Berlín, EFE
Un trallazo del extremo del Stuttgart Jamie Leweling, sirvió para que Alemania derrotara a Países Bajos en un competido duelo que clasifica a los locales para los cuartos de final de la Liga de Naciones.
Ante la incesante plaga de bajas que azota a la selección germana, el último en caer había sido Undav, el técnico local Julian Nagelsmann puso en liza a lo disponible de su arsenal para buscar la victoria ante la presencia como invitados de excepción de Thomas Müller, Manuel Neuer e Ilkay Gundogan, homenajeados antes del duelo por su carrera en el cuadro internacional. Toni Kroos, también convocado para el acto, no estuvo por problemas de agenda.
Con la intención de saldar las cuentas pendientes del choque de septiembre saltó al campo el combinado teutón. No se habían cumplido ni dos minutos cuando un balón recuperado a trompicones por Serge Gnabry cayó en los pies de Leweling, totalmente libre de marca en el corazón del área, que sin pensárselo, fusiló al fondo de la red.
Sin embargo, a instancias del VAR y para alivio de Ronald Koeman, el árbitro esloveno Slavko Vincic anuló el tanto por determinar que el extremo del Bayern se encontraba en fuera de juego en su primera intervención en la acción.
Pero no fue una de las incontables jugadas trenzadas por el combinado germano la que iba a traducir en el marcador la superioridad mostrada, sino el eterno recurso que siempre ha distinguido históricamente a la mannschaft: las acciones a balón parado.
Un córner servido desde la izquierda fue cabeceado por Kleindienst e interceptado por Van de Ven, pero el esférico le quedó muerto en el área de nuevo al imán de Leweling, que, sin miramientos, proyectó un cañonazo ante el que no hubo ya réplica posible.