Ana Lucía Ramazzini
Coordinadora Académica de Investigación
Es muy común escuchar cotidianamente el dicho “Para gato viejo, ratón tierno”. Y de esto, incluso, llegan a hacerse “bromas”, evidenciando la normalización de relaciones de poder. Esta grotesca frase encierra muchas historias reales cargadas de violencia sexual contra bebés, niñas y adolescentes.
La violencia sexual es un grave problema que continúa sin reducirse en el país, dejando a su paso infancias interrumpidas por el abuso, por el embarazo y la maternidad forzada, pero también por la impunidad del sistema de justicia.
En un reciente estudio titulado Cuando la edad cuenta (Flacso, 2024) se registró, entre 2017 y 2023, un promedio tres denuncias al día por violación a mujeres de 0 a 14 años perpetradas por hombres mayores de 18 años.
La violencia sexual es un grave problema que continúa sin reducirse en el país.
Son varios los hallazgos que dan cuenta de lo que se vive. Y hay uno en particular que es importante resaltar: Se identificaron 19 casos de denuncias por violación donde la distancia entre los agresores y las víctimas es de 70 a 86 años de edad.
De estos adultos mayores, el 47por ciento han sido denunciados por violación a primera infancia (0-5 años), una etapa donde resulta complejo que ellas se defiendan. Imagínese por un momento a una niña de 3 años atacada por un hombre de 81 años. Es algo inconcebible, pero se está dando.
En el estudio, se hicieron entrevistas a informantes clave que acompañan casos de violencia sexual. Un dato relevante que mencionó una de las personas entrevistadas es que, cada vez más, les ha tocado enfrentar casos donde el sistema de justicia no reconoce riesgo en hombres mayores: “Si el sindicado es un hombre mayor de 60 años, aunque haya sentencia, no son privados de libertad. Se les liga a proceso, pero se les brinda medida sustitutiva, aduciendo los jueces que los hombres mayores no representan riesgo”. Evalúe usted si estos agresores no representan riesgo.
Este hallazgo es fundamental para levantar la discusión acerca de ¿a quién protege el sistema de justicia? Personas expertas en temas jurídicos analizan que esta situación causa un conflicto entre “categorías protegidas”, al considerar tanto a víctimas (bebés, niñas y adolescentes) como a ciertos agresores (hombres adultos mayores en etapa de vejez) como grupos vulnerables por sus condiciones. Pero recalcan que en casos de delito por violencia sexual contra bebés, niñas y adolescentes, sus derechos humanos deben ser prioritarios y no pueden vulnerarse.
Estamos en octubre y el 11 se conmemora el Día Internacional de las Niñas. Nos convoca a demandar que el Estado asuma la responsabilidad de proveerles de condiciones dignas para sus vidas, donde puedan crecer jugando, sintiéndose seguras en sus hogares y vecindarios, asistiendo a escuelas con una educación de calidad que incluya educación integral en sexualidad. Niñas a quienes la justicia las reconozca como sujetas de derechos.