Uno de los asuntos que más preocupan a los vecinos de los principales municipios del país es transportarse fácil y rápidamente de un lugar a otro. Desde hace décadas las comunas, en particular la capitalina que es la principal urbe en el país debido a la cantidad de personas que confluyen en su demarcación, no han podido implementar sistemas eficientes de movilidad colectiva que optimicen tiempo, garanticen seguridad y reduzcan costos que beneficien a miles de usuarios.
La falta de transporte público decente y la escasez de opciones privadas que lo complementen, sumado al exceso de parque vehicular, generan a los vecinos pérdida de dinero y tiempo todos los días del año.
A eso hay que sumar que los ataques del crimen organizado contra pilotos y empresarios transportistas han ocasionado que en muchas colonias los buses se hayan retirado poco a poco, al grado que existan áreas en donde ya no se ven estos vehículos de movilización colectiva.
Los únicos que prestan el servicio son taxis, microbuses, motocicletas, tuctucs y hasta bicicletas acondicionadas para el transporte, negocios que en algunos puntos de la ciudad son “administrados” por pandilleros.
Con tal de no llegar tarde a sus lugares de trabajo o de estudio, miles de usuarios han diversificado los medios de locomoción. Es decir, utilizan buses, Transmetro y caminan con el objetivo de evitar los sistemas más caros, pero a veces no hay más que recurrir a los taxis.
Eso genera que el gasto en movilización presente costos no tan escondidos para los guatemaltecos, que ven cómo sus quetzales se van volando a diario. Hay pasajeros que destinan 25 quetzales cada día para este menester, en detrimento de la satisfacción de otras necesidades. Hagamos números. Si gastan esta cifra cada día, en una semana laboral serán 125 quetzales, lo que hace al mes 500, lo cual equivale a aproximadamente el 15 por ciento del salario mínimo vigente.
Ya es hora de aplicar acciones inmediatas, en las que se involucren vecinos, comunas y gobierno central, que redunden en mejorías en el servicio de transporte urbano, pues el actual castiga la economía familiar y hasta llega a afectar la salud mental.