuó movilizándose para alcanzar sus demandas. Entre los grupos organizados, estudiantes de las escuelas e institutos normales reivindicaban el fin de la militarización de los centros educativos. Al interior de las aulas del Instituto Normal Central para Señoritas Belén, las alumnas de cuarto y quinto magisterio exigían algo más: el cambio del modelo educativo que las reprimía, por uno de ideas y métodos conforme a la pedagogía moderna de su tiempo. Para alcanzar su anhelo, el 13 de julio, presentaron una carta ante el gobierno de turno solicitando la destitución de las autoridades y el nombramiento de una directora extranjera capacitada en nuevos sistemas de enseñanza.
Las normalistas de Belén lograron su primera victoria al ser destituidas las autoridades del instituto. A nivel general, las y los estudiantes consiguieron el18 de julio la aprobación del acuerdo de desmilitarización de la enseñanza. Pero la represión y control social del gobierno provisional continuaba y las movilizaciones para sacarlo del poder también.
Desde junio hasta el 20 de octubre la conmoción social no cesó; ese día se logró el fin del gobierno de Ponce Vaides y el establecimiento de una Junta Revolucionaria de Gobierno. Fue así como se cristalizó la Revolución de Octubre, que en aquel año de 1944 culminaría con el triunfo electoral del maestro Juan José Arévalo quien se constituyó en presidente del primer gobierno revolucionario.
La Escuela Nueva: una revolución pedagógica
La segunda victoria de las alumnas de Belén y donde se materializó su propia revolución, llegaría en mayo de 1945 cuando se nombró como Directora del Instituto Belén a la educadora de origen español, María Solá de Sellarés (1899-1998), quien asumió el desafío planteado por las normalistas; impulsar un cambio educativo basado en la pedagogía moderna que se desarrollaba en otros países y que las estudiantes de Belén lo demandaban para su enseñanza: la Escuela Nueva, esta era parte de un movimiento internacional de renovación pedagógica que María Solá, como maestra republicana, había implementado en Barcelona y San Salvador.
De esta forma las estudiantes de Belén, conscientes del cambio que buscaban, contribuyeron a la modernización de la enseñanza en Guatemala. En mayo de 1946 se creó el Instituto Normal para Señoritas Centro América, INCA, un instituto que desde su origen impulsó la Escuela Nueva en la formación de sus estudiantes, quienes eran originarias de diferentes departamentos del país, incluso algunas centroamericanas. Otras escuelas e institutos normales de mujeres y hombres siguieron este modelo educativo que se mantuvo durante los dos gobiernos revolucionarios y varios años después.
La Escuela Nueva centraba su enfoque en la democracia como práctica de la vida cotidiana y esto era muy acorde a la Revolución.