EFE
Los ministros del Interior del G7, las siete democracias más industrializadas del mundo, acordaron este viernes colaborar en la lucha contra las mafias que se enriquecen con la inmigración y se comprometieron a vigilar su promoción en internet.
“Debemos prestar atención a la dimensión virtual de los viajes ofrecidos por los traficantes de seres humanos y que a menudo son publicitados en las redes sociales”, sostuvo el ministro anfitrión, el italiano Matteo Piantedosi, en la rueda de prensa final.
La cumbre, celebrada en los últimos tres días en la localidad italiana de Mirabella Eclano, ha terminado con una declaración conjunta y con un Plan de Acción anexo para “prevenir y contrarrestar el tráfico irregular de inmigrantes”.
El Plan del G7 (Alemania, Canadá, Francia, Estados Unidos, Italia, Japón y Reino Unido) se centra en ese fenómeno, crucial sobre todo para el país anfitrión, destino de la ruta migratoria del Mediterráneo central en la que operan las mafias del norte africano.
En primer lugar, se comprometen a reforzar sus operaciones contra estos traficantes de seres humanos, colaborando y compartiendo información entre los países que se consideren afectados, pero también controlando la presencia de estas mafias en la red.
En concreto, el G7 quiere colaborar con las redes sociales para “evitar que se usen para facilitar el tráfico ilícito de migrantes y la trata de personas” y pedirán a estas plataformas que “hagan más” para responder a eventuales contenidos promocionales.
En este sentido, quieren que se “elimine rápidamente la actividad en línea de contrabandistas que promueven la migración irregular y ofrecen servicios de transporte ilegales” a los inmigrantes.
Asimismo el G7 coincide en la necesidad de impulsar una mayor colaboración entre policías y funcionarios judiciales en las fronteras para hacer frente a estas bandas.
El comunicado final de la cumbre también propone acciones para “los desafíos surgidos” de crisis internacionales como la guerra en Ucrania, entre los que destacan “la prioridad” de proteger a los desplazados o aplacar la difusión por internet de noticias falsas o manipuladas por el Gobierno ruso y “otros”.